“No me interesaba contar una historia tan grande desde la desesperación, lo que realmente me gusta y lo que quería era mostrar el triunfo de la creatividad y el espíritu humano”, reflexiona Todd Kessler ante la pregunta de Página/12. El guionista y productor llegará este miércoles a la pantalla de Apple TV+ con The New Look, una serie biográfica sobre el diseñador de indumentaria francés Christian Dior, fundador de esa casa de moda. La serie cuenta con el protagónico de Ben Mendelsohn interpretando al propio Christian, a Juliette Binoche como contraparte en la figura de Coco Chanel, a John Malkovich como una suerte de mentor de Dior y a Maisie Williams (Arya, en Game of thrones) como Catherine Dior, hermana e inspiración del diseñador. Glenn Close, en tanto, encarna a Carmel Snow, ícono de la moda en la década del '40.
Aunque Dior es el centro de la narrativa, Kessler y su socio Lorenzo di Bonaventura construyeron un moscaico en torno a él. Así aparece su mentor Lucien LeLong (una figura poco difundida del mundillo, pero que fue fundamental para sostener la industria de la moda en París) y otros grandes hombres de la alta costura, como Pierre Cardin, Balenciaga, Pierre Balmain y otros. Además, la serie establece una suerte de contrapunto entre Dior y Chanel en cuanto a cómo lidió cada uno de ellos con la vida en la Francia ocupada por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial y, en el caso de Dior, cómo sobrellevó el secuestro, tortura y envío a campo de concentración de su propia hermana.
Toda la serie está planteada desde el comienzo como una celebración de lo que la belleza –y la moda- puede inspirar para enfrentar al horror de la guerra, de las penurias económicas y de los conflictos sociales. En ese sentido, Christian Dior está considerado un punto de quiebre en la historia de la moda, pues en su búsqueda de diseñar “el vestido más hermoso jamás creado” dio en la tecla con el sentimiento de esperanza y renovación que anhelaba la Francia (y el mundo) en posguerra. De yapa, su éxito ayudó a dinamizar la economía del país.
“A partir de esa época tan horrible del siglo XX, tal vez una de las peores de la historia mundial, creo que hay mucho para decir sobre el espíritu humano y su resilencia, y qué trae la vida de vuelta a la vida: en muchas maneras, el arte de Christian Dior y los otros diseñadores de la serie, que se expresan a sí mismos a través de su trabajo, contribuyen en gran medida a eso: a traer la vida de vuelta a la vida”, plantea Kessler. “Esto resuena en nuestras vidas también, no olvidemos que venimos del Covid, donde si bien afuera no había alguien específicamente queriendo matarnos, sí algo estaba ahí afuera y ahora con esta serie intentamos traer el recuerdo de un espíritu humano que regresa pese a todo”.
Esto, considera la actriz francesa Juliette Binoche, también aplica al personaje que interpreta, la afamada y controvertida Coco Chanel. Un personaje para el que, explica, tuvo que leer muchísimo, pues hay diferentes puntos de vista sobre ella –incluyendo quienes la señalaron como colaboradora de los nazis, un tema que la serie no esquiva-. “Para mí la preparación fue leer como 10, 12 libros distintos, ir a la casa Chanel y tocar los vestidos que hizo u oler su perfume, saber todo lo que atravesó, que era como un mal cuento de Dickens, realmente terrible, para entender su necesidad de crear cosas que liberaran a las mujeres, la necesidad de hacerse un nombre, y también que luego no le importara el qué dirán. Chanel era fuerte, pero eso también la dejó sola al final de su vida, ella tenía muchas facetas y eso me resultó fascinante”, cuenta.
En cierto modo, y algunos más que otros, todos los personajes de The New Look son sobrevivientes. Gente que de un modo u otro hizo lo que sintió que debía o podía para atravesar los cuatro años de ocupación nazi en París. En ese sentido, la serie también pone la lupa sobre como la liberación posterior trae aparejada la represalia sobre quienes eran considerados colaboradores del régimen nazi. Y ahí, las mujeres solían llevarse la peor parte. Binoche destaca que “eran humilladas y maltratadas públicamente, y en comparación con algunos de los hombres, como los policías que entregaron a un montón de gente judía a la Gestapo y no sufrieron ninguan consecuencia. El hecho de que una mujer tenga una relación con el enemigo siempre es algo que los hombres no pueden tolerar. Si un hombre francés tenía una relación con una alemana, no creo que hubiera sido mencionado el tema. Creo que hay algo de las mujeres que los hombres no pueden sostener”.
El personaje de Catherine Dior retrata otro aspecto de la vida en la Francia ocupada. Ella se unió a la resistencia francesa y, en esa labor, fue detenida por la Gestapo, trasladada a “La Casa” en la Rue de la Pompe –un centro no tan clandestino de detención donde los prisioneros eran torturados y rara vez salían con vida- y finalmente trasladada a un campo de concentración cerca de Berlín. “Hay un libro increíble que se llama Miss Dior: una historia de coraje y costura, de Justine Picardie, donde si bien Catherine no habla de qué le pasó en esos lugares, la autora va reuniendo historias y testimonios de otras mujeres que pasaron por ahí al mismo tiempo que Catherine y eso da una idea muy fuerte de las condiciones que sufrió”, explica a este medio Maisie Williams. La actriz británica bajó brutalmente de peso para interpretar el papel y, según contó a la prensa, se alejó un tiempo de su familia y amigos para compenetrarse en su papel. “Terminamos de filmar en diciembre, creo, y recién en marzo empecé a sentirme realmente como yo misma”, recuerda.
A diferencia de sus compañeros de elenco, que reconocen la importancia social de la moda pero no se declaran fans de ella, Williams es una apasionada del tema y reconoce que participar en esta serie supuso “completar un círculo” para ella. Más allá de la belleza, Williams señaló a este medio que “la moda significa poder alterar o tener decisión sobre tu identidad y eso es algo que me da mucha alegría. Entiendo que muchas personas ven eso como mera cosmética y tal vez lo sea, pero como expresión es muy poderosa. En mi vida es algo que uso constantemente, y ahora gracias a esta serie es una parte enorme de mi vida como actriz también. Pero fundamentalmente, la moda es algo que me da mucha alegría”.
Algo de belleza en el mundo
La mayoría de las biopics o de las ficciones inspiradoras sobre grandes personajes cuentan cómo su protagonista quiso cambiar el mundo, cuán genial o brillante era y cómo suscitaba admiración entre sus pares. Christian Dior en The New Look es distinta en ese sentido. Ben Mendelsohn encarna a un personaje más bien retraído, lleno de dudas sobre cómo actuar en los tiempos turbulentos que le tocan vivir, y aunque sueña con crear el vestido más bello de la historia, sus prioridades son otras: su hermana capturada por los nazis, su pareja, el bienestar de sus amigos, el peso de su historia familiar. Y por momentos, prácticamente nadie cree que pueda fundar su propia casa de ropa, aún teniendo el talento como diseñador. Tampoco es alguien que lo consiga sólo, y en ese sentido la serie retrata muy bien el ambiente que lo acepta, sostiene e impulsa hacia la grandeza que lo espera. “En mi experiencia, las personas que lograron llegar muy lejos en lo suyo no son lo que te esperás”, considera Mendelsohn al hablar con Página/12. “Pero jugar con este personaje para mí fue una gran oportunidad, porque la serie habla sobre qué o quién tienes que ser en el mundo para poder hacer cosas”.
-La moda suele ser vista como frívola, pero la serie señala el potencial que tiene, su capacidad para inspirar a la gente a vivir su vida. ¿Qué pensás al respecto?
-En principio tengo un aprecia por el rol que juega la moda en la sociedad y en las vidas de la gente. Es muy fácil, viniendo de donde vengo, menospreciarla y creer que uno sabe algo sobre la moda cuando en realidad no tenés ni idea. Pero la serie también me abrió el lugar para la investigación y comprobar que es importante, vitalmente importante. Está en el mundo y permanece en él, y algo no permanece tanto tiempo en nuestra vida social a menos de que sirva de algo. Yo no era una persona muy interesada en la moda, pero sí me preocupa intentar poner algo de belleza en el mundo. Y eso es algo muy personal. En el caso de Dior, es realmente volver al jardín de su mamá, pensar en su familia y recuperar algo de esa infancia.
Para Mendelsohn, las complejidades morales que propone la historia son uno de sus aspectos más interesantes. “Lo que me pasó haciéndola fue que me encontré preguntándome cómo lo haría yo, y ese es el regalo que hacemos a la audiencia, permitirnos experimentar y preguntarnos qué haríamos y cómo en situaciones así, el alma de la serie es esta especie de tristeza emocionante, pero que te involucra y te enfrenta a tu lugar en el mundo”.
Sobre el protagonista de la historia, Mendelsohn destaca: “hay que entender que una sensibilidad así puede ser difícil. Pero tener sensibilidad también te permite tener distintas características muy especiales y tal vez la veas como una maldición o un problema, pero en realidad también te da muchos regalos”. En ese sentido, sostiene que Dior “encontró un camino donde sintió que podía contribuir a un lugar más grande”. Y que aunque antes fue galerista o trabajó como diseñador para otros, encontrar su independencia laboral –casi a la par de la liberación francesa- contribuyó a la sociedad en general.
Una parte importantísima de The New Look es el vínculo que sostienen Christian Dior y su mentor Lucien LeLong. LeLong era un empresario de la moda francesa que llegó a liderar la cámara de modistas. Y aunque la historia lo olvidó un poco, fue una figura pivotal para la época. Los momentos de pantalla que Mendelsohn comparte con John Malkovich, que interpreta a LeLong, son magníficos.
La presencia de John Malcovich
“No me considero una persona con gran cantidad de buenas cualidades, pero algo que me encanta es el talento de la gente y ver lo que los humanos podemos crear. Y me encanta la belleza. Yo al creador no le exijo más que eso y creo que la civilización sería irremediablemente peor sin la belleza. Sí, necesitamos más oxígeno, más alimentos, pero la belleza juega un papel importante para, al menos, intentar tener una vida hermosa y buena”, reflexiona John Makovich.
El veterano actor compone un papel excepcional y capta la dedicación de su personaje por el mundo de la moda. Un universo que, cuando se lo escucha hablar, en lo personal no parece interesarle tanto. “No sé si en sí mismo es un mundo tan fascinante para un programa o una película, la moda en sí misma puede ser tan interesante como el trabajo fabril, un comercio o un diario, o menos todavía, creo que lo interesante en esta serie es el momento de Francia, con la ocupación nazi y las complejidades morales que se plantean, las decisiones que deben tomar los personajes y el precio que pagan por hacerlo”, analiza. “Es cierto que uno ve filmes como El último emperador, sobre los años de Valentino, que es hermosa, conmovedora y ves la cantidad de trabajo, de cuidado, de pasión y talento que conlleva crear algo que al mismo tiempo puede ser muy caro, muy frívolo”.
Al mismo tiempo, Malcovich reconoce que no sabía gran cosa sobre el ambiente de la moda que retrata la serie. “Capaz sabía un poco más que otros, pero sólo sobre su trabajo. Sobre sus vidas, nada, así que al momento de tomar el personaje me concentré en el guión: ¿qué dice mi personaje? ¿Es correcto, tiene sentido? ¿Qué hace? ¿Es el enfoque correcto? Ahí me parecía obvio que Lucien era alguien cuyo talento principal era reconocer el talento ajeno y promoverlo”.
Pero Malcovich llama a no confundir a su personaje con su homónimo real. A diferencia de Dior, Chanel, Balmain y otros grandes apellidos de la historia, de LeLong que sabe más bien poco. “Es alguien que existió en un momento de gran complejidad moral, que era el jefe del gremio de la alta costura francesa, y quería mantener ese negocio en Francia, donde pertenecía, mientras los nazis querían mudar el negocio de la moda a Berlín, pero LeLong fue instrumental en poder hacer que eso no sucediera. También tuvo que exigir que sus diseñadores diseñaran ropa para esposas nazis, algo que creo que no le dio ningún placer. Esa fue la situación en la que se encontraron. Y del mismo modo que mucha gente no se unió a la Resistencia, él y los demás intentaron vivir sus vidas lo mejor que pudieron. Así que LeLong es muy representativo de ese momento muy traumático y difícil”.
“A veces las personas que hacen posible las cosas son completamente pasados por alto por la historia. No creo que LeLong fuera talentoso como diseñador, pero sí reconoció el talento en otros, lo cultivó y apoyó a toda costa. Es algo que se debe celebrar y reconocer”, plantea Malcovich.
-¿Creés que la belleza puede tener un efecto más profundo en la vida y en la realidad? ¿O es simplemente una pantalla de humo?
-Ciertamente puede ser una pantalla de humo, pero no soy tan cínico como para pensar que eso es todo lo que puede hacer. Creo que puede elevar a la gente, que puede llevar a la gente a gritar contra la miseria. Diría que las cosas más hermosas son capaces de cambiar a la gente, de hacer que la gente refleje la existencia, su propósito. Y si hubiera más belleza y más creación… estoy equivocado sobre la mayoría de las cosas, así que probablemente estoy equivocado sobre esto, pero creo que podría haber menos barbarismo y menos peligro en la vida. Ahora, por supuesto solo puedo pensar esto porque no quiero creer que la vida es fútil. Es lo que me pasé haciendo con mi vida, tratar de traer algo de belleza al mundo, de hacer cosas hermosas sin herir o dañar a la gente en el camino. Si, puede ser una pantalla de humo ante el horror, pero no creo que sea solo eso.