Para los amantes de las series y el formato audiovisual, Marito de El marginal. Para los fans más teatreros, Tatita de Terrenal. El actor Claudio Rissi tuvo una carrera tan extensa como prolífica, pero esos dos personajes fueron, quizás, los que marcaron los hitos más importantes de su recorrido en términos de popularidad y prestigio, fueron esas criaturas las que hicieron que la gente se diera vuelta y lo saludara efusivamente por la calle. El intérprete argentino murió este viernes a los 67 años en la clínica Los Arcos tras haber luchado contra un cáncer, según declaró su novia, Natalia Ojeda. Desde las redes de la Asociación Argentina de Actores comunicaron: “Despedimos con gran tristeza a nuestro afiliado, el actor Claudio Rissi. Durante su trayectoria de más de cuatro décadas se destacó en televisión, cine y teatro. Acompañamos a sus seres queridos en este duro momento”.
Rissi nació y creció en el barrio de Boedo y, tal vez por destino geográfico, se convirtió en fervoroso hincha de El Ciclón. Pero fue en el seno de River Plate donde se acercó por primera vez a las artes escénicas: a los 10 años descubrió su amor por el teatro en los actos escolares, pero recién a los 17 –con la complicidad de su madre y su hermana mayor aunque a espaldas de su padre– decidió inscribirse en la escuela de teatro del club y empezó a probarse en las tablas. Su madre era costurera y provenía de Catamarca (eso explica, quizás, su facilidad para las tonadas a la hora de actuar); su padre pasó por diversos oficios: trabajó como empleado de hipódromo, en la industria del transporte y en la del calzado, en una empresa petrolera, en un bazar, en una regalería, como mecánico y como almacenero. En algún momento, su hijo siguió ese mismo camino: antes de convertirse en actor Rissi se desempeñó como tornero, cobrador, encuestador, ensobrador, sereno, custodio de muebles. Luego se inscribió en la Escuela Nacional de Arte Dramático y estudió con maestros de la talla de David di Nápoli y Lorenzo Quinteros. En 1979 debutó en el Teatro Presidente Alvear.
Pocos podrían imaginar que este actor de facciones recias, mirada seca y cara de pocos amigos se inició por el camino del humor dentro de la academia. Sin embargo, él solía contar que a partir de cierto momento los productores empezaron a convocarlo para personajes que requerían cierta oscuridad y decían: “Llámenlo a Rissi que el muerto ya se lo trae de la casa”. Él declaraba que sabía cómo encarnar a esas criaturas y, además, le divertía. Pero su carrera no se limitó tan sólo al hermano de Diosito y al ilustre Tatita; también interpretó al memorable fletero de Okupas –la emblemática serie creada por Bruno Stagnaro–, protagonizó la obra Kilómetro Limbo junto a Cristián Aguilera y Osvaldo Santoro, encarnó al gaucho errante de Aballay en la gran pantalla y también le dio vida al comisario Filipi de El Puntero, al Tucumano en la notable Entre hombres y a Galván en el episodio fundacional de Los simuladores, el primer cliente de los superhéroes creados por Damián Szifron. Esa participación fue una de las más recordadas y compartidas este viernes en redes sociales.
Además, se destacó por papeles igual de notables aunque un poco menos masivos como Rudy, el Rey de la Noche, en 76 89 03 –film de Flavio Nardini y Cristian Bernard– o el sutil protagónico junto a la chilena Paulina García en La novia del desierto (ópera prima de las directoras Cecilia Atán y Valeria Pivato) con el que llegó nada menos que al Festival de Cannes. “Si me preguntabas cuando era pibe a dónde soñaba llegar no te decía a Hollywood o los Oscar. Te decía Cannes. Y te lo decía como algo inalcanzable. Ya me resultaba difícil llegar a ser actor, imaginate llegar a Cannes”, contó a este diario en 2018. Entre las perlitas que le gustaba compartir a Rissi, figura la anécdota con Uma Thurman, jurado en esa edición que abrazó al actor y se quedó charlando un rato con él después de cruzárselo en una cena (la joyita audiovisual está disponible en YouTube). “Me dijo que estaba enamorada del Gringo, el vendedor ambulante que me tocó hacer. Un tipo seductor y simpático que termina acompañando al personaje de Paulina García, una empleada doméstica que se pierde en su viaje a San Juan”, contaba con orgullo.
De su vida personal solía compartir algunas experiencias un tanto traumáticas durante la infancia, recuerdos que de algún modo explican ciertas operaciones en el campo laboral como una especie de catarsis: “Yo antes no emitía opinión. De hecho me sigue costando mucho, tengo que trabajar sobre eso. Por eso quizá hay personajes donde me salta esa verborragia. Porque de chico era muy callado”, confesaba a Página/12, y detallaba una anécdota: “Mi padre era un autoritario que no me dejaba hablar. Y que me llegó a golpear: ‘callese, usted qué sabe’, recuerdo que me interrumpió una vez cuando yo ni había terminado de decir una palabra. Era un niño. Me pegó un cachetazo y la cabeza me rebotó contra una ventana. Me quedó grabado ese golpe: mi cabeza yendo para un lado y después para el otro”. De su madre dijo alguna vez que no le dio ni la teta y de su padre que nunca lo abrazó, pero de todos modos se esforzaba por comprenderlos y la actuación terminaba siendo una vía para ejercitar la empatía. En una entrevista en la que mencionaba una charla con Hugo Arana sobre “el síndrome de invisibilidad”, reflexionó de esta manera: “Tal vez uno es actor para sentir que existe”.
En 2014 murió su esposa, con quien se había casado recientemente por pedido de ella. Rissi la definía como "una historia de amor de muchos años" y, cuando enfermó, él se quedó cuidándola hasta el final. Lejos de esa máscara de hombre cascarrabias con la que a veces elegía presentarse en sociedad, en el último tiempo se lo podía ver muy enamorado junto a su novia Natalia, con quien había comenzado una relación a la distancia en 2019 y terminó consolidándose durante la pandemia.
Siempre hay un halo misterioso que envuelve las formas de actuar y los procesos creativos de los artistas. Si bien se desempeñó en numerosos programas de televisión, cine y series de alta calidad, ver a Rissi sobre un escenario, en la intimidad de una sala como la del Teatro del Pueblo, era pura magia, un acontecimiento que –quizás por su carácter efímero– adquiría una enorme trascendencia. Sobre el modo de encarar su profesión, decía: “Yo no soy tanto de estudiar los guiones que me dan porque tengo una gran memoria de los conceptos y los acomodo a mi decir. Y si por ahí un director me marca algo que no me convence, al día siguiente vuelvo y lo incorporo porque lo estuve laburando entre sueños. Trabajo con mi inconsciente”.
Las elecciones de sus roles revelan que Rissi –gran admirador del director italiano Dino Risi, casi tocayo– era un actor que no le temía a nada y estaba dispuesto a aceptar cualquier clase de riesgo. Después de grabar El marginal sentía que debía tomarse un descanso, pero al mismo tiempo estaba seguro de que tenía que buscar un desafío que lo estimulara a sumergirse en un nuevo proyecto. Cuando le llegó la propuesta de Luis Romero para interpretar al Taqueño –un transexual que ofrecía sus servicios a los pasajeros de tránsito– entendió que era por ahí. En una entrevista a propósito de aquel estreno, dijo: "Estamos haciendo esta obra en un momento histórico particular… difícil, complejo y lleno de contradicciones. La famosa grieta, que está super instalada, no es un invento de hoy ni de ayer, sino de antes de antes de ayer". Rissi veía en ese texto una "obra esperanzadora" que proponía escucharse aún en el desacuerdo. "Taqueño ha sido muy bastardeado durante toda su existencia, pero a pesar de ello tiene una enorme bondad y sensibilidad. Intenta que el camionero entienda que no se trata de mirar todo el tiempo para afuera y señalar con el dedo, sino que 'la cosa' está dentro y que es uno quien debe calmar un poco las ansias y escuchar al otro".
Después de encarnar personajes complejos y sombríos, Rissi se lanzó de lleno al registro cómico y en 2022 decidió interpretar a Emilio en Los perros, de Nelson Valente. "Me interesó el hecho de que este personaje se corre un poco de lo que vengo haciendo. Emilio me resulta un personaje atractivo que tiene muchos matices. Entra en situaciones absurdas y el hecho de que hable todo el tiempo pero que nunca diga nada inteligente es algo que me divierte, porque eso lo vemos a diario en nuestro entorno. Pero no lo juzgo. Me parece un personaje querible", declaraba en ese momento a Página/12. El actor concebía el teatro como una suerte de refugio catártico y, en relación a sus decisiones, afirmaba: "Cuando uno elige este tipo de obras parece ser una excusa para contar lo que nos pasa. Hay algo que está vibrando en mí y no sé cómo contarlo, pero de repente aparece una excusa para que salga".
Repercusiones y despedidas en las redes
Pablo Culell, productor de la serie que lo hizo conocido como Borges, escribió en X: “Un actor de raza. Un hombre de grandes convicciones. Un gran tipo, sobre todo, que nos dio a Borges en El Marginal, uno de los mejores personajes de la historia de las series argentinas. Inolvidable. Claudio Rissi en nuestro corazón. Gracias por tanto”. El productor Axel Kuschevatzky, por su parte, sintetizó: “Claudio Rissi era simplemente maravilloso, en cámara y fuera de ella”. El actor Osvaldo Santoro eligió recordarlo con una foto de ambos en la que se lo ve a Rissi tomando mate y escribió: “Así te recuerdo, querido amigo. Un tremendo actor y un enorme compañero. Dolor por tu partida. Que la tierra te sea leve. Que en paz descanses”. La actriz Verónica Llinás también lamentó su partida y expresó: “Qué actorazo que perdimos”, junto al emoji de un corazón roto.
El actor Diego Cremonesi, escribió en su cuenta de Instagram un sentido mensaje: "No tengo palabras, Claudio querido... La tristeza es enorme. Tu ida deja un vacío inconmensurable. Era tu fan antes de decidir ser actor. Te admiraba profundamente, eras el actor fetiche que teníamos con mis amigos. Cuando empecé a trabajar mi sueño era compartir alguna escena con vos. Y se me cumplió. Tuve el honor y el placer. Para mí vos sos nuestro Brando/Gassman criollo. Sos la actuación manifestada y el ejemplo de persona y compañero a imitar. Fuiste generoso y amable conmigo como pocos.
Me guardo en el corazón y en la memoria la emoción que sentí el día que filmé con vos en El Marginal, esa sensación única y plena, de sueño cumplido, de meta lograda.
No tenés una idea lo que significó para mí. Gracias Claudio por tu generosidad, por las palabras que me dijiste en más de una oportunidad. Me quedo con las terribles ganas de haber laburado y compartido más con vos. Te voy a extrañar. Te vamos extrañar. Dejás un vacío tan inmenso como tu actuación y tu Ser. Descansá en paz, Claudio querido. Sos inmortal". El actor Nicolás Furtado compartió en stories la foto de una escena de El Marginal en la que se los ve a los dos bajo el agua. Y el senador Mariano Recalde, por su parte, posteó: “Claudio Rissi. Un artista talentoso, sensible y comprometido con nuestro país. Enorme pérdida. Fuerte abrazo a sus familiares y seres queridos”.