Los dos comenzaron sus carreras en la segunda mitad de los ‘60. El primer disco de Chick Corea fue un inicio deslumbrante: Tones For Joan’s Bones. El baterista Steve Gadd empezaba su carrera discográfica junto con el bajista Will Lee y luego con Gap Mangione y con el tecladista y percusionista Mike Manieri. Y una de las invenciones de Corea, el grupo Return To Forever, encontró a Gadd en una de sus mejores encarnaciones, junto con el guitarrista Bill Connors, el bajista Stanley Clarke y el percusionista Mingo Lewis en Return To The Seventh Galaxy, de 1973. Desde ese momento coincidieron en numerosas ocasiones y en varios discos. Precisamente algunos de los mejores de la dilatada carrera del pianista: The Leprechaun, Friends y Three Quartets entre ellos. La idea, más de cuarenta años después, fue sencilla: formar una banda, grabar un disco y salir de gira.
Pero en la Corea Gadd Band, que llega hoy a la noche al Gran Rex (Corrientes 857), el interés no se agota en ellos. El flautista y saxofonista es Steven Wilson, que integró la Mingus Big Band, el notable quinteto de Dave Holland en 1996 y, entre 1998 y 2001 el sexteto Origin, uno de los proyectos más sólidos de Corea en las últimas décadas. Y el guitarrista es nada menos que Lionel Loueke. Nacido en la república africana de Benin, crecido en Costa de Marfil y formado primero en París y luego en la escuela Berklee de Boston, es hoy una de las figuras más importantes de la escena. Desde que, en 2002, comenzó a tocar en el grupo del trompetista Terence Blanchard (que había sido uno de los jurados que lo seleccionó como profesor en el Instituto Thelonious Monk de Jazz, en la Universidad de California), tocó entre otros con Herbie Hancock, George Garzone, Dianne Reeves, Cassandra Wilson, Wayne Shorter, Charlie Haden, John Patitucci, Terri Lyne Carrington, Kenny Garrett, Roy Hargrove y Santana. Sus propios discos, para el sello Blue Note, desde el debut en ese sello con Karibú hasta el reciente Gaïa, y, sobre todo, el grupo Aziza, que conformó junto con Dave Holland, el saxofonista Chris Potter y el baterista Eric Harland, muestran uno de los guitarristas más originales y sorprendentes del jazz actual.
El grupo de Corea y Gadd se completa –un viejo gusto del pianista– con una base latina: el bajista Carlitos Del Puerto y el percusionista Luisito Quintero. Para hablar de Gadd, que además ha sido parte de algunos de los grupos más importantes del rock y el pop, tocando con Paul McCartney, Paul Simon (con quien llegó a Buenos Aires en 1991, en un gran concierto en River, con una banda que también incluía a Michael Brecker en ewi), Joe Cocker y Eric Clapton, bastaría, no obstante, con un solo momento genial en un disco no menos genial: el solo de batería en “Aja” de Steely Dan. Chick Corea, a los 76 años, sigue siendo uno de los músicos más inquietos e inconformistas del ambiente. En una entrevista realizada para PáginaI12 e inquirido acerca de la variedad de estilos por los que había transitado y, claro, continuaría haciéndolo, preguntó a su vez: “¿A alguien le gusta comer todos los días la misma comida, por rica que sea?”.
Si se piensa en ejemplos tan distintos como sus dos volúmenes de Piano Improvisations, registrados en 1971 para ECM, su participación en el cuarteto Circle, con Anthony Braxton, sus discos con Miles Davis, la trilogía conformada por The Leprechaun, The Mad Hatter y My Spanish Heart, los citados Friends y Three Quartets, los dúos con el vibrafonista Gary Burton o sus varios tríos antológicos, con Dave Holland y Barry Altschul, con Miroslav Vitous y Roy Haynes o el más reciente, con Christian McBride y Brian Blade, más todas las vidas de sus proyectos eléctricos, desde Return to Forever a The Vigil, pasando por la Elektric Band, muy pocos músicos, de cualquier estilo, han logrado tantos puntos tan altos y en lenguajes tan diversos.