Página/12 en Perú
Desde Lima
Vladimiro Montesinos, el monje negro de la dictadura de Alberto Fujimori, fue condenado este miércoles a 19 años y ocho meses de cárcel por las matanzas de La Cantuta y Pativilca ocurridas durante el régimen de Alberto Fujimori.
Montesinos ya está en prisión desde 2001 cumpliendo una condena de 25 años. Y como las penas no se suman --de acuerdo a la legislación anterior, de cuando se cometieron los crímenes-- y el ser la nueva pena menor a la que ya cumple, automáticamente la nueva pena de 19 años fue dada por cumplida y nada cambia para el reo. Seguirá preso hasta 2026 cuando cumpla la pena actual.
Quien fuera el más poderoso asesor de Fujimori tiene varias sentencias por asesinatos y corrupción. La mayor es de 25 años y fue por la matanza de Barrios Altos en la que fueron asesinadas 15 personas, incluido un niño de ocho años.
Al declararse culpable al inicio de este juicio y acogerse a una sentencia anticipada, Montesinos recibió una pena menor a la que se le podría haber impuesto. Con eso evita una sentencia que le sume más años de prisión. Al admitir Montesinos que esas matanzas fueron cometidas por un escuadrón de la muerte bajo sus órdenes -lo que ocurrió cuando actuaba por indicaciones de Fujimori-, complica más al exdictador, que está siendo juzgado por la matanza de Pativilca. Los integrantes de este escuadrón de la muerte --un destacamento clandestino del ejército llamado Grupo Colina creado en el régimen fujimorista-- fueron protegidos, felicitados y premiados por Fujimori.
Luego de la confesión de su brazo derecho y encargado de los trabajos sucios durante la dictadura, Fujimori dijo ante el tribunal que él no sabía nada de los operativos criminales del Grupo Colina, un argumento que ya había dado antes y que la Corte Suprema rechazó por el peso de las evidencias.
En 2009 Fujimori fue condenado a 25 años como autor mediato de las matanzas de La Cantuta y Barrios Altos, una sentencia con sólidas evidencias que colocan a Fujimori en la cabeza de la cadena de mando de los operativos criminales del grupo Colina. En diciembre pasado el exdictador salió libre por un indulto declarado ilegal por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Ahora enfrenta el juicio por la matanza de Pativilca que lo puede llevar de regreso a la cárcel.
La matanza de Pativilca --200 kilómetros al norte de Lima-- fue en enero de 1991. Militares del Grupo Colina irrumpieron de madrugada en las modestas viviendas de campesinos de la zona. Secuestraron a seis personas de entre 17 y 38 años. En la noche siguiente fueron encontrados los cadáveres de los secuestrados. Tenían disparos en la cabeza y evidencias de haber sido torturados. El crimen ocurrió cuando los campesinos tenían un conflicto por un terreno con un empresario. Un militar del Grupo Colina que en 2006 confesó el crimen, señaló que las víctimas fueron golpeadas y quemadas con un soplete en diversas partes del cuerpo antes de ser ejecutadas. Con esta confesión se abrió un proceso en la justicia. Después de largo tiempo el proceso judicial ha ingresado a su etapa final.
En julio de 1992 los militares de ese escuadrón de la muerte ingresaron a la Universidad La Cantuta, en las afueras de Lima, secuestraron a nueve estudiantes de la residencia universitaria y a un profesor. Los llevaron a un descampado, los ejecutaron, quemaron sus cuerpos y los enterraron. Tumbas clandestinas aparecieron tiempo después con restos de los universitarios. Pero hasta ahora no se han encontrado los restos de todas las víctimas. Por este caso, Fujimori y miembros del Grupo Colina ya han sido sentenciados.
Montesinos llegó al poder en 1990 de la mano de Fujimori. Siendo capitán, fue expulsado del ejército en la década del setenta por vender secretos militares. Luego trabajó como abogado defendiendo narcotraficantes. Fujimori lo convirtió en la persona más poderosa de su gobierno, después de él. Figuraba como asesor pero fue el jefe de facto de los servicios de inteligencia y de las fuerzas armadas. Desde esa posición formó, bajo las órdenes de Fujimori, el Grupo Colina.
En su despacho ubicado en el Servicio de Inteligencia, Montesinos decidía sentencias judiciales y leyes dadas por el Congreso. Y protegió a organizaciones de narcotráfico cobrándoles cupos. Ministros y los más notorios congresistas fujimoristas le rendían pleitesía y cumplían sus órdenes. Videos que el propio Montesinos grabó en secreto, conocidos como “vladivideos”, lo mostraron sobornando políticos, congresistas, jueces, fiscales, empresarios y periodistas para hacer negocios, tapar denuncias de corrupción y apoyar la dictadura de Fujimori. Cuando en el año 2000 se filtraron los “vladivideos” desde de su círculo íntimo, se precipitó la caída de la dictadura