Con una altitud de 556 metros, esta montaña de singular morfología, compuesta por una única roca basáltica, ha sido declarada Patrimonio Cultural de la UNESCO desde julio de 2008. Su importancia histórica radica en haber sido un refugio para las personas esclavizadas que lograban escapar de sus amos durante los siglos XVI al XIX, período en el cual Isla Mauricio desempeñó un papel estratégico en el comercio de esclavos.

Le Morne Brabant, fue un lugar de amparo para los cimarrones, estas personas esclavizadas que escaparon, al encontrarse ahí construyeron asentamientos en sus laderas y cima durante los siglos XVIII y XIX. 

Mauricio, colonizada por los holandeses en 1638, se convirtió en un centro de comercio y plantaciones azucareras en el cual esclavizaron a personas africanas y afrodescendientes para trabajar. Posteriormente, bajo el control de la monarquía francesa y británica, la isla vivió cambios significativos hasta su independencia en 1968. 

La península se convirtió en un lugar de conmemoración de la esclavitud a finales del siglo XX, destacando el rechazo a un proyecto turístico que despertó una movilización comunitaria.

El 1 de febrero de 2005, Le Morne fue testigo de la primera conmemoración oficial del aniversario de la abolición de la esclavitud que se había conseguido en 1835. En el año siguiente, el Gobierno mauriciano estableció el Le Morne Heritage Trust Fund para gestionar el patrimonio de Le Morne y el Monumento Internacional La Ruta del Esclavo.

Este monumento, parte del proyecto de la UNESCO "La Ruta del Esclavo", refleja el compromiso de Mauricio con la preservación de su historia y cultura. El Comité Nacional de la Ruta del Esclavo, creado en 2005, depende del Ministerio de Artes y Cultura, consolidando el compromiso de la isla con la memoria histórica.

La montaña se convierte, cada 1 de febrero, en el epicentro de discursos conmemorativos que van más allá de la memoria de la esclavitud, contribuyendo a la construcción de una nueva identidad mauriciana. Esta identidad, basada en la relación con África y simbolizada por la comunidad rastafari, reconoce la resistencia representada por Le Morne y homenajea a las víctimas de la esclavitud, destacando su contribución a la construcción del país.

Le Morne Brabant se erige no sólo como un monumento natural impresionante sino también como un testamento vivo de la historia de Mauricio y su lucha cimarrona.