Javier Milei decidió recluirse en Olivos. El mandatario siguió la discusión por la ley ómnibus en la Cámara de Diputados desde la quinta presidencial, casi en soledad. Sin actividad oficial programa, se mantuvo expectante del debate legislativo junto a su hermana Karina Milei. En comunicación constante con sus máximo colaboradores, avisó con insistencia que no aceptará más cambios al texto. “El Gobierno ha escuchado toda recomendación y objeción. Ahora es responsabilidad de los Sres. Diputados", indicó en un comunicado. 

Tras las intensas negociaciones de las últimas semanas, Milei entiende que el proyecto finalmente será aprobado en general, aunque sabe que el panorama es complicado en la votación artículo por artículo. Más allá del posible revés, en Casa Rosada señalan que "no hay margen para más modificaciones" y remarcan que ya se eliminó el capítulo fiscal, postergó el debate por la movilidad jubilatoria, dejó a un lado la reforma política y redujo la cantidad de materias que tendrían las facultades delegadas. "Conversamos y aceptamos las sugerencias respecto al proyecto original. Si no lo aprueban, ya será responsabilidad de ellos", repiten en el entorno presidencial y le tiran la pelota a los legisladores opositores, sobre todo al bloque de la UCR y Hacemos Coalición Federal. “Hoy la política tiene la oportunidad de empezar a revertir el daño que le ha causado al pueblo argentino”, apuntó Milei desde la cuenta de X de la Oficina del Presidente.

Con el jefe de Gabinete, Nicólas Posse, en Estados Unidos, los únicos funcionarios de primera línea que quedaron en Balcarce 50 fueron el ministro del Interior, Guillermo Francos, y el asesor Santiago Caputo. Milei estuvo en contacto constante con ellos. En el medio, se tomó unos minutos para hablar con el fundador de la aplicación Tinder, el norteamericano Sean Rad. Orgulloso de la videollamada, lo comunicó por redes sociales y anticipó que tendrán un encuentro en Buenos Aires.