Ediciones Bonaerenses acaba de publicar Textos tempranos de Manuel Puig. El volumen, compilado por Lea Hafter, repone la transición de Puig del cine a la literatura a través de dos proyectos conservados en su archivo: el guion La tajada y la primera versión de la novela La traición de Rita Hayworth, cuando todavía se llamaba El desencuentro. Lejos de buscar un signo de origen, la lectura de estos textos permite captar un momento de escritura y detectar una latencia que podría conducir hasta el presente para imaginar otro futuro en la obra de Puig.
Tras su muerte el 22 de julio de 1990 en la ciudad de Cuernavaca, México, toda clase de papeles fueron encontrados en el archivo personal de Manuel Puig. La lectura de esos documentos (manuscritos de sus libros publicados, pero también otros proyectos inéditos con distintos grados de desarrollo) puso en entredicho la noción de su “obra” que se manejaba. Desde entonces, se han puesto a disposición del público lector diferentes textos “rescatados” del Archivo Puig, que van desde guiones y argumentos cinematográficos a obras de teatro y musicales. La publicación de Textos tempranos llega a continuar ese legado para reponer dos proyectos esenciales a la hora de pensar el “nacimiento” de la literatura de Puig.
La tajada es un guion cinematográfico que Puig escribió durante una estadía que hizo en la Argentina entre 1959 y 1961, luego de pasar tres años en Europa. En 1956 había ganado una beca de la Dante Alighieri para viajar a Roma, donde había empezado a estudiar en el Centro Sperimentale de Cinematografía.
Desencantado por el ambiente, pero decidido a perseguir una carrera como cineasta, se había trasladado a París, Londres y Estocolmo sucesivamente, mientras desarrollaba guiones que no lograban despertar ningún interés profesional. De vuelta en Argentina y con la experiencia necesaria en su haber, participó en el rodaje de dos films (Una americana en Buenos Aires, dirigido por Edward Cahan y protagonizado por Mamie van Doren, y Casi al fin del mundo, dirigido por Giuseppe Maria Scotese) y se dispuso a escribir su primer guion original en español y de tema argentino: La tajada.
Se trata de la historia de ascenso de una actriz argentina desde los márgenes sociales hasta el estrellato antes y después del acceso de Perón al poder. Lejos del rechazo y superficialidad con que otros artistas contemporáneos abordaron el fenómeno tras la Revolución Libertadora en 1955, Puig supo captar (como indica Hafter en el prólogo) muy tempranamente las transformaciones sociales que originó el peronismo.
La “evolución” de la protagonista no está exenta de críticas y su “forma final” está más cerca de la Eva Perón de Copi que del sueño justicialista de Evita. Sin embargo, como también apunta Hafter, ninguno de los personajes es completamente bueno ni completamente malo, un desafío al lector que Puig mantendrá a lo largo de toda su obra. El proceso creativo se extendió entre 1959 y 1960 y, a pesar de la proscripción que Aramburu había impuesto sobre el peronismo, La tajada circuló gracias al breve impasse que existió durante la presidencia de Arturo Frondizi (1958-1962). Aunque el rodaje nunca se pudo concretar, su escritura se convirtió en un rito de pasaje que orientó a Puig hacia dos de las marcas distintivas de su literatura: la oralidad rioplatense y el misterio del peronismo.
El desencuentro es un texto que emerge del estudio de los materiales iniciales para La traición de Rita Hayworth, la primera novela de Puig. Su escritura se ubica en Roma en 1962, como resultado del llamado “accidente de 30 páginas de banalidades”. Según cuenta la leyenda (es decir, él mismo), Puig se encontraba realizando un ejercicio creativo para la composición de un guion sobre General Villegas, su pueblo natal en la Provincia de Buenos Aires, cuando la voz de una tía se le impuso y algo que debía ocupar solo unos renglones se extendió por páginas y páginas.
El resultado fue un texto conocido como “Pájaros en la cabeza”, desechado de La traición de Rita Hayworth, pero que funciona como umbral para El desencuentro. Es precisamente a partir de la noción de desecho que Lea Hafter (en equipo con Florencia Brizuela) trabaja con los manuscritos de Puig, en tanto El desencuentro es un momento de escritura, un corte sincrónico del proceso creativo de la primera novela de Puig, que necesariamente debe quedar atrás para convertirse en literatura.
Sin embargo, su huella permanece en los papeles de trabajo y, tras un trabajo de exhumación arqueológica, se vuelve visible, como aquel dibujo que Leonardo Da Vinci había escondido detrás de su “Virgen de las rocas”.
Si bien los lineamientos de La traición de Rita Hayworth son reconocibles, se trata de una escritura más cruda y despiadada, incómoda y todavía demasiado cerca de la propia experiencia de Puig. En esta etapa aún se conservan los nombres reales de su familia y las voces parecen girar concéntricamente al rededor de Male, su madre.
En una entrevista otorgada en 1980 a la revista brasileña Lampião da esquina, dirigida al público homosexual, Puig recordó en los siguientes términos este momento de escritura: “Un amigo, compañero de cambios en el cine italiano, me decía: ‘Ah, qué cosa, nosotros con nuestra formación de espectadores infantiles, dominados por una madre que nos arruinó la vida…’. Y yo le respondía: ‘¡Fue tu padre quien te arruinó la vida!’. Sí, porque todos los que tenían problemas culpaban a las madres sobreprotectoras, mientras que los padres indiferentes quedaban libres de toda culpa. Entonces, me levanté y dije: ‘¡Basta! ¡Hay que defender a las santas!’. Y como esa persona era muy inteligente, tenía una dialéctica arrasadora, me llené de rabia y escribí el libro”.
El desencuentro, con el foco puesto en la madre, puede ser leído como esa “defensa de la santa”, sin perder de vista su propio recuerdo doloroso. Aún lejos de los matices que las sucesivas reescrituras otorgan a La traición de Rita Hayworth, El desencuentro queda como testimonio de las “tretas del débil” elaboradas por un niño que se siente distinto y debe sobrevivir a una realidad por demás opresiva.
Los libros de Ediciones Bonarenses no se encuentran a la venta, se distribuyen en bibliotecas, pero se pueden descargar en versión digital de manera gratuita.