Golpe de sabor

Corrían los años '90 cuando Lotus Neo Thai se convirtió en lugar pionero en Buenos Aires en traer platos aromáticos llegados del sudeste asiático. Uno de sus creadores fue Marcelo Moreno, el mismo que 2018 abrió Punch Curry Bar, local de luces rojas ambientado con sombrillas orientales colgantes y más recuerdos de sus viajes: un lugar especializado en curries asiáticos, en especial de la India y Tailandia.

La carta arranca con ensalada thai de pollo con repollos mixtos, bastones de pepino, zanahoria, pimientos, lemongrass, cilantro, echalotes, chili, maní picado, aderezo thai, limón ($8200); también los ricos los langostinos fritos, rebozados en coco, que salen con salsa de tamarindo, soja y ajo ($8500). Más allá de estar pensados como entradas, son platos abundantes aptos para compartir.

Ya en los principales aparecen el Paneneng, un curry rojo thai con leche de coco, abadejo, langostinos y calamares ($15500), o el Geng Kiawuan Gung, curry verde de vegetales y tofu ($12700). Del norte de Tailandia viene el Geng Han Lei, sin leche de coco, que lleva pollo o cerdo, zanahoria, hongos shiitake y menta ($13200). Y de la India una de las mejores opciones es el Tikka Masala de cordero ($15500), que sale también en versiones de pollo o solo vegetales ($12700). Como debe ser, todos vienen con arroz blanco para acompañar, y cada comensal elige el nivel de picante que desee. Quien busque platos por fuera del curry encontrará el clásico Pad Thai, con fideos de arroz salteados con pollo, cerdo y camarón ($13200); o el Pad Pak Gad Muu consiste de tiritas de solomillo de cerdo salteado con brócoli en salsa de ostras ($13200). De postre, la casa se permite caprichos occidentales, con una golosa copa helada choco punch, con helado de chocolate artesanal, dulce de leche y pedacitos de chocolate. Y para beber, lo mejor es el Nival Torrontés ($9000 la botella, $3000 la copa) o alguna cerveza refrescante (Kingston, Warsteiner, Imperial, $3000).

En un barrio que supo ser de arrabales y cuchilleros, brillan los sabores del sudeste asiático.

Punch Curry Bar queda en Costa Rica 4818. Horario de atención: lunes a sábados de 18:30 al cierre. Instagram: @punchcurrybar.

Abundancia alemana

André Kai Kalisch emigró de Alemania a la Argentina a findes de la década del 2000. Muy rápido se hizo fanático de la cocina argentina, pero –cuenta– extrañaba con locura la bratwurst, la típica salchicha parrillera alemana. Fue así que se asoció con Michael Schnirch, también alemán, para comenzar a producirla ellos mismos, mezclando carnes argentinas con condimentos traídos de su país natal. Arrancaron tímidos, vendiendo salchichas caseras envasadas al vacío. El éxito los hizo crecer con un restaurante en el barrio de Constitución, luego con otro en Microcentro, ambos con el nombre de Extrawurst. La pandemia los obligó a concentrar su oferta: hoy mantienen el de Microcentro, suerte de pub alemán en el precioso pasaje de Tres Sargentos, lugar ideal para sentarse en grupo en una de sus mesas redondas y compartir entre varios las especialidades de la casa.

La estrella de la carta son las abundantes tablas que incluyen salchichas alemanas parrilleras en infinitas versiones. La Gute Freunde es para 2 o 3 personas (incluso cuatro podrán comer bastante) y vienen con salchichas, papas fritas, chucrut, ensalada de manzana y papa, salsas, pan casero y un litro de cerveza artesanal ($24990). La Berlín es para 3 a 5 personas e incluye todas especialidades berlinesas: currywurst de cerdo, salchicha de pollo, pankower bratwurst, salchichas knofi (con ajo), kässlerbraten y salchicha de chili; sale con papas fritas, ensalada de papas, ensalada de repollo, pan casero y un litro de cerveza artesanal ($30990). También hay platos más chicos como la Berliner Currywurst mit pommes, salchicha con papas fritas, aderezos y ensalada de repollo ($7990). Vale la pena pedir como extra el Brezeln, un pan alemán tipo pretzel ($990). Y de postre es imperdible el Käsekuchen, un cheescake alemán con masa frola y salsa de frutos rojos ($3290).

Más allá de los platos individuales y los sándwiches, acá se viene a compartir entre amigos cerveza y salchichas. Productos de calidad, elaborados artesanalmente, nacidos por la nostalgia de dos emigrantes que encontraron en Argentina su nuevo hogar.

Extrawurst queda en Tres Sargentos 427. Horarios de atención: martes a sábados de 12 a 23. Instagram: @extrawurst_argentina.

Los guisos de África

El Buen Sabor es el único restaurante africano de Buenos Aires. Abrió en 2008 y nunca cambió su filosofía: servir platos tradicionales, principalmente de Camerún y países del centro y sur del continente. 

La fachada ostenta el emblema “indomable” junto a un león, símbolo de Camerún, de donde viene el chef Maxime Tankouo, hijo del pueblo Bamileke, parte del grupo étnico Bantú, una de las casi 300 etnias de Camerún. Cada una de ellas tiene un plato tradicional con una receta secreta, pero comparten características comunes: todas son cocciones largas, con bases de verduras, abundancia de condimentos y porciones generosas. Una curiosidad: casi no hay harinas, a excepción de la sémola y la polenta como posibles acompañantes. 

Maxime llegó a Latinoamérica probando suerte como futbolista; en 2002 desembarcó en Buenos Aires, le gustó la ciudad y abrió un maxiquiosco con mucho esfuerzo y algo de ayuda de su madre. Recién años más tarde se animó a abrir un restaurante propio, acompañado de su esposa Paula, que está al frente del salón y maneja las cuentas.

Un buen comienzo son las alitas de pollo fritas ($3150 las siete unidades), para luego seguir por principales como el frito de porotos con carne y guarnición ($8600); también la salsa de maní con carne y guarnición ($8400); o el Dirécteur General que trae rodajas de plátano, pollo, chaucha, marrón rojo, zanahoria y especias. La especialidad de la casa, también el plato más pedido, es el pescado a la parrilla, una corvina entera de entre 800 gramos y 1 kilo, que sale con ensalada y guarnición ($10200). Estas guarniciones pueden ser mandioca, batata, sémola, arroz o plátano. El picante viene siempre aparte, para servirse a gusto; y hay opciones vegetarianas, veganas y sin gluten como el frito de porotos sin carne. Para tomar, jugos naturales como el de mango y limón, papaya y zanahoria, ananá y mango ($3400). La cerveza es Heineken y de litro ($4400), y hay algunos vinos que arrancan en los $4700. 

Un proyecto familiar con alma africana en el barrio de Villa Crespo.

El Buen Sabor queda en Camargo 296. Horarios de atención: miércoles a sábados de 10 a 24; sábados de 12 a 16. Instagram: @elbuensaborafricano.