SETTEMBRE - 6 puntos

Italia, 2022

Dirección y guion: Giulia Louise Steigerwalt.

Duración: 110 minutos.

Intérpretes: Fabrizio Bentivoglio, Barbara Ronchi, Thony, Tesa Litvan, Margherita Rebeggiani, Luca Nozzoli.

Estreno en salas.

El relato coral, con interacciones superfluas o centrales entre personajes narrativamente aislados, nunca pasa de moda. La tentación de los cineastas a la hora de acercarse a ese universo puede derivar en grandes o pequeñas virtudes, en mosaicos pretenciosos, retratos certeros o rompecabezas humanos modestos. Este último es el caso de Settembre, ópera prima de la italoamericana Giulia Louise Steigerwalt (nació en Texas, pero vive y se desempeña profesionalmente en Italia), que describe el día a día de un trío de personajes –y sus acompañantes vitales– en un período de la existencia que podría interpretarse como bisagra. 

En principio, está Francesca (Barbara Ronchi), esposa y madre que no parece estar atravesando un período matrimonial brillante. El estado de tristeza que la embarga, como se lo describe a su mejor amiga Debora (la cantante y actriz Thony), es potenciado por el descubrimiento ginecológico de una “masa” que no debería estar allí. Su hijo púber, Sergio, hace las veces de Cupido y profesor sexual de una compañera de escuela, Maria, para que debute sexualmente con su amigo, aunque al pibe le pasan cosas con ella.

Finalmente, el médico interpretado por Fabrizio Bentivoglio, un hombre solitario divorciado de su esposa tiempo atrás, comienza a aconsejar a la joven prostituta que frecuenta, Ana, (la croata Tesa Litvan) cuando esta se enamora de un joven panadero del barrio. Que el doctor en cuestión atienda en cierto momento a Francesa termina de completar el círculo de un guion afianzado en emociones humanas de fácil reconocimiento. 

Más allá del obvio componente dramático de las situaciones, Steigerwalt recurre regularmente al humor, como cuando Sergio se baja los pantalones ante su “alumna” para que se acostumbre a la visión de un pito o practica con ella la mejor manera de besarse, los labios separados por un papel film. En otras instancias, la tristeza copa la parada, traccionado los aprendizajes de vida sin caer en la lección demagógica. Finalmente, son las historias femeninas, la de Francesa y la de Ana, las que permiten la posibilidad de un borrón y cuenta nueva.

Hay algo un tanto esquemático en la construcción de los personajes masculinos adultos, en particular el del marido de Francesca, suerte de Homero Simpson ibérico y sin panza, pero igualmente indiferente a todo lo que lo rodea excepto sus intereses más básicos. Tal vez por eso la revelación sentimental y sexual de su pareja se siente un tanto artificial, “guionada”. De todas formas y en líneas generales, Settembre (el título nunca se explica, tal vez todo ocurra durante ese mes) logra balancear todos los ingredientes en un relato efectivo aunque probado de antemano. Una receta que ya se conoce, con sus aderezos y tiempos de cocción internalizados, que no sorprende pero huele y sabe bien. Un menú del día cinematográfico.