Bella quiere conocer el mundo. En esa decisión se funda su pasaje de engendro a persona. En la casa del Doctor Godwin, Bella Bexter (Emma Stone) es una hermosa joven que ignora todos los modales. Rompe los platos de la mansión y disfruta cortando los cadáveres de quien considera su padre. En realidad Godwin ( Willem Dafoe) encontró a la joven moribunda cuando se llamaba Victoria y se había tirado embarazada al mar con el deseo de matarse para huir de un marido déspota. El doctor Godwin Bexter ( a quien llaman God), atravesado por la locura científica del siglo XIX, la lleva a su laboratorio y en un experimento que recuerda a la película Metrópolis de Fritz Lang, le inserta el cerebro de su hijo nonato y resucita a Victoria ahora convertida en Bella.
La joven es un ser inquieto, su cerebro tiene que ponerse a tono con su cuerpo y descubre que tocándose entre las piernas puede conseguir un placer que ella describe como la felicidad: “Bella encontró la felicidad cuando quiere”, dice la joven en la mesa mientras se pone un pepino en la vulva. Max (Ramy Youssef), el aprendiz de Godwin que la ama y se convertirá en su novio, le explica que ese comportamiento debe reservarse para la intimidad pero hablar y decirlo todo, actuar como si ninguna traba social pudiera intimidarla será siempre una característica de Bella, un rasgo que le permite lograr lo que quiere, manejar la acción en el film Pobres criaturas de Yorgos Lanthimos que puede verse en los cines.
Bella deja de ser una criatura bajo el dominio de Godwin cuando aparece en escena otro personaje que podría ser tan manipulador como su padre adoptivo ( en realidad aquí la paternidad tiene un componente parecido a la creación de Frankenstein) se trata de Duncan ( Mark Ruffalo) un seductor millonario que le propone a Bella escaparse juntos. Bella le presenta la situación a Godwin y a su novio Max desde un discurso tan práctico que parece que la joven conociera la vida en un sentido más racional que experimental. Les explica que ella va a casarse con Max pero que primero quiere huir con Duncan para tener aventuras y conocer el mundo. Lo que Bella conoce y disfruta hasta el hartazgo es el sexo. La novela Pobres criaturas del escritor escocés Alasdair Gray publicada en 1992, en la que se basa está película propone a una joven que se desesperaba por matar, aquí Lanthimos prefiere a una jovencita que no para de coger con el apuesto magnate que termina enamorado de ella. Lo que debía ser una conquista más, un capítulo desmesurado hasta que Duncan la abandonara para buscar una nueva presa, es la destrucción del Don Juan. El desapego de Bella, su manera indolente de interesarse más por el ejercicio del sexo que por el hombre que le proporciona placer, desconcierta a este libertino que termina enloquecido. Al mismo tiempo Bella pasa de ser una retardada, una especie de fenómeno que se mueve con torpeza en la mansión de Godwin, a convertirse en un genio. Sus réplicas, su manera de argumentar, su rapidez para esgrimir conclusiones, para analizar los hechos mientras los vive, despliegan una inteligencia que demuestra no tener límites.
Bella conoce lo peor del mundo. Su ingenuidad o su ignorancia sobre el funcionamiento de la realidad también la lleva a la expulsión del paraíso del confort y el lujo de los viajes con Duncan porque es un personaje que no obedece a las normas, que mira los hechos desde un criterio que no ha sido tocado por la represión de una educación o el estado. Lo que ella observó de Godwin fue la ciencia como puro laboratorio donde la imaginación, las cruzas entre animales, la inventiva era lo determinante más allá de la función médica. Bella podría ser un personaje de Aurora Venturini donde las diferencias entre la genialidad y la minusvalía mental nunca están claras, en los textos de la autora argentina una persona podía ser brillante y estúpida al mismo tiempo y en esa ambivalencia construir su propia independencia.
Emma Stone era la actriz ideal para este personaje con esos ojos siempre sorprendentes que parecen salidos de un animé. Ella entiende ese estado de descubrimiento que habita en Bella y su manera de procesar la experiencia. Bella pasa del sexo compulsivo a un interes intelectual ( guiada en principio por una mujer mayor que conoce en el crucero pero también como una herencia de Godwin a quien ama y acepta como su maestro) los libros, su aprendizaje sobre anatomía construido de una manera dislocada y grotesca pero que se termina sustentando en un saber científico que le permite estudiar medicina, se combinan con una estética que recuerda al cine mudo, especialmente al expresionismo en un uso recargado del maquillaje devenido en máscara. Pobres criaturas es un film que se vale de procedimientos fantásticos para encontrar el germen de un ser humano nuevo, en alusión a un feminismo que piensa la realidad con los recursos de la ciencia ficción expresado en los textos de Rosi Braidotti y Donna Haraway. El resultado es una mujer que necesita abandonar la casa paterna, utilizar la seducción y apropiarse de los conocimientos de un padre destituido para encontrar su lugar.