El ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, David Cameron, llegó a las Islas Malvinas un mes después de haberse reunido con el presidente Javier Milei en el Foro Económico de Davos. Mientras el gobierno nacional mantuvo silencio, la provincia de Tierra del Fuego declaró persona no grata al funcionario británico. También exfuncionarios se sumaron a los repudios.
En el marco de una gira por distintos países de Sudamérica, Cameron desembarcó en el territorio argentino ocupado por el Reino Unido advirtiendo que "la soberanía no será objeto de discusión".
Antes de su participación en la reunión de Ministros de Asuntos Exteriores del Grupo de los Veinte, en Río de Janeiro, Brasil, el canciller británico planteó que "las Islas Malvinas son una parte valiosa de la familia británica". Y agregó: "Tenemos claro que, mientras quieran seguir siendo parte de la familia, el tema de la soberanía no será objeto de discusión". La agenda de Cameron prevé reuniones con funcionarios a cargo del gobierno isleño.
La visita del canciller fue repudiada desde Tierra del Fuego, a cuya jurisdicción pertenecen las islas. El gobernador Gustavo Melella declaró a Cameron como "persona non grata en toda la extensión" territorial de la provincia. "La presencia de David Cameron en nuestras Islas Malvinas configura una nueva provocación británica que busca menoscabar nuestros legítimos derechos soberanos sobre nuestros territorios y sostener el colonialismo en pleno Siglo XXI. No lo vamos a permitir", sostuvo Melella. El mandatario del distrito austral agregó: "Ningún representante colonial de un Estado que atenta contra nuestra integridad territorial mancillando la memoria y el sacrificio eterno de nuestros Héroes de Malvinas será bienvenido en nuestra provincia".
Mientras el actual gobierno hizo silencio sobre el viaje de Cameron, exfuncionarios se sumaron a los repudios. El excanciller Santiago Cafiero manifestó su "más categórico rechazo a la presencia del secretario de Relaciones Exteriores británico, David Cameron, en las Islas Malvinas. Se trata de una nueva e inadmisible provocación, que no sucedía hace 30 años, y que debe ser rechazada por el gobierno nacional".
"La Cancillería argentina guarda silencio ante a una provocación que exige reacción diplomática. Si el repudio y la protesta no salen del Gobierno demostremos como pueblo que no consentimos al colonialismo", apuntó Guillermo Carmona, exsecretario de Malvinas.