El fortalecimiento del fenómeno climático de “El Niño”, que supuso un aumento de lluvias por encima de los niveles normales para nuestro país, siendo más regulares y copiosas, sigue en su etapa de plenitud y podría extenderse durante todo el verano. Sin embargo, varios modelos predictivos ya adelantan la posibilidad de un regreso de la temida Niña, a partir del invierno próximo, la misma que causó la sequía más grave en décadas el año pasado y un gran déficit hídrico durante varias campañas.
"Los pronósticos internacionales indican un debilitamiento progresivo de El Niño, con una mayor probabilidad de que el evento llegue a su fin durante el trimestre abril-mayo-junio 2024”, dijo Natalia Gattinoni, especialista del Instituto de Clima y Agua del Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN). Y afirmó que los modelos predictivos coinciden en apuntar a una mayor probabilidad de una transición a la fase neutral a partir de dicho trimestre, por lo que perdería influencia sobre las lluvias en Argentina.
Gattinori explicó que, según la actualización de los modelos a diciembre de 2023, "hay un 40 por ciento en igualdad entre transitar una fase Neutral y una fase La Niña a partir del trimestre julio-agosto-septiembre de 2024, por lo que no es posible adelantar cuál será la fase que prevalecerá para la segunda parte del año y será importante continuar su seguimiento sabiendo la naturaleza cíclica de este fenómeno y lo que ha ocurrido años donde se presentó un Niño similar”.
Para el norte de Cuyo, oeste del NOA y oeste de Patagonia se prevé, de acuerdo con el pronostico climático trimestral del Servicio Meteorológico Nacional y coincidiendo con el IRI-Universidad de Columbia, un período enero-febrero-marzo con mayor probabilidad de condiciones hídricas deficitarias acompañadas de temperaturas en promedio más cálidas para la época, con mayores chances sobre el NOA.
En cuanto a eventos térmicos extremos, hay mayores chances de ocurrencia de días con temperaturas máximas más elevadas, incluso sobre gran parte del oeste y el norte.
En el aspecto hídrico, "el mes de diciembre finalizó con eventos de lluvias importantes sobre la selva tucumano-oranense y se prevén tormentas localmente intensas para los próximos diez días del mes de enero sobre el NOA", advirtió el INTA.
Para la región pampeana y el Litoral, la perspectiva climática de temperaturas anticipa una mayor probabilidad de un lapso con valores en el rango normal para la época. “Se espera una menor ocurrencia de temperaturas máximas extremas, mientras que son mayores las chances de días con temperaturas mínimas más bajas sobre la principal zona productiva”, contó la especialista.
Así, “son menores las probabilidades de ocurrencia de eventos térmicos extremos dando condiciones adecuadas para el desarrollo de los cultivos de veranos que transitarían la época cálida con menores niveles de estrés térmico y con adecuada disponibilidad de humedad en el suelo en general”, destacó Gattinoni.
Por su parte, Pablo Mercuri, director del CIRN, anticipó que las lluvias “tendrían un mayor espaciamiento y más variabilidad en la región pampeana y en el Litoral, con un incremento en intensidad y frecuencia en el oeste y el noroeste argentino, especialmente durante enero”.
Esto, junto a una mayor evapotranspiración, reduce la probabilidad de que se produzcan o que continúen los anegamientos en ambientes bajos o planos, aseguran desde el INTA. Sin embargo, desde el CIRN recomiendan seguir promoviendo la infiltración y evitar el escurrimiento en todos los ambientes de loma y media loma donde no existen riesgo de anegamiento.