Usualmente es fácil darse cuenta cuando en los premios Bafta se presenta un actor que pertenece a un programa televisivo con una sólida base de fanáticos, como Doctor Who, Sherlock o Game of Thrones: habrá una muchedumbre de devotos conectados por las redes sociales, amontonándose en el pavimento alrededor de la entrada del Piccadilly de Londres. En la edición de este año, lo que más anticipación produjo fue el arribo de Jon Snow, o bien Kit Harington, el actor británico de 30 años que interpreta a Snow, el Bastardo de Winterfell en Game of Thrones. Pero Harington está en la ciudad para promocionar su más reciente aventura, un drama producido por la BBC sobre la Conspiración de la Pólvora.

En Gunpowder, una miniserie en tres partes escrita por Ronan Bennett (Top Boy, Hamburg Cell) y creada por la propia y activa compañía productora de Harington, el actor interpreta a su propio ancestro Robert Catesby, un conspirador católico en el plan que se proponía volar al protestante Rey Jacobo I durante la apertura de sesiones del Parlamento de 1605. Catesby –y no Guy Fawkes– era el cabecilla de la conspiración que es conmemorada cada año el 5 de noviembre con fogatas y fuegos artificiales, que incluyen a niños que piden monedas para comprar petardos.

“El nombre de soltera de mi madre es Catesby, y mi segundo nombre también es Catesby”, dice Harington, tras la proyección del primer episodio en pantalla grande. “Siempre fue un pequeño asunto mientras crecía... ‘¿vos sabés que estás relacionado con el líder de la Conspiración de la Pólvora?’. Nunca supe demasiado sobre Catesby. Solo cuando me propuse hacer algo de investigación sobre la Conspiración de la Pólvora empecé a entender cómo trabajaba y qué pensaba esta gente”.

No fue solo la simple curiosidad por sus ancestros lo que llevó a Harington a meterse de lleno en el tema y llevar su idea a la BBC. “Sí, había una conexión famiiliar, pero más allá de eso estaba la cuestión de que todo esto parecía ideal para producir una ficción”, dice. “Realmente no entiendo cómo puede ser que no se haya dramatizado antes. Es una pieza por demás significativa del folklore típicamente inglés”. Quizá lo que disuadió a los realizadores de hacer algo con ello es que el tema principal es quizá demasiado localista. La estadounidense Liv Tyler, que coprotagoniza la miniserie como la prima de Catesby, Anne Vaux, señala que ella nunca había escuchado nada sobre algo llamado Conspiración de la Pólvora, y que a la vez una historia sin héroes evidentes nunca tendría el encanto suficiente para la industria de Hollywood. Hubo una película inglesa muda en 1923, y 80 años más tarde Jimmy McGovern escribió Gunpowder, Treason and Plot (“Pólvora, traición y conspiración”), con Michael Fassbender como Guy Fawkes. Pero eso fue todo. “La mayoría de la gente sabe de Guy Fawkes por la película V de Vendetta y las máscaras de Anonymous utilizadas en acciones como Occupy Wall Street”, explica Harington.

Tras llevar su idea a Kudos, la compañía productora detrás de las series policiales Spooks y Life on Mars, Harington se puso en contacto con el dramaturgo norirlandés Ronan Bennett, que le parecía la elección más adecuada desde lo ideológico para abordar la historia: un ex simpatizante republicano que, a los 18 años, fue condenado injustamente por el asesinato de un oficial de la Gendarmería Real (un cuerpo policial inglés que operaba en Irlanda del Norte, disuelto en 2001), y que luego debió afrontar otro juicio ewn el Old Bailey, el Tribunal Penal Central de Inglaterra y Gales, por supuestamente liderar una célula terrorista. Tras asumir su propia defensa, fue sobreseído pero aún asì pasó 20 meses en prisión, algunos de ellos en confinamiento solitario. Los trabajos previos de Bennett para la televisión incluyen la controversial Rebel Heart, sobre el Alzamiento de Pascua –la rebelión que tuvo lugar en Irlanda en abril de 1916–, y Hamburg Cell, que imaginó la vida de los terroristas suicidas de Al Qaeda.

“Creo que si preguntás sobre qué saben de la Conspiración de la Pólvora, la mayoría de la gente dirá algo así como ‘Guy Fawkes intentó volar el Parlamento...’”, dice Bennett. “Yo tengo un doctorado en Historia y estudié mucho ese período, y aun así había olvidado –si es que alguna vez supe algo– a Catesby, y que Catesby había sido el verdadero líder, el autor intelectual de todo eso. Pensamos en que la conspiración termina con el arresto de Guy Fawkes (no hay spoilers en decir esto, es un hecho histórico), pero en realidad hay otro episodio dramático. Y para mí el gran interrogante es de dónde vino todo eso, por qué alguien querría hacerlo”.

Gunpowder comienza con una escena de veinte minutos en la que es allanado Warwickshire, el señorío de Catesby, mientras los integrantes de la casa asisten a una misa ilegal de un sacerdote católico (interpretado por Peter Mullan, de Top of the Lake). Le siguen dos escenas de tortura perturbadoramente gráficas, de un estilo tal que, a pesar de qu ella se han visto allí series como Taboo, probablemente nunca se vieron en el horario central de la cadena inglesa. El elenco incluye a Mark Gatiss (Sherlock) como el jefe de espías de Jacobo I, Robert Cecil, mientras que Shaun Dooley interpreta al ejecutor de Cecil (el mismo Guy Fawkes, que tal como en la historia real aquí es un personaje periférico). Pero si Robert Catesby es devuelto a su verdadero papel de líder de la conspiración, ¿cómo considera Harington a su ancestro? “Antes de meterme en esto, supongo que de alguna manera podría haberme sentido orgulloso de él”, opina el actor. “Pero si mirás con atención quién es... es viudo, no conecta con su hijo, está experimentando una gran persecución y le están quitando su dinero... creo que de alguna manera tenía un deseo de muerte, y terminó involucrando con él a gente inocente en esta conspiración. Con lo que no tengo sentimientos particularmente afectuosos hacia él”.

–¿Aun después de haberlo interpretado? ¿No hay una empatía del actor?

–Después de hacer esto, el mayor cambio fue que sentí mucha compasión por él. Como puede verse en la serie, él es un hombre profundamente triste, que fracasó en su gran plan.

Una de las ironías del árbol genealógico de Harington es que está directamente relacionado, a través de su padre, a Carlos II, nieto del mismo monarca al que Catesby intentó asesinar. Su padre David es un baronet, mientras que su madre, Deborah Catesby, era una dramaturga que llamó a su hijo Christopher por el dramaturgo isabelino Christopher Marlowe (“Kit” es su apodo). A pesar de ese background aristocrático, Harington fue educado en una escuela secundaria estatal en Worcestershire. Su primera ambición fue ser periodista, pero terminó eligiendo un camino diferente tras ver a Ben Whishaw en una producción teatral de Hamlet. Tras asistir a la escuela de actuación apareció en una celebrada producción de War Horse realizada por el Teatro Nacional, y en Royal Court en Posh, una obra de Laura Wade sobre el Bulingdon Club de la Universidad de Oxford. Pero en 2011, claro, llegó el personaje que cambiaría su vida... y su cuenta bancaria.

Se ha informado que Harington cobra un millón de dólares por cada episodio de Game of Thrones en el que aparece encarnando a Jon Snow (un diario señaló que, una vez que se suman los pagos por la sindicación de la serie y otras ganancias residuales, es cifra llega a dos millones). Por otra parte, los meses de filmación en Irlanda e Islandia lo llevaron a conocer a su futura esposa, Rose Leslie, que en la serie interpreta a Ygritte, la salvaje de pelo rojo furioso que se convierte en su amante. Aunque hasta hace poco Leslie era comprensiblemente reticente a hablar de la relación con Harington (“Si es algo privado y muy querido para tu corazón, uno hace un esfuerzo para mantenerlo así”, dijo en una entrevista del año pasado en The Independent), hace dos semanas la pareja hizo público su compromiso a través de un anuncio en el diario The Times, mientras que Harington se explayó sobre su propuesta de matrimonio en The Jonathan Ross Show. “Iba a colgar unas luces en los árboles y hacera toda la puesta en escena romántica”, le dijo el actor en el estudio a Ross. “Pero estábamos en el campo y estábamos bajo este hermoso cielo nocturno, y teníamos un gran fuego ardiendo y un vino tinto y... lancé mi pregunta un poco antes”, relató.

Gunpowder fue filmada durante la pausa entre las temporadas siete y ocho de Game of Thrones, que tuvieron especial resonancia. Afortunadamente, el personaje de Harington no requería un cambio radical de imagen. “Creo que encajó perfectamente, porque yo no podía cortarme el pelo”, dice, y explica que filmar Gunpowder en un Yorkshire otoñal fue como mantenerse en casa después de seis años de Game of Thrones: “No tengo idea de por qué sigo deseando filmar en lugares fríos, llenos de barro y con caballos”, dice. 

Otros proyectos que han ocupado a Harington alrededor de sus largas estadías en Islandia e Irlanda para Game of Thrones no han sido enteramente exitosos: el western de 2016 Brimstone fue recibido con críticas más bien frías, lo mismo que sucedió con un falso documental de HBO llamado 7 Days in Hell (Siete días en el infierno), sobre el supuesto match de tenis más largo de la historia. Es una de las razones por las que siente preferencia para producir su propio material. “Ahora mismo estamos buscando la próxima gran cosa”, explica. “Gunpowder fue una pueba para ver si podíamos disfrutar hacerlo y sí, lo disfruté mucho. Pienso que saber por qué se toman las decisiones, y ser parte de esas decisiones me ha hecho disfrutar mucho el proceso. No sé si puedo decir lo mismo con respecto a actuar y producir al mismo tiempo; eso puede volverse algo difícil por momentos”.

–Después de tanto tiempo actuando con espadas y caballos, ¿está buscando algunos personajes algo más modernos?

–Personalmente, creo que ya tuve suficiente con el siglo XVII. Así que sí, creo que es momento de moverme hacia adelante. Quizá a algo en la Londres de los años sesenta. O por lo menos algo con pistolas...

* De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para PáginaI12.