Desde Roma
La canonización de Mama Antula, que llevará a cabo el domingo el papa Francisco en la basílica de San Pedro transformándola en la primera santa de Argentina, está dando mucho que hablar. Sobre todo porque ella, que vivió en el siglo XVIII, no era muy conocida hasta hace algunos años y ahora pasará a ser un símbolo importante para todas las mujeres por su rol en la Iglesia pero también por su accionar a favor de los necesitados y su fuerza para ir adelante pese a las dificultades. El presidente Javier Milei ya se encuentra en Italia para participar, junto a su comitiva, de la ceremonia de canonización. También estará presente el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, por ser la nueva santa oriunda de esa provincia.
“La caridad de Mama Antula, sobre todo en el servicio a los más necesitados, hoy se impone con gran fuerza, en medio de esta sociedad que corre el riesgo de olvidar que el individualismo radical es el virus más difícil de vencer --dijo el papa Francisco este viernes en la audiencia en la que recibió a los peregrinos venidos de Argentina para la canonización--. Un virus que engaña. Nos hace creer que todo consiste en dar rienda suelta a las propias ambiciones”(…) En esta beata encontramos un ejemplo y una inspiración que reaviva la opción por los últimos, por aquellos que la sociedad descarta y desecha".
Y refiriéndose a su ardua tarea de difundir los ejercicios espirituales, cosa que siempre persiguió Mama Antula, Francisco --que por su parte ha estimulado mucho el trabajo de las mujeres dentro del Vaticano y la Iglesia en general--, agregó que no fue fácil para ella “debido a la aversión que había contra los jesuitas, le llegaron a prohibir dar los ejercicios, de manera que decidió impartirlos clandestinamente. Esta dimensión de la clandestinidad no podemos olvidarla, es muy importante. En este sentido, otro mensaje que nos da la beata en nuestro mundo de hoy es el de no rendirnos frente a la adversidad”.
Mama Antula (Mama Antonia en quechua, idioma que ella hablaba), cuyo nombre original era María Antonia de San José de Paz y Figueroa, nació en Villa Silípica, hoy provincia de Santiago del Estero, en 1730. La Argentina como tal no existía entonces. La región pertenecía al virreinato del Alto Perú hasta que en 1776, España decidió crear el Virreinato del Río de la Plata.
A los 15 años Mama Antula hizo sus votos de pobreza y castidad y vestía una sotana jesuita. Se consagró a la oración, la ayuda a los más necesitados y los ejercicios espirituales que difundió por varias regiones argentinas junto a otras mujeres, especialmente después de la expulsión de los jesuitas del reino de España en 1767. Ella había colaborado con los jesuitas desde el principio. No era monja, muy raro en esa época en las que las mujeres tenían en general sólo dos opciones: casarse o hacerse monja. Era una laica consagrada o “beata” como se las llamaba entonces. Después de la expulsión de los jesuitas se fue de su tierra iniciando un recorrido inédito para una mujer. Con una cruz alta, a menudo descalza, llegó a Jujuy, Tucumán, La Rioja, Salta, entre otros lugares, para difundir los ejercicios espirituales. Luego fue a Buenos Aires donde fundó la hoy llamada Santa Casa de Ejercicios Espirituales. Mama Antula murió en 1799. Sus restos se encuentran en la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced de Buenos Aires.
Mujer corajuda del siglo XVIII
Mama Antula fue “una mujer audaz y creativa. Se animó en la época de expulsión de los jesuitas a hacer ejercicios espirituales. Imagínense ustedes, hace más de 200 años. Ella quería llegar con el evangelio a todos y por eso tenía un espíritu inquieto y misionero”, comentó a un grupo de periodista el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Ignacio García Cuerva quien con otros obispos, sacerdotes y monjas además de feligreses, han viajado a Roma para asistir a la canonización de Mama Antula.
“Creo que Mama Antula era una eterna inconformista. Y ojalá también nosotros lo seamos. Que no vivamos la desesperanza de creer que Argentina no puede salir adelante”. Y sobre el mensaje que quiere dar el papa Francisco a la Iglesia con esta canonización, García Cuerva destacó el protagonismo de la mujer laica. "Mama Antula no era una monja, era una laica, a veces por la ropa y las imágenes que tenemos se pueden confundir con una monja. Esta canonización nos habla del protagonismo de los laicos, del protagonismo de la mujer, de esta audacia y esta creatividad apostólica que tuvo en momentos difíciles por los que pasó el territorio que hoy es Argentina, porque Argentina vive en una eterna crisis. Lo interesante es no quedarse en la cuestión histórica, el pasado, sino vivir estos valores en el hoy. Creo que este es el mensaje que nos deja Francisco”.
Para Vicente Bokalic Iglic, obispo de Santiago del Estero donde nació la santa, Mama Antula era “ una adelantada en relación a lo que se está viviendo ahora” sobre la mujer. “El papa Francisco ha dado muchos pasos en cuanto al rol de la mujer en la Iglesia. Pero esta mujer se adelantó. Pese a que la causa de canonización se abrió en 1905, estuvo dormida por mucho tiempo. Yo llegué a Santiago hace 10 años porque el Papa me mandó allí. Y en 2015 nos despertamos cuando se reconoció el primer milagro y se abrió la puertita de la beatificación que se concretó en agosto de 2016. Y de ahí en más comenzamos a rescatarla. En Santiago era conocida pero no en el resto del país. Creo que va a inspirar a muchos hoy, como inspiró a muchos en aquellos tiempos”.
Según Alberto Bochatey, obispo auxiliar de La Plata y secretario de la Conferencia Episcopal Argentina, Mama Antula era una “colaboradora de los jesuitas que se movió por su propria decisión de predicar el evangelio, sobre todo cuando expulsaron a los jesuitas. En poco tiempo Mama Antula está enamorando a la gente. Papa Francisco nos sorprendió porque será la única canonizada ese día, generalmente canoniza más de uno. Va a ser muy importante escuchar la homilía del Papa. Y a partir de eso Mama Antula va a tener una gran difusión en el mundo”.