SLEEP – EL MAL NO DUERME 6 puntos

Jam; Corea del Sur, 2023

Dirección y guion: Jason Yu.

Duración: 95 minutos.

Intérpretes: Lee Sun-kyun, Jung Yu-mi, Kim Gook Hee, Yoon Kyung-ho.

Estreno exclusivamente en salas de cine.

Que el cine surcoreano ya no es una delicatessen exótica sino una presencia constante en los cines y plataformas de todo el mundo no es ninguna novedad. Al reciente estreno local de Sobrevivientes – Después del terremoto, aún en cartel, se le suma ahora la ópera prima de Jason Yu, cuyo debut mundial tuvo lugar el año pasado en el Festival de Cannes. A grandes rasgos, se trata de una típica producción de suspenso y horror, aunque los detalles de la maldición que corre por las venas del relato logran alejarla de los lugares más comunes del terror a la carta semanal. 

Sleep – El mal no duerme arranca sin embargo de la manera más derivativa posible: un despertar sobresaltado en medio de la noche, una frase perturbadora, ruidos que parecen provenir de algún rincón de la casa demuestran estar provocados por dos auténticos clásicos: una corriente de viento y el gato familiar. Pero ahí se acaban los sustos de cotillón.

Soo-jin y Hyun-su representan un no tan típico matrimonio coreano: ella para la olla de 9 a 5 en un trabajo de oficina mientras que el esposo, actor secundario en series y telenovelas, intenta afianzar una carrera que no termina de despegar. El departamento que ocupan tendrá muy pronto un nuevo habitante y la cunita de madera colocada al lado de la cama matrimonial anticipa futuros desvelos. Pero antes de que eso ocurra las noches comienzan a transformarse en un infierno por otras razones: a los sonoros ronquido del caballero –interpretado por Lee Sun-kyun, fallecido hace algunas semanas de manera trágica y cuyo rostro es reconocible gracias a su participación en Parásitos– comienza a desarrollar un sonambulismo extremo. Y peligroso. Por caso, durante las primeras noches el nuevo trastorno lo hace pasear por la cocina, abrir la heladera y devorar a velocidad crucero cuanta comida cruda tiene al alcance. Como si eso fuera poco, una ventana abierta ofrece un abismo cuyas fauces convocan una muerte segura.

Como le ocurría a Regan en El exorcista, los primeros intentos de diagnóstico y cura provienen del territorio médico, alguna clase de alteración del sueño. Pero más temprano que tarde la futura madre (Jung Yu-mi, la protagonista femenina de Invasión zombi) comienza a sospechar que el origen del mal podría tener un origen muy diferente. Dividida en tres capítulos, Sleep es uno de esos films de concepto fantástico que bien podrían haber formado parte de La dimensión desconocida, una idea simple y directa que comienza a impactar de formas radicales en la vida de los protagonistas. Es también una película de cámara basada más en la construcción de climas que en los sustos o el gore, y que transcurre en gran medida dentro de las paredes del departamento en cuestión, aunque en el último tercio las instalaciones adquieran una fisonomía bien diferente. Pequeña pero rendidora, la película de Jason Yu anticipa un posible nombre a seguir en el futuro cercano.