El sueño de Icaro 

(Brebre / LocoRabia)

Hace algunos años que las editoriales locales no dedicaban tantos títulos a la historieta autobiográfica. Este año salieron varios notables: Poncho Fue, de Soledad Otero, o Notas al pie, que encabeza esta sección. El sueño de Ícaro quizás pase inadvertido en esa corriente, pero tiene el potencial para tocar el corazón de cualquiera. Porque ¿quién no se sintió fuera de lugar, extranjero en la tierra que se supone propia, en algún momento de su vida? Brebe narra exactamente eso. Cómo se sentía extraño en su pueblito brasileño aún más extraño y cómo encontró su lugar eligiendo un destino. Un dibujo sencillo y una narrativa clara son sus armas para llegar al lector con franqueza.


Cuestión de tiempo 

(Juan Giménez / Comic.Ar Ediciones)

Cuestión de tiempo es una historieta de transición para Giménez. En primer lugar, porque ella comienza a publicar a color, después de muchos años de trabajar en el blanco y negro clásico. En segundo lugar porque, a diferencia de muchos de sus títulos más resonantes, decidió emprender este paso como autor integral. Y lo que ofrece es una serie de historias cortas, de ciencia ficción, pero que coquetean con otros géneros. En este sentido, la serie de unitarios sobre viajes en el tiempo se comportó como un campo para que Giménez explorara las posibilidades de la nueva dimensión que buscaba para su dibujo. Y aunque no está a la altura de trabajos posteriores, es una buena lectura para sus fanáticos.


Vincent 

(Barbara Stok / Salamandra Graphic)

Hay algo a la vez muy trágico y muy bello en la vida y obra de Vincent van Gogh. Stok consigue captar ambos rasgos en este “biocómic” dedicado al holandés. Con un dibujo sencillo, buscando dar el tono desde los colores (planos, pero enérgicos), Stok desarrolla la evolución de la enfermedad de Van Gogh, su relación con su hermano (sostiene buena parte del relato con sus cartas), con sus colegas y algunos lugareños, su preocupación por el dinero, por el legado que pudiera dejar no a la historia del arte, sino a otros artistas. La autora retrata por entero al gran pintor de paisajes. Y cómo, claro, este consiguió crear los lienzos que lo pusieron en los escalones altos de las artes plásticas.


Panteras 

(Eduardo Mazzitelli y Quique Alcatena / Purplebooks)

No faltan libros de esta dupla en las bateas argentinas. Pero Panteras es uno especialmente destacable. Por un lado, porque tiene a un Alcatena devorado de pasión por lo que cuenta. El dibujante pone todo en cada viñeta y se nota un amor y un conocimiento profundo por el arte africano al que referencia. Por otro lado, porque Mazzitelli hace propio el paisaje exótico y construye una mitología para pensar no sólo la sabana, sino el mundo. Si en otras obras la dupla tocaba la cuestión del poder, acá el relato de venganza alberga una reflexión también sobre la praxis de gobernar. Las historias complementarias son bellísimos unitarios, inteligentes y con un vuelo poético sutil, entre lo mejor del tándem.