En momentos de crisis no solo preocupan las políticas públicas sino las políticas del saber. Si existe una brecha de ingresos totales entre varones y mujeres del 27, 7 por ciento en el segundo trimestre del 2023 según un informe de Ecofeminista, ¿es posible reducir la brecha sin tener información sobre ello? La directora de la carrera de Economía en la UMET Mercedes D´Alessandro explica los problemas creados por la actual ofensiva neoliberal desde el gobierno.
D´Alessandro, quien fue pionera en asumir un cargo que no existía dentro del Ministerio de Economía de la Nación hasta 2019, la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género en el Ministerio de Economía nacional, comparte la necesidad de brindar ofertas académicas ante una coyuntura acechante. “Es una necesidad dar un debate cultural hoy. El feminismo está siendo ultra atacado por estos grupos de derecha conservadora y libertaria. Lo vimos el otro día cuando hicieron el amague de presentar un proyecto para volver atrás con el aborto legal seguro y gratuito. En dos segundos todos los pañuelos verdes estaban encendidos nuevamente y anudados entre sí, por eso yo creo que va a ser muy difícil avanzar sobre las conquistas que hemos tenido”.
“La conquista del debate económico es uno de los mayores logros que tenemos hoy: una gran parte de la sociedad entiende lo que es el trabajo de cuidados, sabe el impacto que tiene sobre las mujeres, reconoce que existe el ‘techo de cristal’. Hay un montón de fenómenos que antes no teníamos ni idea y que hoy están sobre la mesa y que las mujeres se han dado cuenta de que no tienen las mismas posibilidades que los varones en el mundo del trabajo -por poner un ejemplo- y que se necesitan políticas para favorecer el desarrollo”.
La economía feminista no solo es un abordaje teórico, sino una discusión política concreta, en palabras de Mercedes: “Cuando hablamos de la economía feminista aplicada, uno de los ejemplos que puedo ponerte es el de la Dirección de Economía de Igualdad y Género. Nosotros trabajamos en la construcción de un presupuesto en perspectiva de género, eso significó reorientar partidas presupuestarias para cerrar la brecha de desigualdad, ¿qué significa esto? Por ejemplo, generamos un compromiso con el Ministerio Obras Públicas de un piso de 8,5 por ciento del presupuesto orientado a la creación de espacios de cuidado. Entendemos que al tener las mujeres una carga asimétrica en las tareas de cuidado, eso en general les impide poder salir a trabajar, buscar empleo o tener una jornada de trabajo de seis horas u ocho horas, contar con mayor provisión y espacio de cuidado las beneficia. Ese es un ejemplo, también el programa Registrar que contribuía a la formalización de las trabajadoras de casas particulares, el sector en donde más de un millón doscientas mil mujeres se emplea y tiene los salarios peor pagos y las condiciones de trabajo más precarias de toda la economía”.
Un grupo de estudiantes de economía feminista a lo largo del mundo reunió las ofertas de materias dentro de este campo de estudios en Airtable, una plataforma para recopilar datos con inteligencia artificial. Argentina está primera en la cantidad de materias que se ofrecen al respecto en todo Latinoamérica. No solo se encuentra en el podio universitario, sino en el económico, para sorpresa de muchos. “Con la pandemia, las que más retrocedieron el mercado laboral fueron las mujeres y Argentina fue uno de los tres países en toda Latinoamérica que para 2022 había recuperado los niveles previos a la pandemia en términos de empleo. Para 2023 estábamos batiendo récord de participación económica de las mujeres”, comenta.
¿Las causas? “Es producto de casi todas las políticas que pudimos implementar: cuando generamos incentivos fiscales para empresas que contrataban mujeres en sectores masculinizados –como la economía del conocimiento, la industria, la minería y todos los sectores de la energía- digamos fortalecer la participación de las mujeres en sectores masculinizados que suelen tener buenos salarios y que suelen tener buenas condiciones de empleo. Que no se hayan podido capitalizar esos logros tiene que ver con la crisis económica que atravesó al país”, analiza D'Alessandro.
El presidente
El discurso del Presidente en el Foro Económico Mundial en Davos marcó una agenda de una lucha anunciada. El feminismo se convirtió en un nuevo enemigo del plan económico actual. En palabras de Javier Milei: “En lo único que devino esta agenda del feminismo radical es en mayor intervención del Estado para darle trabajo a burócratas que no le aportan nada a la sociedad, sea en formato de ministerios de la mujer u organismos internacionales”. ¿Significa que el feminismo perdió peso o que se constituye con la fuerza del enfrentamiento? Para D'Alessandro es un factor clave para construir una oposición: “Creo que quienes echan la culpa al feminismo, se equivocan rotundamente y además no comprenden que tanto el feminismo como el ambientalismo son dos agendas muy potentes de transformación social que rompen con el estatus quo. Además son un camino propositivo para recrear un nuevo programa económico”.
En cuanto a la población del voto, las mujeres, sobre todo las mujeres jóvenes, son las que más votan a los sectores progresistas y los varones jóvenes son más conservadores, según los gráficos de la Encuesta Nacional Electoral.
“Creo que también el feminismo tiene que reaprender o apropiarse de los debates para mejorar un poco sus interlocuciones. A veces hay un discurso cancelatorio o punitivista que está generando ruido con algunos varones., Eso nunca fue el espíritu del feminismo, sino más bien consolidar una transformación. Yo soy una economista feminista entonces para mí lo fundamental es dar un debate en la redistribución de la riqueza, ese es mi objetivo”, concluye la autora de Economía Feminista: cómo construir una sociedad igualitaria.
La palabra economía proviene del griego oikos “casa” y némein “distribuir”. Quizás las mujeres no solo eran amas de casa, sino aquellas para administrarla, para generar una mejor distribución de las riquezas.