Si en España se realizaran elecciones generales anticipadas en el próximo tiempo, el partido de derecha Ciudadanos le arrebataría más de un millón de votos al Partido Popular (PP) y se haría con 31 escaños en el Congreso de los Diputados, sumando 63 diputados, mientras que el partido gobernante perdería 26 parlamentarios y se quedaría en sólo 111. Esa es la fotografía electoral que se desprende de una encuesta elaborada por el Observatorio Continuo de Jaime Miquel y Asociados (JM&A), encargada por el diario Público, que indica, entre otras cosas, que la gestión de Mariano Rajoy frente a la crisis catalana no le está dando resultados ni siquiera entre sus propios votantes antinacionalistas.
A pesar de algunos temores en Podemos vinculados a que la posición de Pablo Iglesias sobre Cataluña –apoyando el derecho a decidir de los catalanes y un referéndum pactado– perdería un 3,4 por ciento de sus votantes (cayendo una décima en el porcentaje de votos válidos) y tres escaños –se quedaría con 68 bancas, todavía cinco por encima de Ciudadanos– en caso de celebrarse comicios generales, según estimó JM&A.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) también sufriría una leve caída de 0,6 por ciento y perdería cuatro bancas.
En total, la derecha sí ganaría peso en el Congreso, pero PP y Ciudadanos sumarían 174 escaños y no podrían alcanzar la mayoría absoluta (176) ni con el diputado de Coalición Canaria, de forma que volverían a depender del apoyo del Partido Nacionalista Vasco (PNV) –que subiría un escaño, hasta los seis– para aprobar los Presupuestos.
La estimación del Observatorio Continuo de Jaime Miquel y Asociados (JM&A) para Público ponderó todos los sondeos realizados recientemente, incluso el elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIE). Los cálculos de la consulta se realizaron a partir de un pronóstico de participación electoral que permite predecir el número de votos exacto de cada formación, así como las transferencias de votantes entre los partidos políticos.
Otro dato significativo de la consulta es que PSOE y Unidos Podemos (UP) pierden menos porcentaje de votantes que el aumento de la abstención prevista: uno de cada tres electores censados no acudiría a una nueva cita con las urnas o depositaría un voto nulo.
El crecimiento de Ciudadanos se vincula a la captación de aquellos votantes del PP que se encuentran decepcionados con la gestión del gobierno frente al proceso soberanista catalán. Aunque Ciudadanos gana más diputados de los 26 que pierde el PP por los redondeos de la ley d’Hondt en las circunscripciones provinciales pequeñas.
En Cataluña, Esquerra Republicana (ERC) se reforzaría –ganando un escaño hasta reunir diez– y el Partido Demócrata Europeo Catalán se mantendría en los 8 diputados pese a perder el 11,5 por ciento de sus votantes y quedar más de 110.000 votos por detrás de ERC.
Jaime Miquel explica el fenómeno electoral: “Los partidarios de la aplicación del artículo 155 y la gran mayoría de los independentistas catalanes creen que son iguales todas las banderas españolas que se ven en estos días, y no es cierto. Muchas son de demócratas españoles exigiendo soluciones consensuadas, un fenómeno nuevo que es concurrente con otros que visten de blanco y que asegura la normalidad democrática de la sociedad o el concepto Cameron en el medio plazo”, en referencia al ex premier británico que accedió al referéndum de Escocia.
Todos los resultados están mediatizados por la cuestión catalana. Miquel subraya, en este sentido: “El sociólogo Manuel Castells explica que la reciente entrevista entre Rajoy y Trump ha transformado el proceso (soberanista catalán) en una protesta de la sociedad en red del primer mundo ante el autoritarismo. Lo que significa que esta percepción exterior, favorable a lo que ya es una protesta global, se ha intensificado después de las imágenes de violencia policial del referéndum del 1 de octubre. Este marco es nuevo”. Según el analista electoral, los sucesos de Cataluña aceleran el final del posfranquismo. “Lo hemos dicho de todas las formas posibles: que esto ya es el Titanic, que es como la URSS, que como el toro de Tordesillas, que esto se termina. Porque un Estado español autoritario es impopular en la Unión Europea y en España, y caerá más pronto que tarde: aquí queremos funcionar como los franceses o los alemanes, no como los turcos”, señaló.