La economía argentina transita un intenso proceso de concentración de recursos por parte de las grandes compañías, escenario que se agudiza con las actuales medidas del gobierno. Al mismo tiempo, en estas empresas se concentra la oferta de bienes y servicios formadores de precios que, al combinarse con posiciones cuasi monopólicas de estas organizaciones, generan una asignación ineficiente de recursos en el mercado, multiplicando asimetrías económicas y desigualdades sociales.

Cuando el jueves 24 de octubre de 1929 estalló la burbuja bursátil en la bolsa de valores de Wall Street, se dio por comenzada la Gran Depresión y, con ella, la aplicación de un nuevo modelo económico en las principales economías del mundo basado en las ideas de John Maynard Keynes, economista británico considerado uno de los más influyentes del siglo veinte.

Keynes, fundador de la Macroeconomía defendió la intervención del Estado mediante el gasto público con el objetivo de equilibrar la oferta y la demanda agregada dado el exceso de oferta por la ineficiente distribución de los recursos en el mercado. La elevada concentración de la riqueza era un importante desequilibrio de la economía norteamericana. Se estimaba que unas treinta y seis familias poseían ingresos equivalentes a los del 42 por ciento de la población.

Ante estos desequilibrios más un nivel de desempleo del 25 por ciento y caídas del producto bruto interno, entre otros, se implementaron un conjunto de políticas públicas por el Estado norteamericano a partir del año 1929.

Keynes y el New Deal

El New Deal tuvo entre sus objetivos solucionar los efectos de la Gran Depresión y redistribuir recursos en la economía con el impulso del Estado dada la fuerte concentración de riqueza.

No solamente desde el presupuesto público nacional de los Estados Unidos se destinaron importantes recursos a la renovación industrial, sino que desde agencias gubernamentales se contrataban a personas desocupadas.

La mayoría de esas iniciativas públicas de regulación y redistribución que aún se encuentran en vigencia y en funcionamiento, fueron y replicadas por la inmensa mayoría de los países acorde con sus particularidades y condiciones económicas, políticas y sociales. En Argentina fue la época de creación del Banco Central (1935) así como de la implementación de la programación económica, los controles de cambio y la participación del Estado en la producción de bienes y servicios entre otras medidas.

La Gran Depresión mostró la evolución de un sistema de economía mundial que superó al modelo económico liberal, dando lugar a un nuevo paradigma de economía. El desarrollo de las fuerzas productivas rebasó el molde liberal dando lugar a un nuevo modelo económico que les permitiera a los países un desarrollo bajo nuevas relaciones económicas.

No solamente se alcanzaron los Estados de bienestar en los países que implementaron las medidas keynesianas, sino que se elevó la calidad democrática y la progresividad en la distribución de los recursos.

Argentina, a contramano

En pleno sigloXXIII, con grandes asimetrías en los niveles de desarrollo entre los países y escenarios nacionales e internacionales convulsionados económica y políticamente en los que, además, se aplican fuertes barreras proteccionistas el comercio, en Argentina se anuncia la aplicación de reformas económicas con el objetivo de reducir el Estado a su mínima expresión y retraernos a condiciones de un mundo liberal previo al año 1929. Vamos a contramano.

Casi cien años después de que se aplicaran las ideas de Keynes por el New Deal frente al liberalismo dominante hasta 1929, las y los argentinos estamos intentando nuevamente implementar– de la mano de Javier Milei - la doctrina liberal que contribuyó a la mayor crisis del sistema capitalista mundial hasta el presente.

Las reformas y medidas keynesianas adoptadas desde el 1929 fueron para resolver las consecuencias de la gran recesión económica de las principales economías mundiales que se generó bajo las reglas liberales.

Pero en nuestro caso no partimos de una recesión. Por el contrario, la depresión económica estaría siendo generada planificadamente al desmantelarse funciones públicas de regulación y redistribución para dar lugar a la implantación de un modelo liberal.

Esta crisis afecta la vida de la mayoría de los sectores de nuestra sociedad profundizando una regresión en la distribución de los recursos hacia los sectores concentrados de la economía.

En su libro Patas arriba, Eduardo Galeano decía que desde que la economía real dio paso a la economía virtual, mandan las finanzas y el frenesí de la especulación financiera es cosa de psiquiatras.