Ninguno aprobó el último examen previo. Y por eso, River y Boca no llegan con certeza al superclásico del próximo domingo en el Monumental. River igualó con el último aliento un partido que debió haberle ganado a Banfield si no hubiera sido por las grandes atajadas de Marcelo Barovero. Y, más allá de su reacción en el segundo tiempo, Boca sembró demasiadas dudas en su derrota ante Lanús en el Sur. De todos modos, el juego de las especulaciones previas resulta relativo. Más de un siglo de historia demuestra que en el partido más grande del fútbol argentino, los antecedentes valen bastante poco.
Es muy probable que el colombiano Miguel Borja no pueda reaparecer en River ante Boca. Y por lo visto el domingo, el equipo extrañó demasiado su oficio de centrodelantero y su presencia en el área rival. Facundo Colidio es una buena segunda punta que se mueve bien por detrás, pero que se esfuma si se lo manda a jugar en el área entre los dos marcadores centrales. Y eso fue evidente ante Banfield. Mientras Colidio estuvo en la cancha, a River le costó traducir en situaciones de peligro su mayor control del juego. El tema es que Borja no tiene reemplazo. Al juvenil Agustín Ruberto, el otro centroatacante del plantel, a sus 17 años, todavía le falta un golpe de horno como para entrar de titular en un superclásico.
Sin la inspiración goleadora del colombiano, que hizo seis goles en seis fechas (más otro a Excursionistas por la Copa Argentina), a River se le hizo cuesta arriba resolver trámites favorables como los que tuvo ante Atlético Tucumán y Banfield. En la semana, el técnico Martín Demichelis deberá ver de que manera arregla eso. Y resolver la apuesta adolescente de la media cancha entre Franco Mastantuono (16 años) y Claudio Echeverri (17). Manuel Lanzini (30) podría reaparecer para aportar su mayor roce en estos partidos. Pero no ha jugado un minuto en lo que va de la Copa de la Liga.
De todos modos, Demichelis le lleva una ventaja a Diego Martínez. Tiene un año en el cargo, más o menos ha encontrado el equipo y lo único que hace es retocarlo. En cambio, el nuevo técnico boquense aún no ha dejado en claro cual es su idea de juego y quienes son los mejores intérpretes para llevarla adelante. Boca ha cambiado nombres (utilizó veintiun jugadores en seis fechas) y esquemas sin haber convencido casi nunca. Ni siquiera en los dos partidos que ganó por 2 a 0 ante los endebles Tigre y Central Córdoba de Santiago del Estero. Por algo, no está entre los cuatro primeros equipos de la zona B que pasarán a los cuartos de final.
De mitad de cancha en adelante, Martínez sólo le asegura titularidad a Kevin Zenon y al goleador Miguel Merentiel. El resto, está en periódo de prueba. Boca ataca con solo Merentiel de punta. Pero no lo rodea con la llegada de los volantes. Y tampoco da sensación de solidez en el fondo. Habrá que ver que sale a hacer el domingo en el Monumental. Una derrota y una floja actuación podrían extender las primeras sombras sobre un ciclo que en verdad, todavía no empezó.