En 2024 se espera el número más bajo de contrataciones laborales de los últimos 3 años, según reveló un sondeo realizado por la agencia Bumeran. “El 65 por ciento de los especialistas tiene planificado contratar nuevos trabajadores este año: 6 puntos porcentuales menos que en 2022 y 10 puntos menos que en 2021”. Según especialistas consultados por Página 12, “ya en el primer trimestre del año se verá un aumento del desempleo asociado a la fuerte retracción de la actividad”. La contracción económica y de los ingresos, así como la incertidumbre en materia legal laboral inducida por el Gobierno, tensionará a la demanda de trabajo tanto en el sector informal, como el privado registrado y empleados públicos, según las y los especialistas.
La incorporación planificada de nuevos trabajadores en Argentina, proyectada por el 65 por ciento de las personas encuestadas, es la más baja desde que la agencia Bumeran –el portal online de empleo más grande de América Latina- realiza el estudio “Balance y expectativas”. En 2022, el 71 por ciento de los expertos en Recursos Humanos planeaba contratar nuevos talentos, mientras en 2021 ese ratio ascendía al 75 por ciento. Este recorte en las proyecciones revela una preocupación en el sector privado sobre el dinamismo de la actividad económica, en contexto macroeconómico signado por una alta inflación y un brutal ajuste.
“Hasta diciembre vivimos una crisis de ingresos –salarios muy bajos- con niveles de actividad aceptables, que implicaron una tasa de desempleo históricamente baja –inferior al 6 por ciento en total-”, remarca el economista especializado en desarrollo productivo, Leandro Mora Alfonsín, a Página 12. “A partir de enero vemos un enfriamiento en la actividad que consolidó cambios en los niveles de producción: con retracciones muy fuertes en los despachos de cemento, caídas en la producción automotriz, en las ventas externas; todos los sectores industriales se contrajeron, las ventas de semi-durables se retrajeron, etc. De no mediar cambios en esta tendencia del consumo, la consecuencia será una crisis de actividad que –sumada a la crisis de ingresos- tensionará el mercado laboral”, agrega.
Los despachos de cemento retrocedieron un 20 por ciento en enero de 2024 respecto a igual mes de 2023, la venta de materiales para la construcción un 28,2 por ciento, los patentamientos de autos cayeron 33 por ciento, los de motos 19,2 por ciento y la producción automotriz un 16,7 por ciento en igual comparación. Las ventas minoristas se desplomaron 28,5 por ciento y la recaudación tributaria vinculada con la actividad bajó 18,2 por ciento en enero de 2024 versus enero de 2023. Son datos preocupantes que fueron reunidos en el último informe de la consultora Inveq. Pedro Gaite, investigador de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (Fide), agrega a este análisis que “los sectores más perjudicados por este modelo económico son los dependientes del mercado interno, y allí hay muchas ramas industriales intensivas en mano de obra”.
“Ya en el primer trimestre se verá un aumento del desempleo”, asegura Gaite y advierte que “los puestos de trabajo informales son los primeros que se resienten, pero luego veremos seguramente una pérdida en el empleo registrado privado”. “Los últimos años en materia de creación de puestos de trabajo fueron bastante buenos”, reconoce, aunque la mayoría fueron informales.
Según el estudio de Bumeran, el 65 por ciento de los encuestados esperan aumentar la contratación laboral, mientras el 28 por ciento sostienen que reducirán el personal, y mayoritariamente planean hacerlo en un 20 por ciento del total.
El informe también revela que la mayoría de los expertos en Recursos Humanos de Argentina (el 34 por ciento del total) no pudo especificar si su proyección para el 2024 es positiva o negativa. “Esa incertidumbre respecto al año que empezó solamente se replica en Panamá –sostiene el informe-, país que se prepara para las elecciones presidenciales de mayo”.
“Las empresas no tienen incentivos a contratar más personal hasta que no se aclare qué va a pasar. Tampoco las personas se ven lanzadas a buscar nuevos empleos, especialmente por la incertidumbre salarial”, sostiene Noelia Torres, economista del colectivo feminista Paridad en la Macro. Además, “dadas las recomendaciones del Gobierno contenidas en el capítulo laboral del DNU 70/2023, hay bajos incentivos a contratar en blanco, y esto en un país con 3,6 millones de personas asalariadas sin aportes jubilatorio únicamente agrava la situación”, reflexiona Torres.
“En el caso de los trabajadores y trabajadoras de la administración pública, el Gobierno tomó la decisión de no renovar los contratos de quienes empezaron a prestar servicios en 2023. Según datos de Indec, solo en enero se redujo un 15 por ciento la dotación de personal en la administración pública nacional”, plantea la especialista.