"Él era Eze, mi alumno. Los últimos tiempos han sido difíciles para nuestros pibes. Él tiraba de su carro. Andaba cirujeando". La frase es parte del posteo que hizo en redes sociales Melina Gigli, docente de la escuela Carlos Fuentealba, de barrio Santa Lucía, a la que asistía Ezequiel Curaba, el joven de 21 años que sufrió una descarga eléctrica el domingo, cuando intentó sustraer un tramo de cable subterráneo en Presidente Perón al 6000, y falleció dos días después. Su necesidad de contar la realidad que atravesaba el joven estuvo relacionada a los comentarios y repercusiones en redes sociales relativas al trágico suceso, en las que se lo trataba de manera despectiva y estigmatizante. "Festejaban su muerte tan dura y cruel", lamentó la mujer en su publicación. Desde Amsafe Rosario, el gremio docente, también hablaron de la vulnerabilidad que atraviesan muchos estudiantes ante la situación social.

Un video filmado por vecinos en el momento que el joven salía de la zanja circuló el lunes. También se difundieron fotos donde se podían ver las quemaduras. Melina no lo reconoció en esa imagen, pero sí advirtió una mirada temerosa. Luego supo quién era. "No quiero que lo recuerden así", comenzó la publicación en la que también relató que a Ezequiel "le gustaban los cuentos, pero no leer. Era tan dulce y siempre sonreía. Estamos en deuda. Qué crueldad. Él tiraba de su carro. El hambre no espera", escribió también la profesora que tuvo a Ezequiel de alumno en primer y segundo año del secundario.

La mujer agregó ayer que lamentaba las opiniones de personas que no conocían el contexto, la realidad de Ezequiel. En medios radiales aseguró que hay estudiantes que transitan situaciones económicas difíciles, con familias que no llegan a cubrir las necesidades básicas o que no tienen zapatillas.    

Desde Amsafe Rosario, también se expresaron y lamentaron lo sucedido: "A Ezequiel lo mató la pobreza, la desigualdad, la miseria de una sociedad que no puede ser más injusta". El titular del sindicato docente, Juan Pablo Casiello, se sumó a las manifestaciones de dolor y contra la crueldad: "Era un estudiante que la pasaba mal, un buen compañero, que para sobrevivir cirujeaba. Hay muchos chicos que no tienen para comer y lamentablemente caen en el robo", planteó en LT8.

El sindicalista dijo compartir las expresiones de dolor de los maestros de Ezequiel en la escuela de Santa Lucía. "Mientras iba a la escuela, cirujeaba, tiraba de un carro. Vivía en las condiciones más terribles que viven algunos niños y adolescentes no en la pobreza sino en la indigencia”, aseguró. “Ezequiel tuvo que dejar la escuela. Los docentes después se lo cruzaban tirando del carro. El chico se había mudado con su familia, pero cada tanto pasaba por la escuela".

Para Casiello, "que un chico muera mientras trataba de robar cables es un reflejo de una situación social extendida. Muchos pibes y pibas dejan la escuela porque no tienen para comer y a veces encuentran en el robo el camino para esto. Ayer había mucho enojo y tristeza en las docentes por los comentarios en las redes sociales, que fueron brutales, crueles, festejando la muerte de un pibe. Eso era algo que no podíamos dejar pasar. En los últimos tiempos tuvimos una serie de muertes de alumnos y alumnas que es moneda corriente en Rosario por distintos motivos”.

A modo de análisis, lamentó: "Sigue habiendo un sector de la población que sigue esperando estas situaciones y celebra. Quienes más padecen estos actos de robo o vandalismo son las escuelas. De ninguna manera justificamos, pero contextualizamos una situación que es dramática. No hay nada que festejar. Como sociedad tenemos que hacernos cargo. Qué mal estamos que para que un chico, para sobrevivir, roba un cable y se muere y hay un sector de la población que lo festeja”, cuestionó.

Sobre la realidad social, Casiello aseguró: “Estamos muy mal y hay que llamar la atención sobre eso. Hay una crisis social muy profunda en el marco de una brutal miseria y una desigualdad que es horrorosa. O pensamos en construir una sociedad más igualitaria o seguiremos estando así, y habrá muchos Ezequiel y habrá más robos de cables y más chicos muertos. Hay que plantear una reflexión profunda sobre la sociedad en la que vivimos y qué respuesta damos. Si creemos que festejar la muerte de un chico está bien, erramos mal”.