En la continuidad del juicio por la muerte de 43 gendarmes en un siniestro vial ocurrido en diciembre de 2015 declararon cuatro sobrevivientes. El presidente del Tribunal Oral Federal N° 2 de Salta, Domingo Batule, decidió emplear un pliego de preguntas de las partes y dirigir el interrogatorio.

El primer testigo de la jornada del viernes último fue Mario Cáceres, cabo primero de la Gendarmería Nacional que en 2015 prestaba servicio en el Destacamento Móvil 5 de Santiago del Estero cuando lo convocaron mediante un “plan de llamada” para viajar a Jujuy. Declaró acompañado por una psicóloga desde el Tribunal Oral Federal de Formosa. El testimonio fue entrecortado y con largos silencios. 

Me acuerdo de Ahumada porque se sentó al lado mío. Subió al colectivo y preguntó si podía sentarse al lado mío. Yo estaba sentado del lado del pasillo y Ahumada se sentó del lado de la ventana. Charlamos un rato, después apagaron las luces del colectivo. Descansamos. Yo estaba cansado, me dormí. Después escuché que reventó algo y que caíamos al vacío. Pensé que había sido un sueño, una pesadilla”, relató. 

Tras recordar esa escena, la forma en la que vio a sus compañeros, el cabo no pudo seguir hablando. Teniendo en cuenta la situación, el presidente del Tribunal frenó la declaración y decidió escuchar a otro sobreviviente, para retomar después con preguntas más genéricas. Al retomar su testimonio Cáceres añadió que desde 2010 formaba parte del Destacamento Móvil, había participado de muchas comisiones a distintas provincias y nunca notó desperfectos mecánicos de colectivos o algún inconveniente relacionado cuando viajaba.

El gendarme Alfredo Rojas, es otro sobreviviente, contó que prestaba servicios en el Destacamento Móvil 5 y que el 13 de diciembre partieron a las 23 de viaje rumbo a Jujuy en comisión. “Me despierto con un sacudón del colectivo, intento agarrarme de un asiento y ahí siento otra explosión. (...) Hemos caído del puente. Ahí quedé atrapado en el colectivo, no me podía mover, podía mover solamente una pierna y un brazo”, relató.

Recordó que al principio no entendía nada hasta que escuchó a sus compañeros del colectivo que venía atrás, “intentando ayudar”. “Les reconocí la voz a dos compañeros que estaban afuera, les dije que estaba atrapado, que no me podía mover, me costaba respirar, y así pasó el tiempo, recuerdo que me decían que espere a que lleguen los bomberos porque no tenían con qué rescatarme”, detalló. Dijo que dos o tres gendarmes pudieron salir con la ayuda de compañeros de afuera. 

“A mí me rescatan los bomberos cerca de las 6 de la mañana (...), ya era de día. Me sacan, me suben a una ambulancia y me llevan al hospital de Metán”, rememoró. Por la tarde lo trasladaron a otro hospital en Salta Capital, donde después de analizarlo, le dieron el alta dos días después.

Fue llevado a la Agrupación Salta de Gendarmería, donde permaneció un día más. “No teníamos ropa, nada. Nos llevan a un depósito y nos hacen elegir”, relató. Recordó que estaba con otros sobrevivientes: "Sanabria, Franco Corbalán y Lizondo”. Al otro día, los tres viajaron en remis hasta Santiago del Estero.

“Al día siguiente me llaman para que me presente al Móvil a retirar mis pertenencias”, contó. Detalló que retiró su bolso que estaba guardado en la sala de armas. Mientras que su celular estaba en la oficina de personal, “le faltaba el chip y la tarjeta de memoria” y hasta la fecha desconoce el motivo.

Finalmente, dijo que viajó con su familia hasta la provincia de Misiones donde tuvo tratamiento médico, presentaba politraumatismos y quemaduras. Estuvo con tratamiento con la aseguradora de riesgos de trabajo aproximadamente hasta agosto de 2016. Dijo que tuvo entrevistas con psicólogos de Gendarmería y de la ART pero no recibió un tratamiento.

Rojas aseguró que el colectivo tenía cinturones de seguridad, pero él no se lo colocó, sin embargo, consideró que eso le permitió salvarse. "Me salvo porque vuelo del asiento y quedo tendido en lo que sería el pasillo", describió.

Este testigo consideró que el colectivo iba a una velocidad normal. Dijo que desconocía cómo estaba la ruta al momento del siniestro pero que meses después la volvió a recorrer y vio que en algunas partes “estaba fea”.

A continuación, desde la delegación judicial de Orán, declaró el sargento Franco Delgado, que sigue prestando servicios en el Destacamento Móvil 5. En el momento del siniestro Delgado era cabo primero y se desempeñaba como conductor de vehículos pequeños. Recordó que el encargado de la División Motorizada, Ricardo Villasanti, uno de los acusados que estaba acusado en este proceso pero que falleció de forma reciente, le había ordenado que embarcara en la unidad que después volcó. “Me dieron la orden de que embarcara porque en Jujuy me iban a designar un vehículo para manejar”, contó.

Consultado por el estado de la ruta 34, recordó que diez días antes, cuando regresaban de Orán a Santiago del Estero, la recorrieron y “estaba en un estado muy deplorable”, con tramos no aptos para la circulación.

“Recuerdo el momento del accidente, lo que me despertó fue como una explosión”, relató. "En cuestión de milésimas de segundos escucho a alguien que grita 'ay, no ¡ay no’”, rememoró.

El testigo dijo que intentó resguardar su cabeza entre las piernas y luego perdió el conocimiento. “Me desmayó ese golpe al caer del puente (...). No sé cuanto tiempo estuve dormido, pero no mucho tiempo, desperté ya en una posición bastante incómoda, con bastantes golpes, cortes, estaba atrapado entre los hierros prácticamente (...). No podía salir por mis propios medios, escuché a compañeros que me ayudaron a salir", recordó.

Fue trasladado en ambulancia a Rosario de la Frontera donde lo asistieron médicos de guardia y al día siguiente lo enviaron a Salta Capital, allí estuvo 7 días en terapia intensiva. Dijo que cuando obtuvo el alta lo llevaron a Santiago del Estero y estuvo varios meses de licencia. Su testimonio también dio cuenta de las secuelas, contó que cuando tuvo que hacerse una tomografía pidió asistencia psicológica por “no podía entrar a ese lugar cerrado”.

El cabo primero Jorge Alberto Fernández, que declaró desde el Escuadrón 55 de Tucumán, relató por su parte que el 13 de diciembre de 2015 lo convocaron en un plan de llamada porque “amenazaban que iban a tomar la casa de gobierno de Jujuy”.

"Fuimos por la ruta 34, en un momento se agarra un bache. Seguíamos con el viaje, ahí es donde me despierto porque la gran mayoría iba durmiendo. Cuando ocurre un segundo bache es donde aparentemente explota la cubierta y el colectivo empieza a girar. En ese momento yo no me daba cuenta de la magnitud de lo que fue el accidente", declaró.

"Cuando revienta la cubierta y se cae (el colectivo) del puente Balboa, yo no me dí cuenta en ese momento que era un puente porque estaba girando de una manera brusca y sinceramente para darle un ejemplo era un lavarropas adentro. Cuando termina de caer el colectivo ahí es donde la gran mayoría se despierta obviamente por el movimiento (...). Tuve la desgracia de escuchar a mis compañeros que iban muriendo de a uno”, relató. 

Fernández dijo que lo rescataron en la madrugada, lo llevaron a un centro de salud y luego lo trasladaron en helicóptero a Salta Capital. También aseguró que antes de que se iniciara el viaje escuchó que “un suboficial se negó a conducir porque el colectivo no estaba en condiciones" y por ese motivo tuvieron una demora. 

Este juicio es  se sigue contra el comandante Juan Carlos Germán, responsable de Logística; el comandante principal Juan Carlos Bordón, jefe de Personal; el comandante mayor Elio Rafael Méndez, jefe del Destacamento, y el comandante principal Ramón Antonio Maidana, segundo en el mando.