La Justicia española avanza contra Abuntia, la firma con la que Alejadro Muszak llevó a ese país más de 7 millones de dólares de argentinos. La propuesta de reestructuración de deuda que la firma de Muszak radicada en España se envió hace dos semanas, tuvo cero por ciento de aceptación entre los acreedores, pero varios de ellos recibieron por correo electrónico confirmaciones de firma, lo que constituiría falsificación de documento público. Se trata de la más reciente de una larga cadena de irregularidades del grupo Wenance.

Las operaciones de Abuntia comenzaron en 2021 y crecieron durante 2022. La explicación era sencilla: Muszak les ofrecía a sus inversores de Wenance “una plaza más segura y estable que la Argentina”. Muchos compraron el argumento.

Cuando el financista decidió dejar de cumplir sus compromisos con inversores, proveedores y empleados, también lo hizo con los “españoles”, que eran en realidad argentinos, muchos de ellos residentes fuera del país.

Lorena Arias es argentina, reside en España y representa a cerca de 30 inversores estafados por Musak, por un monto de 7 millones de dólares aproximadamente. En agosto del año pasado, Abuntia anunció a sus inversores el inicio de un proceso de auditoría externa, paso previo para elaborar un plan de reestructuración de deuda.

“Pero ya en esa etapa empezaron los conflictos. Primero, no contrataron a ninguno de los grandes estudios, no fueron las big five. Segundo, la firma que comenzó el trabajo se fue al poco tiempo, porque le ocultaban información. Hubo una segunda que corrió la misma suerte y recién la tercera lo completó, pero, ¿qué credibilidad puede tener con esos antecedentes?”, explica Arias.

La propuesta masivamente rechazada implicaba la caída total de los intereses, una quita de capital de 25 puntos y un plan de pagos en cuotas semestrales que comenzaba en 2027. Pero, si en esos años se registrara un resultado neto positivo, el 20 por ciento se destinaría a precancelar deuda, siempre que los accionistas lo aprobaran.

“En paralelo, nosotros nos reunimos con ellos antes de iniciar acciones, para explorar la posibilidad de un acuerdo extrajudicial, pero hubo cero chances. Fingen demencia. Nada les importa. Veremos si con la causa penal tienen la misma actitud”, agrega la letrada.

La causa penal está en manos de otro estudio, pero Arias la sigue de cerca. “Uno de los puntos que se investiga es un posible fraude a Hacienda, es decir al fisco español, si se comprueba, es un giro de ciento ochenta grados", dice y explica que España tiene convenio de extradición con Argentina y la justicia de ese país es comparativamente más rápida.

En este contexto, la falsificación de firma digital que denuncian varios damnificados, y a cuya prueba accedió Buenos Aires/12, se anexará al expediente penal que tramita en Madrid, donde a Muszak no se le conoce protección política. 

Wenance integró la Cámara de Empresas Fintech desde su fundación, promovida por Marcos Galperín, en 2017. En julio pasado, cuando las irregularidades de Muszak tomaron estado público, Wenance fue suspendida por la entidad y continúa a la espera de que se le dicten sanciones, por parte del tribunal de disciplina, que podrían llegar a la expulsión. Por lo pronto, ya no figura en el directorio de miembros alojado en la web de la cámara.

No son pocos los integrantes de la institución, según pudo saber este medio, que reclaman mayor energía en el repudio al accionar ilícito de Muszak y Wenance. “La gente asocia fintech y Wenance, Wenance y fintech, lo que hizo nos ensucia a todos”, sostienen por lo bajo. 

La semana pasada, culminada la feria judicial, y el período de subrogancia de la jueza Paula Verónica González, la causa Wenance volvió a ser sorteada. Recayó sobre Alejandra Provítola, integrante de la agrupación Compromiso Judicial que responde a Daniel Angelici. Provítola, que además es miembro del Consejo de la Magistratura, se excusó, la causa volvió a sortearse y finalmente volvió a tocarle a Paula Verónica González. Todo sigue igual.

Historia reciente

Muszak, que se crió en San Isidro y conserva sus oficinas en Olivos, comenzó en 2016 a prestar plata por internet a sectores no bancarizados de la población, una cartera de alto riesgo.

Pero, mientras el resto de las fintech de lending, como se conoce a las que ofrecen préstamos personales para consumo, presta capital propio, que las obliga a tomar ciertos recaudos, Muszak realizaba intermediación financiera, algo expresamente prohibido para empresas como la suya por las regulaciones del Banco Central. 

Tomaba depósitos, prestaba el dinero y finalmente emitía y vendía títulos por esas operaciones. Es decir, tercerizaba el riesgo. Entre sus inversores se contaban personas físicas y jurídicas, que tentadas por las altas tasas, en un contexto inflacionario, colocaban su capital de trabajo. 

El 3 de julio de 2023 Muszak dejó de pagar, tanto intereses como capital, con el argumento de que la mora había subido al 30 por ciento. "Pero, en ese caso tendría que haber rendido y abonado el 70 restante y no sentarse arriba de la guita como si fuera suya", sostuvo en su momento el titular de la firma Promotora Fiduciaria, Pablo Abancens.

Algunos, pocos, recuperaron su dinero. Entre ellos se cuentan un miembro de la corte suprema de una provincia patagónica, un ex intendente del conurbano norte y un sector de la barra brava de Boca, La Doce.

El propio Abancens declaró en sede judicial que comprobó que Muszak vendió el mismo crédito hasta seis veces, de manera que apenas el 15 por ciento de la operación era genuina, y aportó la documentación correspondiente.

La misma implica, según el declarante, la confirmación de un esquema Ponzi, donde lo que se paga como dividendos no proviene de la administración del patrimonio del fideicomiso sino de nuevos aportes de capital.

A pesar de esto, tras dos rechazos en el juzgado de primera instancia de San Isidro, la cámara que integran Jorge Zunino y Fernanda  Nuevo, le concedieron el concurso preventivo que Muszak buscaba para seguir operando.