Boca volvió a quedar en deuda. Por más que fue algo mejor y que en el balance mereció más que Defensa y Justicia, el equipo de Diego Martínez se tuvo que conformar con un insulso 0-0 que despertó algunos silbidos de sus hinchas, que regresaron tras 90 días a la Bombonera.

Por más que tuvo las mejores ocasiones y casi no sufrió en su propio arco, Boca volvió a dejar malas sensaciones a sus hinchas. Es que le faltó fluidez en el juego, precisión en los últimos metros y cambio de ritmo en la zona de ataque. Así empujó más de lo que pudo generar y todo terminó en intentos de centros que muy pocas veces encontraron a sus delanteros.



Defensa se plantó sin complejos en los primeros minutos y dividió la tenencia de la pelota. Es le alcanzó para controlar al conjunto local, aunque el arco de Romero le quedó lejísimo. Tanto que en ese primer tiempo su única chance fue un penal pitado por Jorge Baliño, que corrigió tras el llamado del VAR porque nunca se alcanzó a percibir la falta de Blondel sobre Soto. Del otro lado, Boca llegó con un remate de Advíncula que desvió Fiermarin y una corrida de Benedetto, que definió por arriba pero el arquero advirtió su intención y se quedó con el balón.

El arranque del segundo tiempo mostró los mejores minutos de Boca, que encontró algunos desbordes para asistir a Merentiel, pero el arquero Fiermarin volvió a lucirse al taparle dos definiciones de taco. Y cuando falló en un centro sobre la espalda de Advíncula, tuvo fortuna ya que el rebote de Blondel pegó en el travesaño.  

Pasados ese rato en el que presionó más arriba y arrinconó a Defensa, Boca volvió a desinflarse y vio como los minutos pasaban sin poder romper el planteo del visitante, que a esa altura ya se había enamorado del empate. Para colmo, los cambios de Martínez sólo sirvieron para expresar desencanto: Pol Fernández se fue silbado cuando salió reemplazado por Bullaude, al igual que Fabra cuando entró por Blanco.

Así se cerró una noche con gusto a nada para Boca, que dejó otros dos puntos y que espera que el regreso de los jugadores del Preolímpico -Medina y Equi Fernández, sobre todo- le pueda otorgar el juego que todavía le sigue faltando.