El exfutbolista brasileño Dani Alves negó este miércoles haber abusado sexualmente a una mujer en una discoteca de Barcelona en 2022 y aseguró que la presunta víctima era libre de irse "en cualquier momento", en el marco de su declaración en la última jornada del juicio en su contra en la ciudad española.
Durante una breve declaración de 20 minutos, en la que solo respondió a su abogada, el exjugador del Barcelona y el PSG expresó que "podía salir en cualquier momento, no estaba obligada a estar allí", sobre la mujer, al tiempo que aseguró que él no es "un hombre violento".
Asimismo, insistió en que "en ningún momento me dijo nada, simplemente estábamos los dos disfrutando", precisó el futbolista, quien lleva más de 12 meses en prisión preventiva por los hechos ocurridos en la noche del 30 al 31 de diciembre de 2022.
El llanto de Dani Alves
Tras un comienzo de palabras de tono sereno, aunque en momentos con la voz rota al recordar cuando supo que estaba siendo investigado, el brasileño de 40 años relató que aquella noche, en la que había "bebido bastante", conoció a la denunciante en una zona exclusiva de la discoteca Sutton, bailaron y, tras surgir una "tensión sexual", le sugirió que fueran al baño.
Según la versión de Alves, dentro del toilette mantuvieron relaciones consentidas y, en ningún momento la abofeteó o agarró del pelo, tal como denunció la joven. "No soy ese tipo de hombre", aclaró el deportista, que justificó sus cambios de versión durante estos meses por su intento inicial de contar un relato que su mujer "podía perdonar".
Cómo sigue el juicio y el pedido de la defensa y la fiscalía
Las declaraciones del exfutbolista le pusieron fin a tres días de testimonios en el juicio, que ahora entra en la fase de deliberación a cargo de un panel compuesto por tres jueces.
La defensa de Dani Alves manifestó en el trámite final del juicio por agresión sexual su petición de absolución, aunque planteó como alternativa una condena de un año de cárcel (el tiempo que lleva en prisión preventiva) y 50.000 euros de indemnización.
En la Audiencia de Barcelona quedó este miércoles visto para sentencia el juicio contra el exfutbolista, en el que la Fiscalía ratificó su pedido de nueve años de cárcel para el brasileño, que la acusación particular eleva a 12, en ambos casos con 150.000 euros de indemnización.
La defensa planteó como alternativa a la absolución una pena subsidiaria de un año de cárcel, resultado de aplicar la eximente incompleta de embriaguez, así como las atenuantes de reparación del daño y vulneración de derechos fundamentales por la supuesta parcialidad del proceso judicial.
La causa y la denuncia de la joven
El defensor de 40 años está preso desde enero del año pasado. Tras la denuncia, Alves negó haber mantenido relaciones sexuales con la joven, a quien dijo no conocer, pero luego se retractó y dijo que sí había mantenido relaciones sexuales con ella, pero que fueron consentidas. Y sostuvo que lo había negado en un principio para proteger su matrimonio.
Ante su versión contradictoria, una jueza decidió detenerlo preventivamente sin posibilidad de fianza por considerar que había riesgo de fuga, ya que el acusado es brasileño y el país no participa del tratado de extradición.
La denunciante declaró que la noche del 30 de diciembre fue con dos amigas a la discoteca Sutton, en Barcelona, y que en el VIP del lugar un camarero se acercó para invitarlas a la mesa de Alves, pero sin mencionarlo. Más tarde lo pudo identificar porque las personas que la acompañaban le indicaron que se trataba del jugador.
Según el relato, las tres amigas se negaron a sentarse con el ex PSG, pero Alves se acercó a bailar con ellas. Minutos después, el futbolista guió a la joven por un pasillo hasta un baño y la agredió sexualmente. "Pensé que detrás habría otra zona VIP”, aclaró la denunciante. Una vez en el baño, la joven expresó que quería irse, pero él no la dejó.
"Me subió el vestido y me hizo sentarme encima de él. Me agarró por la parte de atrás de la cabeza, no sé si también del pelo y me tiró al suelo, me hice daño en la rodilla. Estuvo un rato pegándome en la cara, sentí que me ahogaba, no porque me estuviera apretando, sino por la angustia que estaba sintiendo", detalló.
Primero se retiró el jugador -que pidió un último trago en la barra y se fue del establecimiento- y más tarde la joven, quien contó a sus amigas lo sucedido y dieron aviso al personal de seguridad de la discoteca. Los empleados de Sutton se comunicaron con la policía catalana y se activó el protocolo contra agresiones sexuales en el ocio nocturno.
La joven prestó declaración esa misma madrugada y fue derivada para realizarse los examenes pertinentes al Hospital Clínic. Allí se constató que presentaba lesiones que correspondían con lo descripto y evidencias de agresión sexual. Formalizó la denuncia dos días después y, según fuentes del diario catalán El Periódico, las declaraciones se pudieron cotejar porque uno de los agentes de la policía tenía encendida una cámara unipersonal por error al llegar al establecimiento.