Rusia acusa al ejército ucraniano de matar a 28 civiles en un ataque contra una panadería de la anexionada región oriental de Lugansk y responsabilizó a Occidente de suministrar a Kiev el armamento para perpetrar esos "ataques terroristas" contra territorio ruso.

"Esta es una prueba más del carácter criminal del régimen de Kiev (...) y, como destacó el presidente ruso, Vladímir Putin, de que el Ejército ucraniano se ha convertido finalmente en una organización terrorista", dijo María Zajárova, portavoz de Exteriores. A mediados de enero un ataque similar causó una treintena de civiles muertos en un mercado de la capital de la región oriental de Donetsk.

Una panadería llena de gente

El ataque, efectuado supuestamente por Kiev con armamento occidental, provocó el sábado el derrumbe el edificio de dos plantas de una panadería en la ciudad de Lisichansk, que tenía 100.000 habitantes antes del inicio de la guerra. En la panadería había decenas de personas que hacían cola para recibir el pan.

Según las autoridades leales al Kremlin en Lugansk, el ataque contra el edificio --también albergaba un restaurante-- se hizo con un misil HIMARS de fabricación estadounidense. "Los efectivos de Emergencias salvaron a diez personas. Lamentablemente, 28 personas, incluido un niño, han muerto", informó el Ministerio para Situaciones de Emergencia de Rusia.

Las labores de rescate entre los escombros del edificio transcurrieron a lo largo de toda la noche y no se descarta que aumente el número de muertos.

Moscú demanda una condena occidental

Zajárova exigió a las organizaciones internacionales una "condena incondicional" del ataque contra un objetivo civil, que tachó de "acción terrorista de los neonazis ucranianos". "Los ciudadanos de la Unión Europea (UE) deben saber cómo se usan sus impuestos. Con ellos compran mortíferos sistemas de armamento y se los suministran al régimen de Kiev, que con su ayuda asesina a civiles inocentes", aseguró.

Zajárova agregó que el bombardeo de Kiev representa el "agradecimiento" ucraniano por la "generosa" asistencia de 50.000 millones de euros aprobada esta semana por la UE.  Y llamó a los parisinos y romanos a imaginar que, "en vez de bollos frescos, a sus casas traen familiares asesinados o heridos por los terroristas ucranianos".

Desde hace meses Moscú acusa a Kiev de cometer actos terroristas contra los territorios ocupados, lo que incluye a la península de Crimea, mientras insiste en que su propia aviación, artillería y drones no apuntan contra objetivos civiles en Ucrania. A finales de enero Putin también acusó a Kiev de derribar con un misil Patriot de fabricación estadounidense un avión de transporte militar ruso Il-76 que transportaba 65 militares ucranianos para su canje.

Malas noticias para Kiev desde Washington

Después de la buena noticia de que Bruselas desbloqueara la ayuda para Kiev, la Casa Blanca no ha podido lograr aún un acuerdo en la Cámara de Representantes estadounidense. El presidente de la cámara, el republicano Mike Johnson, anunció el sábado que la próxima semana su partido presentará un proyecto de ley independiente de ayuda a Israel por valor de 17.600 millones de dólares.

La Casa Blanca, que había solicitado más de 60.000 millones de dólares en asistencia a Ucrania, describió esta legislación como una "cínica maniobra política". La portavoz demócrata, Karine Jean-Pierre, aseguró que esa "estratagema (...) no ayuda en nada al pueblo de Ucrania a defenderse de la agresión de Putin".