Ante el crecimiento de la demanda alimentaria directa del 25 por ciento desde  septiembre, la Municipalidad solicitó una reunión con las autoridades del Ministerio de Capital Humano para expresarles la urgencia de dar respuestas. El presupuesto previsto por la ciudad de Rosario para este año es de 3.256 millones de pesos para brindar alimentos en Centros Cuidar y otros dispositivos municipales -como los centros recreativos de verano-, además de los convenios con 831 espacios comunitarios, pero con una inflación en el rubro alimentos de 258,2%, las dificultades arrecian. La decisión de la ministra Sandra Pettovello de interrumpir las entregas de alimentos a las organizaciones sociales sumó dramatismo a una situación crítica. En ese marco, el secretario de Desarrollo Humano de Rosario, Nicolás Gianelloni, en diálogo con Rosario/12, fue claro en su mensaje al gobierno nacional: "Entendemos que pueda tener otra mirada sobre las políticas sociales, que quiera hacer otra cosa. Pero en el camino, mientras se debate eso, la gente tiene que comer". 

-¿Cómo aumentó la demanda alimentaria en los últimos tiempos?

-Lo que tenemos medido, a través de lo que estamos monitoreando mes a mes, con la demanda que nos llega a los Centros Cuidar, a través de toda la red territorial que tiene municipio, es de un 25% medido desde septiembre a enero. Hemos visto que ha sido un crecimiento constante todos los meses y nos llevó a esta situación, que nos hizo pedir una reunión al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación para ver si podemos reforzar toda la cuestión alimentaria de la ciudad de Rosario.

-Hay en este momento un conflicto que es público entre la ministra de Capital Humano y las organizaciones sociales. ¿Cómo trabaja la municipalidad con las organizaciones?

-Nosotros tenemos un sistema de padrón de organizaciones que dan comida, ya sea en comedores como merenderos y trabajamos en un programa. Les pedimos que hagan rendiciones mensuales de las personas que asisten y hacemos un monitoreo de cada espacio con los equipos distritales nuestros. Nosotros tenemos un problema hoy en Argentina que tiene que ver con garantizar el derecho a la alimentación, y es algo que no podemos hacer los estados solamente. Aún con el esfuerzo coordinado de Nación, provincia y municipio no alcanzaría y creemos que hay un rol clave de las organizaciones sociales, que tienen una capilaridad y una territorialidad que complementa lo que hace el Estado. Creemos que es imprescindible el rol de las organizaciones, al momento de ayudar. 

-Entonces Rosario trabaja con las organizaciones...

-Tenemos la experiencia que hicimos durante la pandemia, con el Banco de Alimentos, que fue el programa Contagiemos Solidaridad que, con la coordinación de toda la solidaridad de la ciudad, nos permitió pasar una situación tan difícil como esa. Creo que esa red es un capital construido durante muchos años en la ciudad de Rosario. Para nosotros es una ventaja que tienen los estados de poder trabajar con las organizaciones y no lo vemos como algo disvalioso.

-La Municipalidad también trabaja con las iglesias, ya sea evangélicas o Cáritas ¿es necesario el contrapunto o se puede trabajar con todos estos actores?

-Nosotros trabajamos con todos porque creemos que hoy, en los barrios, cuando hay un problema en el barrio, la gente acude al que la escucha, el que le abre la puerta y puede ser una iglesia, puede ser un comedor, puede ser un merendero, puede ser un club. Tenemos el Plan Integral de inclusión social, el Plan Cuidar del municipio, en el cual trabajamos con lo que llamamos la red de cuidados, que son todas las organizaciones públicas o no gubernamentales que ayudan, colaboran y hacen tareas solidarias en sus barrios. Tratamos entre todos de establecer una estrategia común como ciudad, tanto en lo alimentario como en cuidar los vínculos, el acceso a los deportes y a la recreación, la igualdad de género. Esos son los ejes que planteamos para trabajar todos en el mismo sentido. Para nosotros es prioritario trabajar y fortalecer esa red.

-Es evidente el aumento de las personas en situación de calle ¿ustedes lo han medido?

-También vimos un incremento. El año pasado tuvimos un promedio mensual de situación de abordaje de personas en situación de calle de cerca de 450 casos por mes y ya en el mes de enero tuvimos más de 500, o sea que notamos el incremento de esa variable, que que nosotros queremos que tiene que ver con esta tendencia creciente de que todas las variables sociales se están alterando en la ciudad.

-También es evidente el incesante trajinar de personas en busca de residuos dentro de los contenedores.

-Lo percibimos también y lo hablamos con la gente de la Secretaría de Ambiente, vemos cómo ha cambiado el movimiento alrededor de los contenedores, habitualmente cuando el contenedor fue intervenido por algún recolector informal, tiene oficio para no perjudicar la recolección, porque además se han hecho reuniones de capacitación con ellos. Ahora encontramos que hay mucha suciedad en los entornos y tiene que ver con gente que va a revolver y busca comida, sobre todo lo vemos cerca de los restaurantes, de los centros comerciales. Obviamente, en esto estamos trabajando especialmente para poder detectar cuáles son esas familias o grupos que están buscando eso, para poder sumarlos a la red de de asistencia alimentaria que tiene el municipio.

-¿Hubo un quiebre en la salud mental a partir de la pandemia?

-Sí, notamos el quiebre de la subjetividad de las personas que están en situación de pobreza y que están en indigencia. Lo notamos respecto a los accesos a los policonsumos, me lo decían también las organizaciones que trabajan en situación de calle, que además de que las personas que están en calle muchas veces tienen problemas de consumo de distintas sustancias o alcohol, además también el tema de la ludopatía, el juego. Y toda esa ruptura de muchos marcos que antes estaban, aún en situaciones de personas que estaban en indigencia, que se han fragilizado. Eso nos ha hecho tener que reforzar todas las intervenciones. 

-¿Cómo se aborda esta fragilidad?

-El año pasado el intendente construyó un espacio nuevo, que es la Agencia local de consumo problemático, porque notamos que teníamos una problemática, que detrás de cada historia de vulneración de derecho de un niño, de un adulto mayor, de una familia, de una situación de violencia de género, había una traza que tenía que ver con el consumo realmente problemático. Entonces, teníamos que ir hacia el corazón del problema que es cómo la gente se vincula con el consumo. Y lo que hicimos es pensar que en cada distrito municipal tengamos un espacio para trabajar los consumos, que los equipos que tanto los centros de salud como de los centros Cuidar pudieran derivar a profesionales y tener un lugar de atención permanente para esa mamá, o esa esposa, que va a contarnos con lágrimas en los ojos que tiene a su marido, a su hijo o a su hermano con problemas de consumo, que genera violencia en la casa, que trae problemas.

-Hasta ahora no tuvieron respuesta del Ministerio de Capital Humano, si no la obtienen ¿cuál es la flexibilidad que tiene el municipio para asumir este aumento de la demanda alimentaria?

-Tenemos un presupuesto que tiene una inversión social importante, el 60% del presupuesto municipal está dispuesto en materia social, tanto en salud, políticas culturales, deporte y sociales específicas de esta área. Para este año tenemos previsto un presupuesto de cerca de 3.200 millones en toda la política alimentaria del municipio. Obviamente que esa flexibilidad va a depender de las prioridades que vayan surgiendo y de cómo pueda variar la situación social. El año pasado, conjuntamente con el presupuesto, se votó un protocolo para agilizar las compras con la emergencia social, tanto en la compra de medicamentos como de insumos básicos de la canasta básica alimentaria. Contamos con esa herramienta, que esperamos que nos pueda permitir, si eventualmente la cuestión empieza a agravarse, dar respuestas. También es importante que la nueva legislatura provincial declaró la emergencia social en la provincia, que también le da esas herramientas de flexibilidad al gobierno provincial, que eso también establece una mirada en espejo entre provincias y municipios.

-Con una inflación tan alta, ¿a la Municipalidad de Rosario le alcanza el dinero para enfrentar toda esta demanda?

-Claramente que nos preocupa. Si el ritmo inflacionario sigue siendo el que tuvo el año 2023, va a ser difícil para todas los áreas que tengamos que gestionar recursos y más cuando tengamos que comprar insumos del valor que tienen los alimentos o los medicamentos. Esto es una prioridad para nosotros, lo hemos conversado en el gabinete municipal. La situación social fue uno de los temas del último gabinete municipal, hicimos un diagnóstico muy detallado de cómo lo vemos nosotros y está entre las prioridades del gobierno la cuestión social y acompañar a todos. Lo que nos pidió el intendente es que tengamos todos los dispositivos territoriales y las áreas sociales abiertas a escuchar a todos los vecinos que tengan una necesidad. Por eso durante todo el verano tuvimos los 40 Centros Cuidar abiertos, así como los centros de salud y trabajando todos juntos y coordinados para tomar estas demandas que vemos que van creciendo.

-¿Cuánto afecta a la Municipalidad que se corte, como se ha cortado en enero, la asistencia alimentaria?

-El impacto es fuerte porque nos pone a volver a discutir algo tan primario como que la gente quiere comer, tan básico como eso, en lugar de discutir el problema social de la ciudad, que tiene múltiples aristas. Nuestro planteo, y es lo que reclamamos al gobierno nacional, es que entendemos que pueda tener otra mirada sobre las políticas sociales, que tenga una mirada disvaliosa sobre el sistema de protección social que ha construido la Argentina a través de muchos años. Entendemos que el gobierno pueda querer hacer otra cosa. Pero en el camino, mientras se debate eso, la gente tiene que comer. Para nosotros, tendría que estar afuera de cualquier debate, que la gente que necesita comer, tenga acceso. Es el planteo que hicimos. 

-¿Cuál es el riesgo?

-Como ciudad de Rosario, tenemos mucha experiencia de lo que ha sido cuando la gente tiene hambre y lo que pasa en la ciudad. Hemos puesto en un lugar de prioridad uno que la ciudad, como todos los grandes conglomerados urbanos, tienen que tener la asistencia de los tres niveles del Estado. Con provincia y municipio pudimos coordinarlo y tenemos la expectativa de que Nación pueda escuchar a toda la red de organizaciones que también ha reclamado por su parte, y a Rosario en particular, de parte del intendente.