La tarde del domingo 3 de febrero de 1974, acaso haya justificado por sí sola la carrera futbolística de Carlos María García Cambón. Todos los sueños se encarnaron ese día: marcar cuatro goles en un partido y que ese partido sea el debut en Boca y nada menos que contra River. Hace 50 años exactos, en esa Argentina que por tercera vez presidía Juan Domingo Perón, Cambón lo hizo posible.

El centrodelantero había llegado desde Chacarita a principios de esa temporada para tomar el lugar del cordobés Hugo Curioni quien había sido transferido el año anterior al Metz de Francia. Y el estreno le tocó en un superclásico y en la Bombonera. Fue un interzonal por la primera fecha del campeonato Metropolitano de ese año que jugaron dieciocho equipos divididos en dos zonas de nueve. Y Boca arrasó por 5 a 2 con ese poker de emociones de García Cambón.

Nadie en la historia grande y gloriosa de Boca tuvo un debut así de trepidante. Ni antes ni después. Esa tarde de hace ya largo medio siglo, Cambón igualó la línea del vasco Isidro Lángara, quien en su presentación en San Lorenzo, el 21 de mayo de 1939, también le anotó esa cantidad a River en el viejo Gasómetro de la Avenida La Plata. Hacer cuatro goles en un debut es una hazaña. Tan gigantesca que en 131 años de fútbol argentino, ellos dos, Lángara y García Cambón, son los únicos que lo han conseguido. 

Dirigido por Rogelio Domínguez, Boca armó esa tarde nublada y lluviosa un equipo joven y chispeante: Rubén Sánchez al arco, Pernía, Mouzo, Rogel y Tarantini en el fondo, Benítez, Trobbiani y Potente en la media cancha, Ponce, García Cambón y Ferrero adelante. Mientras que Néstor "Pipo" Rossi puso para River a Fillol, Zuccarini, Coll, Pena y Héctor López, Wolff, Merlo y Alonso, Mastrángelo, Morete y Ghiso. A diferencia de Curioni, un centrodelantero potente y entrador pero no muy dotado en lo técnico, Cambón era un mediapunta fino y elegante aunque sin tanto gol, que había jugado en aquel Chacarita campeón Metropolitano de 1969. Y que encastró a la perfección con los talentos de Marcelo Trobbiani, Osvaldo Potente y Enzo Ferrero, tres grandes apariciones de las inferiores boquenses de esos años y de Jorge "Chino" Benítez, que el año anterior había llegado desde Racing.  

Esa tarde, Cambón fue una ráfaga de gol. A los dos minutos, quedó mano a mano con Fillol y anotó el 1 a 0 para Boca. Jorge Ghiso igualó para River a los 16 y a los 37, Fillol quedó pagando en un centro de Trobbiani desde la derecha y Cambón se llevó la pelota por delante para anotar el 2 a 1. Al minuto del segundo tiempo, "Piky" Ferrero de penal aumentó para Boca, a los 16, "Quique" Wolff, también de penal arrimó a River y a los 21 y a los 26, Cambón volvió a hacer vibrar la Bombonera. El último fue un golazo: le tiró una pared a Potente, Potente se la devolvió de taco y entrando sólo al área, eludió a Fillol y cerró un domingo inmenso. 

Treinta años después en ocasión del centenario de Boca, Cambón recordaba que "a lo último, cuando toda la cancha cantaba desenfrenada, comencé a mirar a toda esa gente y me emocioné, pero sin tener idea de que había hecho historia. Esa noche fue una locura, no pude ir a dormir a mi casa. Quería descansar, estar tranquilo con mi familia, bajar las revoluciones , pero me tuve que ir a dormir a otro lado...yo vivía a tres cuadras de la cancha de River. Ese partido fue mi sueño del pibe hecho realidad" 

Esa semana, un país convulsionado no habló de otro tema que no fuera aquel poker goleador. "Perón y Cambón, un solo corazón" gritaban los hinchas mas entusiastas y era entendible: García Cambón había asombrado a todos. La revista El Gráfico destinó al periodista Osvaldo Ardizzone a entrevistarlo para indagar en su costado más humano. Salió una nota memorable con un título que no lo fue menos: "Acaso te llamarás solamente García...". Otro periodismo, otro país.

Carlos María García Cambón volvió a marcarle a River en la Bombonera en la victoria por 1 a 0 del campeonato Nacional de ese año. En total, en su paso por Boca, jugó 105 partidos y anotó 33 goles. En los años 90, volvió al club como técnico de las inferiores y antes de la llegada de Carlos Bianchi, le tocó dirigir a la Primera los últimos tres partidos del Clausura 98, que resultaron los primeros de la racha invicta de cuarenta. Falleció de un aneurisma abdominal a los 73 años, el 27 de abril de 2022. Y su nombre quedó para siempre adherido a las memorias xeneizes más emocionantes. Debutó con la camiseta azul y oro hace cincuenta años haciéndole cuatro goles al rival eterno. ¿Que más se le puede pedir al futbol y a la vida?