Un año después de haber recibido amenazas para que deje su casa de la zona oeste, anteanoche un chofer de taxi fue asesinado a tiros en la vereda, delante de su esposa y su hijo de 8 años. Juan Manuel Britos había denunciado extorsiones en febrero de 2023 y fue visitado por el intendente Pablo Javkin, por aquellos días, en solidaridad por la situación que estaba atravesando. Según relató ayer su esposa, estaban sin custodia desde mayo pasado.
El jueves, alrededor de las 20, dos personas en moto pasaron por la puerta de su casa de Felipe Moré al 2600, donde la víctima lavaba el taxi mientras pasaba un rato en familia, y lo acribillaron. "Pasaron dos en moto, hicieron como una U en la esquina, volvieron y le tiraron. Mi hijo corrió y cuando yo quise acercarme a Juan, el que disparaba se puso delante mío y me apuntó. No sé si me disparó o no, si no tenía balas, pero me tiré debajo del taxi. Había mucha gente en la calle”, sollozó Vanina, la viuda.
Las balas le impactaron a Britos en todo el cuerpo. Desde Fiscalía indicaron que fue trasladado al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez, donde se le diagnostican heridas de arma de fuego en cráneo, abdomen y extremidades. En total, tenía 29 orificios de entrada y salida. Cuando llegó al efector, ya no tenía signos vitales. En el lugar del hecho se levantó una docena de vainas servidas.
La casa de Britos había sido baleada dos veces el año pasado, y los autores le dejaron notas amenazantes firmadas por "la mafia" para que se fuera de la casa. El taxista salió por esos días a decir públicamente que estaba siendo intimidado. Un año después, a horas del hecho, su esposa contó cómo era el día a día. “Tratamos de hacer una vida normal. Cuando tenés un hijo chiquito tenés que hacer una vida normal, no queda otra. No volvimos a sufrir amenazas, pero nos cuidamos todo el tiempo, sin salir a la vereda. Si no tenía que hacer algo importante, no salía a la calle y el nene menos”, dijo Vanina en LT8.
Consultada sobre la custodia policial, dijo que "fue revocada entre abril y mayo. Después de las balaceras, Juan no quería volver a trabajar. Entonces salía yo y él se quedaba con el nene. Después, se animó a salir y entonces dejé de trabajar yo para estar con mi hijo. Él salía a las 7 de la tarde y volvía a las 8, 9 o 10 de la mañana si era necesario. Nunca tuvo problemas con nadie. Sus compañeros me dijeron que no había discutido con nadie y que jamás tuvo un problema, que era muy querido. No sé cómo seguir. Voy a mover cielo y tierra, porque mi hijo se merece un buen recuerdo del papá , y que sepa que su padre vivía para él y su otro hijo, para su familia”.
Al mismo tiempo, la mujer sostuvo que “la policía tardó un montón. Cuando llegó un patrullero tenía las luces apagadas, apareció por Gálvez y se fue para el otro lado . Ni siquiera atinó a venir para acá, donde estábamos todos, éramos como 50 personas. Más tarde cuando vino otro móvil policial, los vecinos lo levantaron a mi marido y lo llevaron al hospital porque se dieron cuenta de que respiraba”, agregó.
En medio del llanto, reclamó justicia. "Lo único que quiero decir es que en la esquina está el domo, sería demasiada casualidad que el dome haya estado mirando para otro lado. Tengo pruebas de que el domo capta imágenes hasta mi casa. Tiene que estar todo registrado", sostuvo.
La investigación quedó a cargo de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos. Según indicaron sobre las primeras acciones para esclarecer el hecho, se comisionó el Gabinete Criminalístico de PDI para relevamiento de la escena del hecho, croquis del lugar, levantamiento de rastros, toma de testimonios, y pericias fotográficas, entre otras tareas investigativas para determinar la motivación del hecho y la identificación de agresores.