"La situación es crítica. Desde que asumió esta gestión en Nación no hay respuesta, ni un grano de arroz", resumió Fidel Puggioni, del movimiento la Dignidad Salta, el momento que atraviesan comedores y merenderos gestionados por las organizaciones sociales en la capital salteña y el interior provincial.
Hasta el momento esa organización mantiene un 80 por ciento de sus espacios de contención cerrados, al menos hasta que consiguen juntar, por donaciones o por colectas entre vecinos y vecinas, el dinero suficiente para llenar las ollas otra vez. "El vínculo con la gente no se cortó, hacemos lo que podemos para mantenernos activos", aseguró el referente. Hubo espacios populares que permanecieron activos hasta enero de este año, pero luego todo fue franco deterioro.
"Las partidas se giraban desde el Ministerio de Desarrollo Social", cuando el organismo estuvo a cargo de Victoria Tolosa Paz, "directamente a los mayoristas", aclaró Puggioni. "Los referentes de La Dignidad no tocaron un peso", acotó en respuesta a la permanente criminalización de la actual administración nacional sobre el manejo de los fondos de parte de las organizaciones. Fueron las mujeres, que mayoritariamente gestionan las ollas populares, quienes comenzaron a sentir la presión de la crisis en ciernes, cuando en noviembre de 2023, en medio de un proceso electoral que se alargó hasta el balotaje, la Nación canceló el envío de fondos para contener el hambre. Salta no fue la excepción. Luego, con Sandra Pettovello al frente del Ministerio de Capital Humano, la situación se tensó aún más.
"Nosotros habíamos llegado a un acuerdo con Provincia para contar con fondos desde enero de este año", relató el dirigente en alusión al Ministerio de Desarrollo Social salteño, "pero nos informaro que no logran que los comercios mayoristas presupuesten a precios razonables". Puggioni contó que, debido a la escalada inflacionaria, la cotización de insumos básicos se hace a precios elevadísimos. En una reunión el lunes último, entre referentes de distintas organizaciones y funcionarios de la cartera de Desarrollo Social de la provincia, les explicaron "que a productos como el azúcar, los proveedores estaban cotizando a tres mil pesos el kilo".
Los comerciantes argumentaron que la escalada inflacionaria y los tiempos burocráticos del Estado salteño para liquidar lo presupuestado y habilitar depósitos, los obliga a cotizar insumos básicos con ese sobreprecio. "Nadie quiere vender en grandes cantidades porque les conviene hacerlo de a poco", acotó Puggioni. Desde La Dignidad, explicaron también que la entrega de alimentos secos no fue de gran calidad durante el último tramo de la gestión nacional de Alberto Fernández. "Mucho fideo, mucho arroz, mucha polenta, poca proteína", por la ausencia de legumbres, "y pocas veces pudimos sumar cereales a la leche de los chicos y chicas".
Una ministra que desconoce
"Hay comedores que están paralizados por esta situación e intentamos mantenernos con el esfuerzo propio, pero no estamos dando abasto", repitió en el análisis de situación Darío Limachi, referente del movimiento Libres del Sur y que gestiona comedores y merenderos en el área metropolitana de Salta. Abarca 100 merenderos en la capital salteña y otros 30 distribuidos por las cabeceras de los departamentos vecinos, como Cerrillos, la Merced, Campo Quijano, y Rosario de Lerma principalmente. "También mantenemos espacios de contención en Orán, Hipólito Yrigoyen, Pichanal y Colonia Santa Rosa", agregó.
Limachi repitió el dato bisagra: "con la cuota alimentaria fija de Nación pudimos sostenernos hasta noviembre". Después, con las nuevas autoridades nacionales, "congelaron las partidas y no nos entregaron más cuotas". Una de las quejas que también expresó Libres del Sur sobre la gestión nacional del Ministerio de Capital Humano es que "no acepta reclamos" y "criminaliza nuestro trabajo en los espacios de contención".
La ministra Pettovello "muestra un claro desconocimiento de la sociedad en su tejido más débil, porque los centros comunitarios no brindan solamente alimento para el cuerpo, son lugares de contención para muchas personas", agregó. "Debería saber que no solamente entregamos una merienda o una comida, sino que somos centros de capacitación y también de apoyo educativo porque acompañamos a las y los niños que transitan la escolaridad primaria cuando sus padres (o tutores) tienen que salir a buscar la diaria".
Más hambrientos y menos ayuda
La misma situación la padecen los comedores y merenderos del interior salteño, especialmente distribuidos por el este y norte provincial. "Nosotros no recibimos mercadería de Nación desde noviembre de 2023", expresó Samanta Vena, del movimiento La Dignidad de General Güemes. "Tampoco recibimos el bolsón navideño", agregó. "En agosto del año pasado nos reunimos con la ministra de Desarrollo Social de Salta", Silvina Vargas, "que nos prometió una ayuda que finalmente no alcanzó", dijo en alusión a la relación con el gobierno de Gustavo Sáenz. La referenta contó que en los años de pandemia manejaron 10 merenderos solamente en esa cabecera de departamento, pero luego fueron bajando hasta llegar a los dos espacios barriales que la organización mantiene ahora con donaciones de privados.
Raúl Arce, de la CCC de Salvador Mazza en el norte salteño, contó la misma situación. "En este Gobierno (nacional) no se recibió nada, ni en diciembre con Navidad, ni alimentos secos. Solamente logramos un convenio de frescos para merenderos pero es ínfimo: 60 pesos por cada niño por 22 días", detalló. "De Provincia, que el año pasado venía entregando regularmente para 9 merenderos que tenemos en la localidad, los últimos tres meses del año no entregaron más nada. Recién volvieron a entregar (cuotas alimentarias) en enero y no sabemos si en febrero van a entregar". Por los tarifazos y la escalada inflacionaria Arce detalló que ahora "son muchísimas más las familias que vienen a nuestros merenderos". Es una situación que se tensa cada vez más y se extiende a los espacios populares de otras organizaciones en Salvador Mazza, localidad que se encuentra sobre el límite de Argentina con el Estado Plurinacional de Bolivia.
Rodrigo Tolaba, dirigente del Polo Obrero, relató la misma situación con los merenderos para las niñeces populares en Salta capital. "No recibimos absolutamente nada de Nación", se quejó el dirigente, que habló de "la política del hambre" que ejecuta Sandra Pettovello.
Para Tolaba, a los recortes se suma "la cancelación de las paritarias, despidos, crecimiento de la pobreza y la hiperinflación". En su análisis desarrolló la misma problemática: el gobierno de Javier Milei canceló las partidas a organizaciones sociales, lo que terminó por quebrar la capacidad de aguante de muchos espacios que se sostenían tan solo con esas cuotas de alimentos secos y la colaboración de vecinos y vecinas. Tolaba reclamó una huelga general, se manifestó contra el DNU 70/23 actualmente vigente, y también contra el proyecto de Ley de "Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos" cuyo tratamiento naufragó ayer en la Cámara Baja del Congreso nacional.
Entre los dirigentes consultados, Fidel Puggioni agregó que "el Gobierno nacional está en contra del colectivismo" y recordó que los movimientos sociales se organizaron en 2001, cuando la economía estalló después de más de una década de la convertibilidad que mantuvo atada la economía nacional a la paridad 1 a 1 del peso contra el dólar estadounidense.
Desde el Ministerio de Desarrollo Social salteño aseguraron a este medio que el gobernador dió la orden de sostener la olla en todas las mesas de los barrios populares de capital y del interior. "Hoy, en el contexto actual que transitamos, el gobierno de la provincia está realizando un enorme esfuerzo para mantener las contenciones que se venían entregando", expresó Jorgelina Bellagamba Sosa, secretaria de Políticas Sociales del Ministerio que hoy gestiona Mario Mimessi. La funcionaria detalló que en total, la provincia maneja alrededor de 600 comedores y merenderos, muchos relacionados con escuelas públicas, otros con organizaciones sociales.
"Nosotros trabajamos este año con las mismas partidas asignadas en 2023", que estimó en 1271 millones de pesos, pero son fondos que se devalúan a la misma velocidad de "la inflación lapidaria que sufrimos todos en el día a día", dijo. Por otro lado, contó que el ministro Mimessi mantiene una conversación fluída con funcionarios nacionales del Ministerio de Capital Humano, sobre todo con Pablo De La Torre, actual Ssecretario de Niñez y Familia. Incluso esperan la visita de funcionarios nacionales del área para que recorran la provincia y puedan comprender las necesidades de la población salteña, sobre todo en los departamentos Orán, San Martín y Rivadavia, con población originaria y programas (como el focalizado) de contención específicos para paliar el hambre y la desnutrición infantil.
Bellagamba Sosa destacó finalmente que en los comedores a su cargo y en 2023, la provincia brindó contención alimentaria a más de 25 mil niños y niñas por mes, mientras que en los merenderos esa cantidad ascendió a 55 mil niños y niñas, también mensualmente. "En un contexto empobrecido, sin diálogo no se puede construir nada", resumió la funcionaria salteña. "Todo depende de las decisiones que tome un presidente y su gabinete", añadió. "Lo importante es destacar que el gobierno de la provincia quiere seguir al lado de los salteños y salteñas y sostener los comedores, merenderos y programas orientados a atender sus necesidades", afirmó.