Desde Centro Cultural Parque de España se convoca a la 1ª Residencia Artística FAER 2023 - Mala Sangre, un proceso artístico comunitario a cargo del artista creador David Teixidó -Colectivo SINR- (Barcelona, España). La actividad se inscribe en el Programa de Residencias Creativas que el Festival Internacional de Artes Escénicas de Rosario, en co-gestión con el CCPE, proyectan para este año. La convocatoria a este proyecto de teatro participativo, está dirigida a artistas escénicos como también familiares, amigos, parejas o personas que conviven con VIH.

Luego de una década de ser diagnosticado como VIH+, David Teixidó decidió articular su vivencia de manera comunitaria y artística, en la búsqueda de un proceso de cura personal y social. “Esta es la última parte de la recuperación que he vivido, desde que me diagnosticaron, hace 11 años. Al menos en mi vivencia, pero creo que en la de muchas personas VIH+, al diagnóstico te obligan a vivirlo en silencio, en lo privado; es algo que te recomiendan: ‘oye, no lo cuentes, porque el estigma y bla bla bla’. Y a mí me daba la sensación de que hasta que no lo viviera de forma colectiva, desde una forma política y también desde el arte, no podía acabar de cerrar como un círculo de curación. Por ahí empezó la propuesta; fue como salir del armario, otra vez (risas)”, explica David Teixidó a Rosario/12.

-Volverlo un hecho político es fundamental, y para eso hay que poder hablarlo, decirlo.

-Creo que esa es un poco la dinámica del espectáculo; el objetivo principal es convertir los secretos en relatos dignos de ser escuchados, de ser vistos, de ser aplaudidos. Mi obsesión como artista o creador escénico es ésta, la de llevar historias anónimas a la belleza, o a la estética de lo escénico.

-Y en la experiencia que lograste, ¿qué consecuencias llaman tu atención?

-Bueno, de entrada, lo que veo, es que deja un rastro allá donde trabajamos. Las personas participantes pueden mantener este equipo y grupo de apoyo y artístico, porque se siguen encontrando, trabajando colectivamente en sus ciudades. Se acaban convirtiendo en un grupo de referencia en cuanto a activismo VIH+; y eso es algo para mí muy importante, porque el teatro comunitario lo que trata es eso, que al terminar la residencia deje rastro en la comunidad con la que ha trabajado, aunque sea pequeño, aunque se junten una vez al mes a comer y hablar de sus problemas. Pero, sobre todo, dejan de vivirlo en la obligatoria privacidad; éste es el principal cambio que he visto.

-Me llamó la atención que la convocatoria esté destinada no solo a personas diagnosticadas, sino también a familiares o amigos.

-Lo bonito de esta experiencia es que con cada grupo se generan cosas completamente nuevas. De momento, te puedo decir que las personas que se están apuntando en Rosario son en su mayoría mujeres, y son personas que no viven el VIH en primera persona. Se han apuntado muchos familiares y me parece muy interesante, porque yo creo también que la mirada de las cuidadoras, la mirada de las personas que acompañan, está infravalorada o infra representada; y eso no había pasado en otros sitios, donde participaron más personas VIH+. Me parece muy interesante, tengo muchas ganas de ver qué sale con estos perfiles.

-¿Cómo es el proceso de trabajo?

-Hay una parte del espectáculo que ya está organizada, donde yo hago unos textos y unos bailes que están fijados. Lo que charlamos en estos días de residencia, es sobre sumar sus relatos. Sobre todo, estoy interesado en dos preguntas: ¿cuáles son tus demandas? y ¿en qué puedo serte útil? Es decir, ¿en qué puede serte útil este proyecto?, porque si no, sería como robar relatos de los demás para hacer una cosa mía. Intento ponerme muy al servicio de las demandas de cada lugar; por ejemplo, por lo que estoy conociendo en cuanto a las demandas en Rosario, en el contexto en el que os encontráis actualmente, hay un recorte de derechos que yo no estoy viviendo en mi país. Me estoy dando cuenta de que las demandas son muy distintas a las de mi contexto, entonces a Rosario voy a aterrizar con este deseo: ¿cuáles son las urgencias para vosotres, ahora mismo, cuando hay un recorte o una amenaza de recorte de derechos, como en la sanidad? ¿Qué crees que es urgente que la gente sepa, escuche, en torno a tu experiencia?

-A las conquistas hay que acompañarlas, de un día para otro pueden peligrar, así como sucede ahora en nuestro país.

-Muchos artistas nos preguntamos qué podemos hacer desde el pequeño rinconcito que nos deja la sociedad, que es el teatro. Creo que tenemos un impacto pequeño en cuanto a la cantidad de personas a las que nos vamos a poder comunicar, pero un impacto gigante sobre esas personas. El teatro tiene algo que te hace mover las neuronas espejo, que hace que no olviden lo que han presenciado. Viendo el momento que está viviendo vuestro país, voy mucho con esta premisa: vamos a intentar activar las consciencias de las personas que nos vayan a ver, para que sepan que hay mucho en juego, que hay personas que se juegan nada más y nada menos que los tratamientos que les mantienen en vida.

Hay un aspecto sustancial en la convocatoria -cuyas bases pueden consultarse en https://ccpe.org.ar/-, que Teixidó destaca: “Es importante que las personas que quieran mantener el anonimato puedan participar igualmente. Muchas veces, me apropio de relatos de personas que quieren mantenerse en el anonimato, pero que quieren participar en el proceso colectivo. Una de mis funciones es esa, la de poner la cara por las personas que deciden libremente mantenerse anónimas, porque no es fácil vivir el VIH desde lo público. Yo quiero abrir la puerta a la participación de estas personas, no quiero que se asusten, sino sumar sus miradas, sus relatos y sus demandas”.

La residencia -que cuenta con el acompañamiento del Ministerio de Cultura de Santa Fe y AHF Argentina- será del 3 al 9 de marzo en Plataforma Lavardén, con exhibición de la obra en el Teatro del CCPE. Para inscribirse, escribir a [email protected], el mensaje será leído y respondido por David Teixidó. El plazo de recepción de mails es el 25 de febrero.