Buena sintonía, confianza, identidad común, síntesis natural: las piruetas discursivas para justificar la formalización de la alianza entre La Libertad Avanza y el PRO son, desde el naufragio del proyecto de ley ómnibus, cada vez más numerosas. El PRO analiza que cumplió con su parte, que defendió el proyecto mejor que el propio oficialismo, y que, ahora, llegó el momento de consolidar este alineamiento. El primer paso sería la conformación de un gran interbloque PRO-libertario en la Cámara de Diputados, aunque en el macrismo advierten que esta alianza parlamentaria solo podría funcionar como consecuencia de un acuerdo político institucional en la superestructura. Es decir, como resultado de una cumbre entre Milei y Mauricio Macri que termine con dirigentes del PRO en cargos clave del gobierno. Frente a esta perspectiva, sin embargo, los diputados de LLA se mueven con recelo: no quieren un copamiento del PRO y, si bien coinciden en la conformación de un interbloque, se preparan ya para exigirle a su presidente que no deje la jefatura en manos de los macristas.
Se venía conversando por lo bajo hace más de una semana, pero fueron las declaraciones de Patricia Bullrich las que lo volvieron objeto de debate público: "Esta coalición, fusión, convergencia, no tiene nombre todavía. Es la idea que precede a la organización, luego veremos cómo se organiza, si es en un solo partido, si es en dos, si es en una coalición parlamentaria", había adelantado la ministra de Seguridad hace un par de días, en diálogo con Radio Rivadavia. Desde entonces, los chats de WhatsApp de macristas y libertarios están al rojo vivo. Se llaman, se escriben, se consultan si es cierto que María Eugenia Vidal iría a la ANSES - ella dice que todavía no la convocaron - o si Diego Santilli reemplazaría a Guillermo Francos en el Ministerio de Interior - fue el propio Milei el encargado de confirmar a Francos en su cargo-.
Macri y Milei, el puntapié inicial
Los nombres circulan --Guillermo Dietrich a Transporte, Cristian Ritondo a la presidencia de la Cámara de Diputados--, algunos impulsados por los protagonistas, otros por el círculo íntimo de Macri, que desliza así qué cargos quiere para sí en el caso de llegar a un acuerdo. Pero son solo eso de momento: trascendidos y conversaciones informales entre la dirigencia del PRO y de LLA mientras ambos sectores aguardan a que sus dos líderes - Macri y Milei - se reúnan a sentar las bases de este acuerdo. Porque el acuerdo, insisten en el macrismo, no puede ser solo legislativo, sino que tiene que funcionar como anticipo de una nueva coalición política que integre ambas fuerzas.
"Nosotros podemos armar un interbloque, juntarnos a comer un asado y hacernos amigos. Ahora, acá no va a haber acuerdo si no hay un acuerdo institucional arriba. Y no es solo por los cargos, es ocupar espacios decisorios sabiendo que Milei es el jefe", precisó un importante dirigente macrista, que sostiene que el panorama se aclarará recién cuando Macri regrese de sus vacaciones en el sur la semana próxima. El proceso, insisten en el PRO, será largo. La alianza parlamentaria funciona, de facto, hace tiempo, por lo que la conformación de un interbloque sería solo un trámite. La discusión por los lugares en el gabinete, en cambio, requiere una discusión más profunda.
Y no solo eso: el PRO tendrá que resolver, antes, su propia crisis de identidad. El partido está en proceso de reconfiguración, y la alianza con LLA --así como la inevitable designación de Macri como nuevo presidente del partido en marzo --está apurando un proceso de transformación que dejará a varios afuera. A Horacio Rodríguez Larreta, por ejemplo, el macrismo ya lo avizora fuera del PRO.
La interna en La Libertad Avanza
La Libertad Avanza, mientras tanto, sostiene sus propias discusiones internas. Milei regresó el martes de su gira europea con la voluntad de profundizar la guerra contra los "traidores" que hicieron caer su proyecto de ley ómnibus y, bajo esta lógica, reordenar el mapa político. La conformación de un interbloque en la Cámara de Diputados, en este sentido, no sería si no la continuación lógica del último mes de trabajo. "Ya están Petri y Bullrich en el Gabinete. Durante las elecciones fiscalizamos juntos. La ley la trabajamos juntos. No cabe duda que esto va a concluir en una convergencia", analiza una autoridad libertaria de la Cámara de Diputados que, sin embargo, debe lidiar con las consecuencias domésticas del fracaso de la Ley Ómnibus. Y es que la bancada libertaria está atravesada, hace una semana, por los pases de facturas internos: algunos contra el presidente de la Cámara, Martín Menem, otros contra el titular del bloque, Oscar Zago, y otros contra Francos y el Ejecutivo (a quienes acusan de haberlos dejado afuera de las negociaciones).
Ahora, frente a la posibilidad de la consolidación de un cogobierno con el PRO, varios libertarios están en estado de alerta. "La colaboración con los dialoguistas ha sido muy importante. Pero eso no significa que el liderazgo se comparta", advirtió un legislador de LLA que, como muchos, observa con temor la posibilidad de quedar subsumidos al aparato del PRO. Es la misma preocupación que llevó a que, hace un par de meses, todos los legisladores de LLA bloquearan el desembarco de Ritondo en la presidencia de la Cámara de Diputados. "No hay cogobierno", insisten y advierten que, de conformarse un interbloque, la presidencia debería quedar, sí o sí, en manos de un libertario.