Un hombre de 31 años se sumó ayer como imputado en el marco de la investigación por el homicidio del policía Leoncio Bermúdez, cometido el 14 de noviembre pasado en la puerta del hospital Provincial. Mauricio Ezequiel Bustos fue detenido la semana pasada en Donado y La República, al noroeste de la ciudad, y ayer la fiscal Gisela Paolicelli lo acusó como uno de los atacantes que ingresó a la guardia del efector para liberar a Gabriel Guillermo Lencina, un preso de Piñero que había sido trasladado e internado por un tratamiento por tuberculosis. La causa ya tiene cuatro imputados y hay dos adolescentes identificados y señalados por hacer de “campana”.

Fiscalía le atribuyó al nuevo implicado el delito de homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas, por precio o promesa remuneratoria y criminis causa, agravado por la participación de dos menores de edad y por el uso de arma de fuego, abuso de armas en calidad de coautores, robo calificado y tentativa de favorecimiento de evasión, robo calificado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa, en concurso real con el delito de portación ilegítima de arma de fuego de uso civil agravada por registrar antecedentes penales condenatorios por delitos con arma. Ante ello, el juez Mariano Aliau dispuso la prisión preventiva efectiva por el plazo máximo de ley.

Paolicelli le imputó que junto a los demás acusados, y bajo un mismo plan, causaron la muerte de Bermúdez, a través de disparos de arma de fuego, en el cráneo, en la mejilla izquierda y en el muslo derecho. Para la fiscal, "las conductas fueron realizadas según previa planificación y distribución de roles, aceptando el resultado. Los autores actuaron bajo promesa de recibir una suma de dinero y con la finalidad de procurar su impunidad por no haber logrado la evasión de un interno".

En ese contexto, le endilgó haber llegado al lugar a las 20.40, para unirse al grupo. "Un masculino, hasta el momento no identificado, le indicó al imputado que debía ir hasta la esquina, en esa esquina recibieron instrucciones de otro hombre y una mujer, aún no identificados, que descendieron del auto. Posteriormente, ingresaron a la guardia del Hospital por la puerta de calle Zeballos, mientras que los menores se quedaron aguardando en la vereda. Una vez dentro de la guardia, se dirigieron adonde se encontraba el interno acompañado de los custodios. En momentos en que Pablo Sosa -ya imputado por autoría material- apuntó con un arma de fuego, uno de los custodios se abalanzó sobre él a los fines de quitarle el arma. En el forcejeo resultó lesionado el custodio mientras que Sosa le sustrajo su arma reglamentaria marca Bersa Thunder", dice la imputación. 

Finalmente, "al no lograr el cometido propuesto, ambos emprendieron su huida, al salir del lugar Sosa disparó contra los demás pacientes que se encontraban en la guardia, alcanzando a uno. Al escuchar los gritos de las personas, el subinspector Bermúdez, quien se encontraba en el Destacamento del Hospital cumplimentando su servicio se dirigió corriendo al encuentro de los imputados en la puerta de la guardia sin llegar a usar su arma, dado que Sosa, al encontrarse con Bermúdez, inmediatamente lo apuntó con las dos armas -la propia y la sustraída- y le efectuó un disparó con su arma propia, mientras que estando la víctima en el piso le efectuó dos disparos más. Luego de cometido el hecho, Bustos, junto a los tres restantes partícipes, huyeron a bordo de un automóvil. 

Además se le atribuyó, haber intentado apoderarse ilegítimamente de un automóvil en fecha 15 de diciembre de 2023, que se encontraba estacionado en inmediaciones de Perú al 1600, en el que había un menor a quien apuntó para que bajara.

Según la imputación de la fiscal, todo sucedió bajo una promesa remuneratoria de dos millones de pesos ofrecida por los reclusos de Piñero Joel Gabriel Ibarra y Lautaro Román Núñez.