El Ministerio de Trabajo dictó ayer la conciliación obligatoria para retrotraer los 65 despidos en la firma Unilever en Villa Gobernador Gálvez. El delegado del sindicato de Jaboneros, Matías Rodríguez, confirmó que la decisión empresarial quedó suspendida por 15 días, lapso en el cual la patronal y el gremio intentarán arribar a un acuerdo por las fuentes laborales.

"El ministerio dictó la conciliación obligatoria. En cierta forma es un paso positivo, porque en vez de estar afuera con la policía custodiando las puertas, discutiremos con los compañeros dentro de la fábrica", rescató Rodríguez en declaraciones radiales tras finalizar la reunión en la sede de la cartera laboral. El delegado gremial recordó que la empresa multinacional "mandó 65 telegramas", pero destacó que, tras la audiencia, "los 65 compañeros vuelven a operar en la planta mientras perdure la conciliación".

Según Rodríguez, el lunes pasado representantes de la empresa ya les informaron al gremio sobre la "reestructuración". "Sabíamos que hablaban de despidos pero nunca imaginamos esta cifra", señaló sobre las 65 cesantías. En total son unos 170 los trabajadores de la planta. Esa reunión entre sindicato y empresa se llevó adelante cuando la planta estaba cerrada supuestamente por trabajos de desinfección.

Rodríguez contó que la firma de capitales holandeses "adujo baja competitividad por los altos costos laborales". En esa línea explicó los motivos que manifestó la empresa a la hora de enviar los telegramas. "La empresa aduce que está siendo poco competitiva, que necesita hacer un ajuste y eso recae siempre por el lado de los trabajadores", indicó. Para el líder gremial "en la fábrica hay producción, esto es una movida política para quebrar al movimiento sindical y poner en marcha la flexibilización laboral que se viene".

En el medio de este conflicto aparece nuevamente, como en Pepsico, el tema del daño de las importaciones sobre la industria local, además del reclamo empresario por los altos costos de producir en el país. De hecho, fuentes de la negociación contaron que por la misma tarea que en Argentina requiere de tres trabajadores, en Brasil la hace sólo una persona. Este es uno de los problemas que se sabía generaría la apertura de la economía y con Brasil sediento de colocar sus excedentes en el principal socio comercial.