Con todo el peso de la victoria, el presidente Mauricio Macri tiene previsto convocar a gobernadores, jefes de bloques parlamentarios, sindicalistas, empresarios e integrantes del Poder Judicial para avanzar con una serie de reformas que el macrismo lleva en su ADN. Ayer, en una conferencia de prensa, el mandatario sostuvo que no hay que tenerle miedo a la “reforma permanente”. Entre otras, eso incluye la reforma laboral, fiscal, previsional y de la Procuración, de la que buscan expulsar a Alejandra Gils Carbó. El temario es extenso y también los actores involucrados. Según pudo saber este diario, hasta ayer no estaba definido si la dinámica será una gran convocatoria o si, aprendiendo de experiencias pasadas con la CGT, se harán encuentros por sectores.
Macri sabe que la victoria da derechos y permite imponer condiciones en una negociación. El presidente tiene pensado aprovechar el momentum que genera el triunfo para avanzar en distintas reformas que viene esbozando desde el comienzo de su Gobierno. También en sacar del tablero a diversos adversarios, aunque de esto los funcionarios que hacen apología del diálogo no hablarán en público. Macri planteó que la convocatoria tiene que ser “lo antes que podamos”, aunque ayer todavía no había fecha. Se barajaba el próximo lunes, aunque podría ser demasiado pronto.
En el paquete de reformas que plantea discutir el presidente, entra la discusión con los gobernadores de una reforma fiscal con las provincias, a las que también le sumará nuevamente la aprobación del voto electrónico y la solución del diferendo con el gobierno de María Eugenia Vidal por el Fondo del Conurbano bonaerense. Si bien el macrismo espera un fallo favorable de la Corte Suprema que permita actualizar el monto de ese Fondo a costa de los otros distritos, desde el Gobierno intentan llegar a una solución política.
Macri sostuvo ayer que su idea es convocarlos la semana que viene a Casa Rosada y discutir allí reformas “institucionales, electorales, políticas y económicas”. Remarcó que quería que la reforma de los impuestos provinciales (en especial, ingresos brutos) se resuelva “antes de fin de año”. “Hablamos sobre reducir los impuestos brutos en las provincias y bajar tasas municipales”, sostuvo luego de una reunión con el sector de la carne. Pero el mensaje fue claro sobre lo que Macri pedirá. También tiene previsto insistirles para que aprueben el voto electrónico, algo que los mandatarios provinciales consiguieron trabarle el año pasado y generó el enojo presidencial. Macri insistió ayer con que el sistema de votación actual es “arcaico, espantoso y facilita la trampa”.
Pero quizás el tema más ríspido es el del Fondo del Conurbano: Vidal judicializó el tema en sintonía con Macri, pero los gobernadores peronistas (y algunos de Cambiemos) se niegan a ceder fondos al presupuesto bonaerense. Sostienen que para actualizar los montos del Fondo del Conurbano –congelado en 650 millones de pesos desde el año 1996– se debe recurrir a las arcas nacionales y no a la coparticipación.
En el Ministerio del Interior no tenían, hasta ayer,en claro la mecánica con la que se convocará a los gobernadores. En principio, hoy habría un encuentro de los gobernadores de Cambiemos del que podría participar el presidente y que, además de un encuentro para hacer el balance de la elección, podría servir como previa para el llamado al resto de los mandatarios. Macri pidió “que los gobernadores sean jugadores importantísimos aunque sean de distintos partidos políticos y que se sumen los intendentes importantes”. La idea de que se convocará “los intendentes importantes” fue relativizada con el correr de la tarde.
De todas formas, tampoco estaba definido si el encuentro sería solamente con los gobernadores en Casa Rosada o en Olivos –como ocurrió cuando Macri asumió la presidencia– o bien si sería parte de un encuentro mayor, que incluya sindicalistas, empresarios, jueces. En ese caso, se pensaba en utilizar el Centro Cultural Kirchner (CCK) o bien Tecnópolis, pero nada estaba definido ayer. Macri no parecía estar del todo convencido de hacer una gran convocatoria y todavía se discutía si no convocar por sectores.
Con los sindicatos y los empresarios, plantea avanzar en la reforma laboral, que se viene preanunciado desde hace tiempo. También está pensada en forma sectorizada e incluirá la discusión de los convenios colectivos de trabajo para adaptarlos a los parámetros de la “productividad y la competitividad”. El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, repitió en más de una oportunidad que los convenios “son de la década del setenta, y están mirando procesos productivos que no existen más”. El que suele tomar como ejemplo es el convenio de prensa, que es de 1975.
No obstante, en el Ministerio de Trabajo tampoco tenían detalles de cómo quería Macri orquestar convocatoria a los sindicatos y empresarios. El ministro viene trabajando, desde que reencauzó la relación con la cúpula de la CGT, en temas como la formación profesional, el blanqueo laboral y la “reducción de la litigiosidad” en los juicios laborales.
“Hay que ver cómo avanzar en reformas que generen más trabajo”, sostuvo Macri, que se mostró partidario de “acuerdos sector por sector”.”No hay que tener miedo a las reformas”, sostuvo ayer Macri en la conferencia de prensa, en la que insistió con que habrá un “reformismo permanente”, que también llegará al Poder Judicial. Lejos de la reforma que intentó Cristina Fernández de Kirchner, Macri tiene actores muy específicos en mente: concretamente, Gils Carbó, a la que tiene previsto expulsar en el marco de una reforma de la ley del Ministerio Público Fiscal. Todavía el macrismo no muestra sus cartas, pero el fallo conocido la semana pasada que declaró inconstitucional aplicar a Gils Carbó el juicio político previsto para los jueces de la Corte Suprema abrió una hendija por la que el macrismo piensa en echar a la procuradora.
En el Ministerio de Justicia, tampoco tenían todavía definido cómo el presidente convocará a jueces y otros actores del Poder Judicial. Aunque una alta fuente de la cartera indicó que seguramente será “sector por sector y pensando en 2018”. Además de Gils Carbó, está en debate una reforma del Consejo de la Magistratura, entre otros ítems que forman parte del programa Justicia 2020, por el que el ministro Germán Garavano ya venía teniendo reuniones con los distintos sectores judiciales.
A todos estos actores políticos, Macri también sumará a los jefes de los bloques opositores en el Senado y la Cámara de Diputados. Con ellos, hay un extenso paquete de leyes que discutir, que incluyen la de Presupuesto 2018, la Ley de Coparticipación y una reforma previsional y otra educativa que el Gobierno tiene en carpeta. En el Senado, el presidente provisional Federico Pinedo y la vicepresidenta Gabriela Michetti estaban trabajando en los contactos con los nuevos bloques que se formarán. Allí el senador Miguel Pichetto es un interlocutor preferencial para el Gobierno. También en Diputados Emilio Monzó está en conversaciones con los opositores. Todos trabajan en coordinación con la jefatura de Gabinete, que conduce Marcos Peña. No obstante, todavía no había una convocatoria precisa. Recién se conocerá en los próximos días, cuando definan la mecánica de los encuentros, que comenzarían con una conversación de las líneas generales con el presidente, y luego pasarían a tratarse en cada ministerio.