Tras el anuncio de la muerte del dirigente político ruso Alexéi Navalny a los 47 años en una prisión, el equipo que trabajó con el opositor al presidente Vladímir Putin afirmó que el cuerpo no fue entregado a la familia y acusó a los "asesinos" de "querer cubrir sus huellas", en medio del silencio oficial sobre la causa de la muerte.
La portavoz del opositor, Kira Yarmish, indicó que la madre de Navalny, Liudmila Navalnaya, fue notificada de que murió ayer a las 14:17 locales (6:17 de Argentina) y pidió que sus restos sean entregados a la familia "inmediatamente".
Las autoridades rusas indicaron que el cuerpo estaba en Salejard, una localidad cercana a la prisión del Ártico donde Navalny estaba recluido para cumplir una sentencia de 19 años.
Sin embargo, el equipo afirmó que su abogado, que llegó hoy a esta ciudad junto a la madre del opositor, llamó a la morgue y fue informado de que "el cuerpo no está" allí, consignó la agencia de noticias AFP.
"Es evidente que los asesinos quieren cubrir sus huellas y por eso no entregan el cuerpo, ocultándoselo incluso a su madre", denunció su entorno en una publicación en Telegram.
Yarmish indicó en la red social X (antes Twitter) que los investigadores le comunicaron al abogado que los resultados de un nuevo examen al que se someterá el cadáver no estarán disponibles hasta la próxima semana, y la vocera acusó a los funcionarios de "mentir" para retener sus restos y evitar entregárselos a su familia.
Las principales potencias occidentales, desde Estados Unidos, pasando por Alemania, España, Francia y el Reino Unido lamentaron este viernes la muerte de Navalny y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó que Moscú deberá responder a "serias preguntas" por su fallecimiento.
Los ministros de Relaciones Exteriores de los miembros del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido), reunidos en la Conferencia de Seguridad en Múnich, guardaron un minuto de silencio, indicó la oficina del canciller italiano, Antonio Tajani.
Por su parte, China, aliado cada vez más importante del Kremlin, declinó comentar la muerte al argumentar que se trata de un "asunto interno de Rusia".
El presidente ruso, Vladimir Putin, tampoco comentó sobre el deceso de su principal opositor, pero el Kremlin consideró "totalmente inaceptables" las acusaciones de las potencias occidentales.
"Todavía no se realizó un examen forense, pero Occidente ya sacó conclusiones", señaló ayer la portavoz de la cancillería rusa, María Zajarova, según la agencia de noticias oficial rusa TASS.
Las autoridades rusas brindaron pocos detalles de las circunstancias del deceso y se limitaron a asegurar que se hicieron todos los esfuerzos para reanimar al opositor.
Repercusiones tras la muerte de Nalvany
Los homenajes improvisados y las pequeñas protestas en Rusia fueron rápidamente disueltos por la policía, que según grupos de derechos humanos detuvieron a unas 177 personas hasta ahora.
También hubo manifestaciones en Estados Unidos, Alemania, Polonia y Suiza, entre otros países.
Quién era Alexéi Nalvany
Navalny, abogado y bloguero, se consolidó a lo largo de 12 años como el detractor número uno de Putin y de su "partido de ladrones y estafadores", como solía describirlo.
Primero se dio a conocer ayudando a organizar grandes manifestaciones, en 2011 y 2012, que finalmente fueron reprimidas, y en 2013 quedó segundo en las elecciones municipales de Moscú, un logro que impulsó su visibilidad.
Acosado por las autoridades e ignorado por los medios de comunicación oficiales, construyó una notoriedad en Internet y en las redes, gracias a la difusión de investigaciones en video virales que denunciaban la corrupción del poder ruso.
En enero de 2021 fue detenido al regresar a su país tras recuperarse en Alemania, donde fue hospitalizado tras ser víctima de un envenenamiento en Rusia que atribuyó a Putin, algo que el Kremlin negó.
Desde su arresto fue condenado a altas penas de cárcel tras ser acusado de "extremismo" y "fraude".
Seguí leyendo: