En su prédica liberal en el foro de Davos, Milei arengó superlativamente a favor de los empresarios: "Son héroes", expresó. En su discurso no hubo lugar para los trabajadores y trabajadoras, los sujetos que hacen el aporte más determinante en la creación de todos los bienes y servicios.

Los héroes de nuestra sociedad son las masas de trabajadores que, con su esfuerzo, construyen los bienes y valores imprescindibles para la vida, aun cuando no son retribuidos ni justa ni equitativamente por ese trabajo.

Para desarrollar un emprendimiento, el empresario necesita factores productivos como materias primas, tecnología, entre otros. Todos creados por el trabajo. Los bienes son recursos extraídos de la naturaleza y transformados mediante el trabajo hasta convertirlos en productos para satisfacer tanto necesidades productivas como de consumo. Inclusive la tecnología, las maquinarias y la inteligencia artificial son ideados, diseñados y creados por el esfuerzo humano. Para lograr su objetivo de maximizar rentabilidad, las empresas hacen producir bienes que satisfacen las necesidades de los clientes.

Pero en el discurso de Milei no se ve que el origen de todos los medios necesarios para producir y hacer ganar al empresario provienen del trabajo, de las energías físicas e intelectuales que sólo poseen los seres humanos y que, al incorporarlas al proceso productivo, crean el valor o riqueza. El capital del empresario también proviene del trabajo, es una parte del mismo no remunerada y convertida en capital para utilizarlas en la multiplicación de las ganancias.

Ese trabajo convertido en “capital” no proviene del esfuerzo del empresario. Adam Smith, uno de los principales pensadores del liberalismo y de la escuela clásica, escribió en su obra Investigación sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones: “Habrá acaso quien imagine que estos beneficios del capital son tan solo un nombre distinto por los salarios de una particular especie de trabajo, como es el de inspección y dirección. Pero son cosa completamente distinta, regulandose por principios de una naturaleza especial, que no guardan proporción con la cantidad, esfuerzo o la destreza de esa supuesta labor de inspección y dirección.”

Además, en la empresa moderna las funciones de dirección, supervisión y gestión son llevadas a cabo por trabajadores profesionales y especializados. Los capitalistas, accionistas o dueños de los medios de producción toman decisiones basadas en el trabajo previo de los equipos especializados y de sus intereses para maximizar utilidades. Para Smith los capitalistas no son remunerados por su trabajo o energías físicas y mentales aportados al proceso productivo, sino en función del capital que han utilizado en el mismo. 

Todo sube menos los sueldos

En esta espiral de aumentos de todos los precios de la economía, los salarios reales siguen cayendo. Estamos frente a un proceso de reacomodo de los precios relativos, en el que los bienes y servicios que necesitan los y las trabajadoras aumentan permanentemente mientras que el precio de lo que los sectores trabajadores venden – el salario por la venta de su fuerza de trabajo – no para de caer. Es decir, cada vez reciben menos cantidad de bienes de los que producen y otros sectores se quedan cada vez con mayor parte de lo que se produce.

Este fenómeno se profundizó los últimos dos meses como resultado de liberalización de precios de la economía y del abandono de los mecanismos de control y regulación de parte del Estado. El resultado está a la vista, el sector asalariado de menos poder de negociación en la distribución de los recursos creados en la economía va disminuyendo la porción que recibe de la riqueza generada.

Otro factor que ha trasladado aumentos hacia los precios generales de todos los bienes y servicios excepto hacia los sueldos, es la fuerte devaluación de nuestra moneda nacional llevada a cabo apenas asumió el actual gobierno. Ya se predice que esta próximo otro paso devaluatorio.

La propiedad es una relación social e histórica

La situación patrimonial del país es el resultado de un proceso histórico y asimétrico de acumulación desde la apropiación de las tierras originarias hasta la concentración de capital mediante procesos regresivos de distribución de la riqueza como el que transitamos actualmente.

Los procesos de acumulación de recursos no son naturales, son resultados de relaciones sociales históricamente determinadas y asociadas a los diferentes modos de producción que han existido. La propiedad es una relación social, pero Milei la naturaliza convirtiéndola en uno de los ejes prioritarios de su política.

Mediante el decreto 55 del año 2024 el gobierno declaró este año como el de “la defensa de la Vida, la Libertad y la Propiedad”. Pero la propiedad pública de todas las y los argentinos no parece interesarle que se conserve dentro de nuestro patrimonio nacional. En los actos de gobiernos contenidos en el decreto 70-2023 y la Ley Ómnibus se expresa la voluntad del gobierno de vender y privatizar a las empresas del Estado y al patrimonio nacional en general. En el proceso similar de privatizaciones llevadas a cabo en los años neoliberales de la reciente década de los noventa estas empresas del estado pasaron fundamentalmente a manos de capitales extranjeros.

No han existido pronunciamientos en favor del perfeccionamiento tecnológico o en gerenciamiento de estas instituciones, solo de que hay que venderlas. Pero en el mundo “libre” predominan otras ideas y en el mismo cónclave de Davos 2023 el jefe de gobierno español Pedro Sánchez expresó: “No nos traguemos los viejos postulados neoliberales que presentan al Estado como un ente puramente extractivo que no genera valor”.

* Docente en la UBA y en UNQ en Economía y en Impuestos.