El 14 de febrero cumplió 80 años Jacques Alain Miller. 

Qué bonito día para nacer pensé, el día del amor y cuánto contribuyó usted a que lo pensemos mejor desde el psicoanálisis con sus ya clásicas conferencias Lógicas de la vida amorosa.Y sí, aunque el amor puede volvernos locos como ya lo planteó Freud retomando la cosa desde los antiguos, tiene su lógica como usted, querido Jacques Alain nos demostró.

Qué decir de su posterior cosecha, el partenaire síntoma que en lo personal me inspiró un poema. ¿Qué nos enseña? Que nuestra satisfacción amorosa necesita apoyos, sostenes, disposiciones, arreglos, a veces estrafalarios pero también sutiles, para poder sentir (de eso se trata finalmente) amor.

El amor es generoso, porque no solo se dirige a las personas (¡y a veces lo hace muy bien!) Sino que también se dirige a las causas. Usted no sólo abrazó desde su juventud la causa del psicoanálisis orientado por Jacques Lacan sino que le hizo aportes fundamentales. Sólo mencionaré el sostener la dignidad del psicoanálisis en la Universidad dirigiendo el Département de Psychanalyse de París VIII, desde donde se irradió ese deseo de instituir y difundir el psicoanálisis a través del mundo.

Como joven psicóloga fui directa beneficiaria de esa acción deseante, estudiando en la Sección Clínica de Barcelona. Luego, al volver a Argentina, inscribí una pequeña institución Tyche en la Nueva Red Cereda dedicada al psicoanálisis con niños, que usted por cierto también fundó con Rosine Lefort, Robert Lefort y Eric Laurent allá por 1986. Luego el Instituto Oscar Masotta en 2001, al que aún pertenezco y que dio cobijo y sustento sistemático a la formación psicoanálitica de la orientación lacaniana en este hermoso y extenso país que es Argentina y que hoy continúa como IOM3.

Su incansable deseo de enseñar, de replantear, de transmitir y recomenzar es un ejemplo para mí y seguramente para muchos otros en el ancho y largo país del psicoanálisis en el mundo.

Le quiero decir que me encanta la frescura con que cuenta en sus seminarios detalles de su vida, que incluye su infancia, adolescencia y la de sus nietos. Traigo aquí la anécdota de su nietita que se enoja con los que demasiado rígidos, no quieren dramatizar y les grita ¡gordinflón! Qué mejor manera de enseñarnos la rigidez imaginaria del yo que se infla tanto que no quiere jugar-arriesgar en el drama del deseo ni en las sorpresas de la comedia de la vida.

No es su caso querido maestro, que se vistió de capa y espada todas las veces que hizo falta para sacudir a los gordinflones en que nos convertimos cada vez que solo queremos descansar y dormir en el statu quo.

Me despido desde Tucumán dónde como estudiante lo escuché por primera vez en la Facultad de Filosofía y Letras, Con admiración y cariño ¡Muy feliz cumpleaños maestro!

*Licenciada en Psicología, psicoanalista, profesora de la Cátedra de Psicología de la Niñez y la Adolescencia de la Universidad Nacional de Tucumán, docente del Instituto Oscar Masotta. Autora de Los poemarios Kohl y Tiempo que brota.