Un repartidor de agua atacado con un machete en el brazo. Insultos y amenazas contra la intendenta y su familia en su domicilio particular. Un botellazo en contra de la mandataria en las asambleas barriales. Amenazas de incendiar la sede de la empresa Aguas del Norte. Peleas con golpes de puño para acceder un balde con agua. Y una escalada del conflicto que terminó con una intendenta al frente de un corte sobre la ruta 34, en el norte provincial.
Estos hechos acontecieron durante la semana pasada luego de catorce días sin agua en el municipio de General Mosconi, en el departamento San Martín, en el norte de la provincia de Salta.
El panorama es consecuencia de décadas de falta de inversiones en obras hídricas para la jurisdicción. “Pero no podemos obviar el contexto nacional en donde el presidente de los argentinos, Javier Milei, ordenó el parate de las obras públicas en todo el país, castigando particularmente a Salta por la posición del gobierno y los legisladores salteños que defendieron del federalismo y la distribución equitativa de los recursos a las provincias”, afirmó en una carta pública la intendenta moscoense, Ana Guerrero.
La jefa comunal decidió explicar a través de una misiva el detalle de las circunstancias que rodearon su decisión de ponerse al frente de la protesta de vecinos y vecinas el jueves último, tras diversos hechos de violencia que pusieron en riesgo la seguridad de la población. “O estoy con los vecinos o en contra de los vecinos. Y yo nunca voy a estar en contra de los vecinos”, había indicado en aquel momento desde la manifestación.
El corte generó que funcionarios provinciales y directivos de Aguas del Norte lleguen hasta el lugar para tratar de alcanzar acuerdos que pusieran fin a la protesta, pues los ánimos se habían exasperado en la localidad tras al menos dos semanas sin agua y sin el acceso suficiente para los habitantes en una zona donde el calor puede llegar a los 50°C. El escenario es uno de los pueblos más castigados por la privatización de YPF en la década menemista.
Guerrero afirmó que pese al olvido de otros gobiernos para cumplir con las obras hídricas en la zona -atosigada por la sequía que se extendió por cinco años-, “es justo reconocer que el gobierno actual del doctor Gustavo Sáenz es la gestión que más ha invertido en obras hídricas en Salta contando por lo menos las últimas tres décadas y por sobre todas las cosas en el norte provincial”.
Con 24 camiones repartidores
El gerente general de Aguas del Norte, Juan Bazán, contó a Salta/12 que a raíz del abastecimiento crítico para la población norteña, desde el jueves se dispusieron 24 camiones en todo el municipio: 18 en Mosconi, 3 en Campo Durán y 1 en Campamento Vespucio. A estos vehículos se suman dos cosecheras que permiten hacer el llenado de los tanques cisterna.
Bazán explicó que el empeoramiento del servicio que terminó en el corte de la semana pasada, se debió a roturas en cañerías del sistema del Aguay (que abastece a la zona). Se sumó la falta de suministro por las crecidas de los ríos y problemas en la planta potabilizadora del sistema Itiyuro, además de los sucesivos problemas de cortes de energía a consecuencia de las tormentas tropicales.
“Cuando llegamos al lugar (el día del corte de ruta), nos solidarizamos con toda la problemática”, afirmó el gerente al indicar que frente a ello se decidió reforzar el reparto de agua. Esto implicó -entre otras decisiones-, que los camiones repartidores ubicados en la capital salteña fueran trasladados al municipio norteño.
La coordinación de las acciones está en manos de la Municipalidad de Mosconi, que cuenta con el relevamiento de familias que necesitan de la provisión de agua por esta vía. Entre ellos se suman quienes habitan barrios populares adonde aun no llega la cobertura en red de Aguas del Norte.
El reparto también incluyó en principio al menos 1500 bidones de agua.
Bazán airmó que por ahora la empresa prepara un informe para la Municipalidad y el Concejo Deliberante en el que detallará las obras que se tienen previstas. “Toda obra empezada se termina”, sostuvo. Afirmó que la provincia afrontará los costos de aquella infraestructura que se había previsto financiar con fondos nacionales, que ahora se cree que no llegarán.