El debate por la Ley Ómnibus dejó al desnudo la fractura interna del radicalismo. Desde que se cayó el proyecto insignia de Javier Milei, el partido centenario entró en ebullición. Ya sin negociaciones palaciegas de por medio, el senador Martín Lousteau adoptó una posición mucho más beligerante hacia el Gobierno, y se dedicó a devolverle al Presidente uno por uno los agravios recibidos durante el trámite legislativo. “Milei tiene el sueño de la casta propia”, le espetó. Además, insistió con el pedido de que se conforme la comisión bicameral del Congreso que debe evaluar el megaDNU de diciembre. Esa postura colocó a Lousteau en la vereda opositora, ocupada hasta hace poco únicamente por el peronismo. La nueva posición del presidente del comité cayó muy mal entre varios de los gobernadores boina blanca que intentan mantener una relación de cooperación con la administración libertaria o directamente apoyan el rumbo, como Alfredo Cornejo (Mendoza) y Gustavo Valdés (Corrientes), un tándem que irá presionando cada vez con más fuerza para recuperar la conducción partidaria.
A poco más de dos meses de iniciada la gestión de Milei, el parteaguas al interior de la UCR se reforzó y quedaron dos bandos claramente identificados. De un lado, la flamante alianza entre el propio Lousteau y el sector del diputado Facundo Manes –quién votó en contra de la megaley en general y también los artículos de las facultades delegadas en particular–, espacio donde también tallan los gobernadores de Jujuy, Carlos Sadir, y Santa Fe, Maximiliano Pullaro, cada vez más lejos del Presidente. Del otro lado, tanto Valdés como Cornejo, un bloque de carácter más conservador donde también se alista el chaqueño Leandro Zdero. En el medio quedó el presidente del bloque en Diputados, el cordobés Rodrigo de Loredo, quien se lamentó hasta las lágrimas por el fracaso del mamotreto.
En Córdoba, ambos bandos tendrán en mayo una contienda que puede ser clave en el rumbo a futuro del partido. La UCR cordobesa renueva autoridades provinciales pero también delegados para el comité y la convención nacional, que hoy preside Gastón Manes, hermano de Facundo. Será una prueba de fuego en la que el tándem Cornejo-Valdés buscará recuperar terreno tras la derrota contra Lousteau en la elección nacional de principios de este año.
El malestar de ambos gobernadores con las posiciones más confrontativas con el Gobierno viene de la mano de su búsqueda de establecer un diálogo fluido con el Ejecutivo, con el que tienen más coincidencias que diferencias. Cuando se produjo el contrapunto entre Milei y los gobernadores por la quita del fondo que subsidia el transporte urbano en el interior, Cornejo fue el menos confrontativo de todos: “Bienvenido el orden fiscal, pero debe ser equitativo”, señaló, mientras Pullaro en los medios abría un frente de guerra fría contra el Presidente.
El DNU y las "coimas"
Como parte de su contraofensiva contra Milei tras la acusación de "coimeros", un grupo de diputados radicales presentó una denuncia en Comodoro Py para que se investigue la supuesta existencia de coimas en el Congreso. Reclamaron que el Presidente sea citado y declare como testigo, nada menos. La causa quedó en manos de Julián Ercolini.
La presentación lleva la firma de Karina Banfi, Julio Cobos, Martín Tetaz, Fernando Carbajal y Jorge Rizzotti, entre otros diputados que le habían dado su voto favorable al proyecto del Gobierno. También firma De Loredo, el dirigente designado por los gobernadores para negociar con el Ejecutivo. La denuncia forma parte de los gestos ambiguos de ese sector partidario que se acerca y se aleja del Presidente en un juego donde mandan las encuestas, los recursos que reciben las provincias y el ánimo inestable del propio Milei. Una suerte de retaguardia para cuando la UCR sea empujada por el Gobierno a situarse en la oposición.
En esa vereda los está esperando Lousteau como presidente partidario. El senador realizó el viernes un Zoom con alrededor de 150 intendentes radicales de todo el país que lo escucharon criticar a De Loredo por su posición ambigua. "No se puede pedir disculpas por las cosas en las que se cree. Ni mucho menos plantear que no nos dejan ayudar", disparó.
Otra de las jugadas recientes del presidente de la UCR fue elevarle una nota en nombre del partido al titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, para que "con urgencia y sin más demoras designe a los integrantes en la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo, el único paso pendiente para que la misma pueda funcionar". Fue la forma que encontró el partido para mostrarse activo en defensa de la clase media precarizada por las medidas de Milei, que en la UCR creen que es parte de su electorado.
Uno de los debates que planteó Lousteau en su encuentro con intendentes consistió en que la UCR "deje de ser un partido meramente parlamentario". Lo que se esconde son diferencias sobre cómo se planta el radicalismo en la disputa de poder rumbo a 2027. "Tenemos que dar el debate sobre nuestras ideas, no acomodarnos a la moda política de turno", dijo.
Acompañar o no
"La economía no puede seguir funcionando con emisión y con deuda, pero tampoco creemos en el camino que terminó eligiendo este Gobierno, que es sacudir a las industria y a las economías regionales. Eso es imposible de acompañar", decían cerca de un gobernador que fue blanco de la furia presidencial tras el naufragio de la Ley Ómnibus.
Esa postura, que comparten muchos dirigentes radicales en todo el país, fue reforzada por el propio Presidente, que con sus últimas decisiones -como la eliminación del Fondo Nacional de Incentivo Docente y de los subsidios para el transporte en el interior, entre otras- no hizo más que empujar a muchos a alinearse con la oposición. Eso los colocó en una disyuntiva: en varios de los distritos gobernados por mandatarios hoy enfrentados a Milei, el Presidente ganó por amplio margen en el balotaje y todavía conserva porcentajes importantes de apoyo, aunque a la baja. De todos modos, lo que primará en muchos de ellos es cuidar la quinta propia y los recursos de sus provincias antes que seguir los mandatos de un poder central que creen que los perjudica en lugar de acompañarlos.
"El poder hoy está en los gobernadores", insistieron respecto de las formas de construir para la UCR un espacio que pueda disputar los rumbos del país. "Vamos a apoyar en lo que estemos de acuerdo, pero no en todo, y planteamos alternativas. No estuvimos de acuerdo con el recorte a las jubilaciones ni con la suba de las retenciones. Ningún gobernador se va a incinerar por el Presidente", agregaron. Y advirtieron: "No nos vamos a quedar en el molde".