Víctor Hugo Morales volvió a la carga contra el proyecto de ley ómnibus enviado al Congreso por Javier Milei y destacó en su editorial de AM750 que la iniciativa regresara a comisión para continuar su debate. "Cuando llegaron las privatizaciones y los negocios que ya celebrabam todo se desmoronó y el pueblo celebró en las calles", reflexionó el periodista y conductor.
El editorial de Víctor Hugo: ley ómnibus, Milei y una derrota política
El mamarracho al que se enfrentó Javier Milei fue esperado con champán en el congelador por el verdadero poder. Cuando llegaron a las privatizaciones y a los negocios que ya estaban celebrando, todo se desmoronó, y el pueblo celebró en las calles.
El
alivio flotó sobre la Avenida Entre Ríos, mientras que los
empresarios de AEA sintieron que esta vez se quedaban con las manos
vacías.
Ya
no era la ley omnibus, sino un viejo fitito. Miles de millones
quedaron suspendidos en los telegramas a los bancos.
El
círculo rojo solo supo esconderse como siempre y el único que quedó
como un novio plantado en el altar fue Milei. Desde Israel, amenazó,
ofendió a diputados sin importar a quién, denunció a los
gobernadores como traidores.
Los
pobres estaban dispuestos, pero hasta Carrió les prometía cárcel.
Las
facultades delegadas marcaron el principio del martes negro, pero
luego solo quedó el humo oscuro de la quema de todos los papeles.
Cuando
llegaron a las privatizaciones, los caballos comenzaron a retroceder
como cuando hay que cruzar un río crecido. En lugar de calmarlos y
tranquilizarlos, el macrimileismo sacó el rebenque y empezó a
azotarlos.
Fue
peor. Milei no podía dormir en la interminable madrugada de Israel.
Prometió incluso un plebiscito. Ojalá lo hiciera. La derrota será
peor que la de ayer.
El
llanto en el Muro de los Lamentos dio paso a las lágrimas de la
frustración, como es el personaje se le debe haber caído alguna
lágrima y algún puñetazo en la pared.
Lo
que le dictó el verdadero poder, lo que redactó entre otros
Sturzenegger con el poder real y varios estudios jurídicos – no
hay que olvidarse lo corrupta que era esta ley -, lo que Caputo no
tuvo el coraje de defender, la prepotencia como estilo, convirtieron
el martes negro con el que soñaban en este día de miércoles que
les ha tocado.