Der Pass –Pagan Peak en su traducción angloparlante y como se conoce en América latina– es la versión alemana de la serie nórdica El Puente, Bron, o Broen, en la que una pareja de detectives –un danés y una sueca– tiene a su cargo esclarecer el caso de un cadáver que aparece en el punto justo de la frontera entre ambos países, en el puente de Øresund, que une a las ciudades de Malmö y Copenhague. La primera temporada de esta serie germana creada por Cyrill Boss y Philipp Stennert se lanzó en 2019, ocho años después de la primera entrega de El Puente, que mantuvo en vilo a sus seguidores durante cuatro años, y el cierre de la saga tuvo lugar a finales de 2023.

Lo primero que es necesario destacar es el crescendo que logran sus realizadores, desde los primeros capítulos, en los que la detective alemana Ellie Stocker, protagonizada por Julia Jentsch, y su colega austríaco Gedeon Winter, interpretado por Nicholas Ofczarek, deben enfrentar un caso que a priori se presenta espeluznante: un cadáver en la nieve, posicionado en cuclillas, atado por sus muñecas y con una cola de caballo saliendo de su boca.

Ese crimen ritual es el punto de partida de una serie de asesinatos que comienzan a brindar un patrón, que de todas formas genera idas y vueltas muy inquietantes y que le otorga a la historia momentos de franco dramatismo y suspenso, coronado por las excelentes actuaciones de todo el elenco.

El ritmo narrativo, los silencios, la fotografía cuidada en forma obsesiva, los enfoques y desenfoques de cámara son características bien definidas en Pagan Peak. La distancia con la espectacularidad propia de los productos norteamericanos es un clásico en las realizaciones europeas, pero en este caso se destaca un tratamiento casi cinematográfico del relato, el punto de vista de las cámaras, rasgos que recuerdan en algún modo ciertos guiños del expresionismo del cine alemán, como las atmósferas recargadas, el simbolismo, los contrastes de iluminación y los decorados juegan un rol determinante.

Boss y Stennert, los realizadores, lo explicaban así en una entrevista publicada por Página/12 en simultáneo al estreno de la primera temporada: “Debido al impacto estadounidense en el mundo occidental después de la Segunda Guerra Mundial, todos los cineastas europeos estamos influenciados por el cine y las series de televisión de los Estados Unidos. Nos afectan su lenguaje cinematográfico, sus herramientas dramatúrgicas, sus grandes cineastas”.

Sin embargo, aclaraban que “el mundo se está volviendo cada vez más complejo y, como artista, debes relacionarte con el lugar de donde vienes, con la cultura, las personas que conoces, el idioma o incluso el dialecto. Tienes que hacerlo, si quieres contar una historia profunda, creíble y emocional. Entonces, sí, debe haber una especie de narración alemana, pero no podemos decir qué es exactamente. Suponemos que son cosas que están entre líneas”.

Krampus: una terrorífica criatura del folclore alpino

En Austria, pero también en el resto de los países alpinos, el Krampus se describe como un ser mitológico que se presenta con orejas de elfo y grandes cuernos, cubierto con pieles de animal.

El mito cuenta que suele aparecer cada noche entre el 5 y el 6 de diciembre, persiguiendo a aquellos chicos que no se han portado del todo bien o que no se ajustan al espíritu navideño. El Krampus entonces carga a los pequeños en una bolsa y los lleva al inframundo, donde –se afirma– “serán maltratados y destruidos para siempre”.

Esa antigua y tremenda tradición del Krampus comenzó a ser perseguida en la década del ‘30 del siglo XX, pero la serie la retoma, debido a que hay todo un resurgimiento del mito desde principios del milenio.

El crimen con que abre la primera temporada, la posición del cuerpo encontrado y los detalles de “ornamentación”, dan lugar a que la pareja de policías sospeche que toda esa puesta en escena está relacionada con el mito Krampus. De allí en más las sorpresas y misterios recorren el relato.

Las otras dos temporadas de esta “cumbre pagana” rondan la conflictiva relación que se suscita entre las policías de ambos países, las impactantes consecuencias psicológicas y físicas que produce en los personajes la investigación de crímenes tan cruentos y el permanente juego de poder que a menudo pone escollos a la hora de develar los casos.

En particular, la tercera temporada es sin lugar a dudas la que más explota la oscuridad y el terror. No es que los guionistas hayan abandonado la tensión o el suspenso que caracteriza a todo thriller, pero es notable cómo han querido subrayar el contrapunto entre la bella naturaleza alpina con los más oscuros designios locales.

Pagan Peak fue producida por Sky, y en la Argentina se puede ver por la señal HBO Max y la plataforma Amazon Prime. La productora ya comunicó oficialmente que no habrá cuarta temporada, así que vale la pena aprovechar esta magnífica trilogía.