Mediante sendas comunicaciones públicas, la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE) y el grupo de católicos denominado Cristianos para el Tercer Milenio (CTM) criticaron severamente al Gobierno y, en particular, al Ministerio de Seguridad, por la represión de las protestas callejeras que realizaron las fuerzas federales en los últimos días mientras en Diputados se discutía el proyecto de ley ómnibus.
La Directiva de la FAIE, organización que representa a las más importantes iglesias históricas de tradición protestante en el país, envió una carta a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en la que se denuncian los “inusitados hechos de violencia institucional” generados como resultado de la aplicación del denominado “Protocolo de Seguridad” y solicitó que se cese de manera urgente su aplicación.
Por su parte los CTM, en una declaración pública dirigida a “nuestros compatriotas”, afirman que “en estos días hemos contemplado, cómo el gobierno -en su intento de demostrar cómo se va a imponer la voluntad del Poder Ejecutivo de ahora en más– hizo de la represión un show sangriento para que no queden dudas de lo que les espera a todos los que quieran manifestar su oposición”.
Refiriéndose Javier Milei, los CTM señalan que “lo que (el presidente) propone no viene del cielo como él propaga, sino de una creencia en que la voluntad del soberano y -de los poderes que reinan por encima de él- se ejecuta, cueste lo que cueste y caiga quien caiga”.
En la nota dirigida a la ministra Bullrich los directivos de las iglesias evangélicas reunidas en FAIE expresan su “preocupación y repudio por los inusitados hechos de violencia institucional que vienen sucediéndose a partir de la aplicación del así denominado ´Protocolo de Seguridad´” que quedan de manifiesto en “la presencia excesiva y desproporcionada de efectivos de las fuerzas federales, los mecanismos a través de los cuales buscan disuadir a quienes expresan sus reclamos, el uso inapropiado y criminal de gases y balas de goma”.
Siguiendo con su señalamiento y atendiendo a los “criterios históricos que atrasan más de ciento cuarenta años” y con lo que el mismo presidente reconoce gobernar, los CTM se preguntan “¿Cómo pretende que la Argentina entrada ya en el tercer milenio pueda aceptarlo mansamente?”. Y afirman que “hoy somos testigos de que su política, aunque haga sangrar manifestantes, no sirve”, porque “el consumo de alimentos ha bajado, la inflación ha subido al doble y todo lo que se necesita para vivir dignamente, se ha encarecido a niveles inalcanzables”. Por ese motivo desestiman la calificación de “inapropiada” aplicada desde el gobierno a la protesta, para denunciar que “inapropiada, desmesurada, cruel, sangrienta fue la reacción” de las fuerzas de seguridad.
En su carta a Bullrich la FAIE hace referencia a los hechos ocurridos tanto en Buenos Aires como en otros puntos de Argentina y afirma que el modo de actuar de las fuerzas federales “no solo está dejando en distintos lugares de nuestro país el lamentable saldo de personas detenidas arbitrariamente, con serias lesiones y heridas, sino que además promueve y establece una dinámica represiva generadora de un clima de violencia impropio para un Estado de derecho”.
En la misma nota la directiva del organismo ecuménico le dice a Patricia Bullrich que “entendemos que el ministerio que usted dirige y por el cual es responsable debe garantizar la seguridad e integridad de todas las personas sin distinción alguna”. Sin embargo, se agrega, “eso incluye también el derecho constitucional a la protesta, el cual no puede ni debe ser objeto de represión ni criminalización”. La carta finaliza con la solicitud para que “cese urgentemente la aplicación del actual Protocolo de Seguridad”.
“Como cristianos nos resulta inaceptable ese desprecio por la vida humana –dicen los CTM-; esa inhabilidad para conducir a buen término el justo reclamo; ese poner en el pueblo la responsabilidad por lo sucedido; ese gasto inconmensurable de parte del Estado de un dinero que bien podría haber sido entregado a los comedores populares; el ensañamiento malicioso contra las y los trabajadores de prensa que fueron tratados como delincuentes”.
Los católicos reunidos en CTM sostienen que “la solidaridad es la marca del cristianismo, y nuestro pueblo, lo es”. Por ese motivo, concluyen, “nosotros, los Cristianos para el Tercer Milenio, nos solidarizamos con todos los que reclaman por la justicia y con todo el sufrido Pueblo Argentino”.