En un partido raro, muy cambiante, con dominio del campo y la pelota alternado, Lanús logró una rsonante victoria ante Boca, que jugó muy mal en la parte inicial y mejoró en la segunda. Ahí lavó un poco su imagen con un gol de Blondel en tiempo de descuento, pero no llega bien parado al Superclásico de la semana venidera.

A los 13 minutos, en la primera llegada a fondo Walter Bou abrió el marcador. La jugada empezó con un buen enganche de Loaiza ante Ezequiel Fernández, siguió con un pase en profundidad por el enorme hueco que habían dejado los centrales de Boca, y culminó con un remate e Bou, bien esquinado, a ras del piso, que no pudo contener el arquero Romero.

El equipo de Zielinsky fue superior en la primera mitad, ya que pobló mejor la mitad de la cancha (bien Peña en los cortes, bien Loaiza y Moreno en el manejo de la pelota, bien Soler subiendo por el lateral) y acertó en su mejor llegada.

El técnico de Boca apostó esta vez por el doble eje, Campuzano, Fernández, con Medina a la derecha y Zenón a la izquierda, pero casi todos ellos se mostraron imprecisos con la pelota y rccuperaban muy poco.

Las únicas llegadas de Boca se proujeron en jugadas aisladas; un cabezazo de Janson bien controlado por Lucas Acosta, y un remate de media distancia de Merentiel, por encoma del travesaño. Lanús pudo aumentar la ventaja especialmente en una llegada de Bou que no pudo cruzar bien el remate, atorado por Romero.

Los jugadores de Boca cerraron el primer tiempo con una serie de reclamos al árbitro, pero en realidad de lo que más debían quejarse era de su propia producción.

En la segunda parte Boca se adueñó de la pelota, encajonó a su rival y generó varias llegadas, entre ellas un increíble frentazo de Cavani (sigue con el arco cerrado) en el área chica.

Lanús parecía entregado, pero en una contra muy aislada, Carrera tiró centro y Lotti empujó la pelota a la red minutos después de que el público se expresara pidiendo más entrega. Cosas del fútbol.

Boca siguió presionando y logró el descuento cuando apenas quedaba un minuto. Demasiado tarde para lágrimas.