Dos gobernadores de la extrema derecha bolsonarista, los de Santa Catarina y Minas Gerais, lanzaron una política pública antivacunas y anunciaron que no seguirán la línea del gobierno federal de Brasil de exigir la libreta de vacunación a los niños en edad escolar antes del inicio de clases.
La decisión que marca una guerra ideológica contra el presidente Luiz Inácio Lula da Silva la tomaron el conservador Jorginho Mello, de Santa Catarina, y el libertario Romeu Zema, de Minas Gerais, uno de los señalados como presidenciable para 2026.
El Ministerio de Salud nacional y los estados habían firmado un acuerdo para que todos los niños en edad escolar al matricularse deban presentar un certificado de vacunación. La medida de Santa Catarina y Minas Gerais, bastiones del bolsonarismo, contradice al Gobierno federal que, en enero de este año, incluyó la vacuna Covid-19 en el plan obligatorio para niños de hasta cinco años.
La decisión de Zema y Mello ocurre en medio de un debate sobre la vacunación de niños de entre 10 y 14 años contra el dengue determinada por el Ministerio de Salud.
Minas Gerais y Santa Catarina, contra las vacunas
"En Minas Gerais, todos los estudiantes, independientemente de que hayan sido vacunados o no, tendrán acceso a la escuela", garantizó el gobernador Zema, reelecto en 2022 y respaldado por el diputado más votado del país, Nikolas Ferreira, del Partido Liberal de Bolsonaro, un joven influencer que es uno de los principales opositores en las redes del Gobierno del Partido de los Trabajadores.
Minas Gerais es el segundo colegio electoral del país y allí Zema fue reelecto, pero al mismo tiempo Lula logró vencer a Bolsonaro en 2022. Según la lógica estadística, desde 1989 quien vence en Minas Gerais siempre es electo presidente.
En el sureño Santa Catarina, limítrofe con la provincia de Misiones, el ultraderechista Mello divulgó un video en el cual aseguró que está en contra de pedir de obligatoriedad de las vacunas. "Ningún niño quedará fuera de la escuela por no haber sido vacunado contra el Covid-19", dijo Mello, quien en la época de Bolsonaro defendió métodos no comprobados para luchar contra la pandemia, como el uso de cloroquina, un remedio contra la malaria como solución milagrosa.
El gobernador además revocó un decreto estatal que exigía que los docentes estuvieran vacunados. Intendentes ultraderechistas de Santa Catarina también siguieron al gobernador en los municipios de Balneario Camboriú, Blumenai, Joinville, Brusque, Chapecó, Jaraguá do Sul y Criciúma.
"Son unos criminales"
El Ministerio Público demandó a estos gobernantes por contradecir la obligatoriedad de la vacuna en niños determinada por el Supremo Tribunal Federal. La presidenta del PT, la diputada Gleisi Hoffmann, afirmó que los gobernadores son "criminales" y sostuvo que la medida "ataca la salud de los niños".
"Mientras el Gobierno de Lula hace todo lo posible para garantizar la salud del pueblo y retomar el programa nacional de vacunación, los gobernadores de Bolsonaro dicen que los estudiantes de la red educativa estatal no estarán obligados a vacunarse para poder asistir a clases. Primero fue Santa Catarina y ahora los extremistas Zema de Minas que atenta contra la salud de los niños. Son unos criminales", escribió Hoffmann.