Sin siquiera haber sido oficialmente nombrado en dos meses de trabajo en la gestión nacional, el sanmiguelense Pablo Rodrigué se fue de la Secretaría de Niñez y Familia, dependiente de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, en medio de la crisis por la falta de asistencia alimentaria a los comedores comunitarios. 

Tanto Rodrigué como Agustín Sánchez Sorondo, otro que anunció su partida, responden políticamente al ex intendente de San Miguel y actual senador por la primera sección electoral, Joaquín De La Torre, hermano de Pablo, actual secretario de Niñez y Familia.

Ambos mantienen un prudente silencio respecto a los motivos de la decisión, a tan solo dos meses del inicio de la gestión, aunque entre las versiones que se echan a rodar con más fuerza se destaca aquella que advierte sobre una diferencia de criterios con la supuesta prohibición de entregar mercadería impuesta por la ministra, recconocida por Javier Milei como una de sus mejores amigas. 

Esa administración de las partidas complican aún más las posibilidades de gestión de un "superministerio" que absorbió muchas áreas pero todavía no arrancó por demoras en las designaciones, marchas y contramarchas, en medio de una conflictividad social cada vez más grande, que se expande por la crisis económicas. 

Joaquín De La Torre, quien conduce también al actual intendente, Jaime Méndez, saltó primero del peronismo al entorno de María Eugenia Vidal, luego se acercó a Patricia Bullrich y, finalmente, fue uno de los primeros amarillos en pintarse de violeta, tras el fracasado intento por convertirse en el candidato a gobernador por Juntos por el Cambio. No se fue enseguida, ni tampoco oficializó nunca la partida, pero ni bien Bullrich quedó fuera de carrera se alineó detrás de la candidatura de Javier Milei. 

La conexión San Miguel

Para la militancia de San Miguel, el politólogo graduado en la Universidad Católica Argentina (UCA), Pablo Rodrigué, es un perfecto desconocido, al punto que nadie puede confirmar con precisión si integró los equipos de Pablo De La Torre en la fallida secretaría de Salud local.

Lo que sí se le reconoce es la condición de “Regatas boy”, como designan allí a los socios del Club Regatas de Bella Vista, condición que comparte con los hermanos Pablo y Joaquín De La Torre y que explica su vínculo con ellos. Bella Vista es la zona residencial más acomodada del distrito, con fuertes lazos con las fuerzas armadas y la jerarquía de la iglesia católica. Regatas es el club tradicional.

Por esa relación, Rodrigué llegó a presidir la Autoridad del Agua bonaerense, durante el cuatrienio de María Eugenia Vidal. Contaba a su favor con el antecedente de haberse desempeñado, entre 2012 y 2016, como Director de Planeamiento Estratégico y Control de Gestión del Departamento General de Irrigación de la provincia de Mendoza, el organismo público detrás de todos los conflictos interprovinciales por el manejo de las cuencas de los ríos Atuel y Colorado.

Agustín Sánchez Sorondo es un abogado, también de la UCA, que en la anterior getión local de Méndez tuvo a su cargo la estratégica Secretaría de Planeamiento y Desarrollo Urbano, encargada de la aprobación de planos y obras entre otras cosas. 

Durante su corto tiempo en la cartera de Pettovello acompaño a De le Torre como  director administrativo en el área de Niñez. 

Crisis

En medio de los cuestionamientos a la cartera de Capital Humano, la Secretaría de Niñez y Familia de la Nación se encuentra en el centro de la tormenta por los crecientes cuestionamientos, tanto de intendentes y movimientos sociales como de autoridades religiosas, por no haber realizado desde el 10 de diciembre ninguna entrega de mercadería a los comedores populares, en el contexto de una gravísima crisis económica y social, en la que la asistencia a esos lugares aumentó alrededor de 30 por ciento.

El jueves, unos 500 intendentes de todo el país, nuecleados en la Federación Argentina de Municipios, reclamaron por la falta de asistencia alimentaria, como uno de los aspectos más dramáticos del conflicto con la nueva gestión. "En estos días todo empeoró mucho", advirtieron. En la misma línea se había pronunciado el obispo de Quilmes y presidente de Cáritas, Carlos Tissera.

A la vez, la partida de Rodrigué y Sorondo puede leerse en más de una clave. Desde el punto de vista político, el portazo puede leerse, por un lado, como un elemento más de la novela que protagonizan el PRO y La Libertad Avanza, cuya alianza se anunció reiteradamente en los últimos días, desde el fracaso legislativo de la ley ómnibus, pero luego se enfrió y hoy tiene final incierto. Si bien Rodrigué estaba llamado a ocupar un cargo de tercera línea, las fuentes consultadas coinciden en que “esas decisiones, sólo las toma Joaquín”.

Los De la Torre

La relación entre los hermanos De La Torre y Pettovello se inició cuando Joaquín era intendente y la convocó para desarrollar un programa de asistencia a la primera infancia, justamente para suplir las carencias del equipo local. 

Los tres comparten la formación católica y la militancia antiabortista. Pablo De La Torre, además, es miembro del Opus Dei, organización opuesta al papa Francisco y a la Compañía de Jesús.

“El aspecto social siempre fue el talón de Aquiles de las gestiones de Joaquín en San Miguel. Pero la peor experiencia fue cuando puso a su hermano Pablo, de profesión pediatra, a cargo de la secretaría de Salud. Duró menos de seis meses”, cuentan y citan algunos yerros que lo obligaron a abandonar la gestión como, por ejemplo, un traslado de adultos mayores, en 2020, en plena pandemia, desde una residencia geriátrica a un centro municipal, que terminó con 16 de ellos contagiados y fallecidos.

El estilo de Pablo, a quien recuerdan en su distrito de origen como un sujeto más bien confrontativo, no coincide con las habilidades negociadoras que se necesitan para interactuar con los dirigentes de los movimientos sociales.

Por eso creen que “Joaquín no está cómodo con lo que le tocó en el reparto” y que el conflicto con las organizaciones sociales por los alimentos puede ser un tiro a dos bandas: la oportunidad de despegarse de una "papa caliente" y de pasar un mensaje político, una suerte de advertencia de lo que puede ocurrir si se sigue demorando el acuerdo entre ambas fuerzas. Si esto es así, habrá más renuncias.