Cuatro mujeres poderosas y virtuosas con lírica combativa y narrativa vibrante. Así se puede definir rápidamente a las Ketekalles, el cuarteto barcelonés que visita Casa Brava (Pichincha), esta noche. Las artistas, que desembarcan por segunda vez en una expedición a Latinoamérica, conjungan música, feminismo, poesía onírica y concreta, con un vivo electrizantante y un sonido ancestral que a la vez es moderno. “Tienen que venir para ver como es nuestro show, describirlo es muy difícil”, comenta Nadia Lago Sáez, bajista, compositora y la argentina del grupo. “Les va a pasar de todo, va a ser muy divertido seguro” agrega Cami López, percusionista, oriunda de Chile. Sombra Alor y Ana Toledo, las dos catalanas, completan la banda que esta noche, a las 21, presentará Antiheroina, su segundo disco. El puntapié inicial lo dará Majo Clutet como telonera. La función es parte de una gira que llevará a Ketekalles a recorrer Argentina y también Latinoamérica en los próximos dos meses.  Las entradas están en venta online

Ketekalles propone una charla coral. Todas aportan, se ríen, agregan cosas. Es un poco como el disco, en donde cada instrumento aporta lo suyo, dosificando la magia de acuerdo al clímax a crear. Los vivos son fuego puro.

"Un show de Ketekalles es un viaje emocional donde se puede reír, llorar, emocionarse, bailar. En este que traemos ahora hacemos una mezcla del nuevo disco Antiheroína y varias canciones del disco anterior Remendar el Caos que sabemos que les gusta mucho. ¡Tienen que vivirlo!", dice Tole (Ana Toledo). 

En Ketekalles se mezclan acentos, vivencias, arengas, paisajes. Una chilena, dos españolas y una argentina (más bien de Lanús) conviven en este cuarteto que ya visitó el Anfiteatro Humberto de Nito en la edición 2023 del ciclo Agitadoras, comandado por Evelina Sanzo. Ahora, en su segunda expedición a Latinoamérica, pretenden conquistar nuevas ciudades: Córdoba, Santa Fe, La Plata, Buenos Aires, tres fechas en Chile, una en Uruguay, Bogotá y el ya icónico Baradero Rock donde mostrarán su show junto a las bandas más representativas de la escena nacional.

"Nos dijeron que el público de Rosario es exigente y que si llegamos a conquistar esos corazones, nos va a ir bien toda la gira. ¡Esperamos conquistarlos!", dice Nadia, y todas ríen. Es que el vivo de esta banda es algo fundamental. Un crisol de razas y de texturas musicales: rock, funk, rumba, hip hop, flamenco y hasta pop por momentos. Guitarra española, guitarra eléctrica, piano, bajo, batería y percusión.Todo eso sumado a una lírica potente en un relato coral donde la palabra se comparte y se pone al servicio del mensaje. Porque en Ketekalles se agita, se piensa y se sana. Pero también se goza, claro.

¿Y cómo es llevar una propuesta tan potente en lo conceptual a pasear por el mundo?

Cami: -El mundo de la música es bastante complicado en general, creo que para todas las personas que se dedican a la industria musical, siempre tienes que estar sorteando un montón de obstáculos y siendo mujeres o de otra identidad disidente, aún más. ¿Cómo lo hacemos?

Nadia: -Yo creo que lo hacemos día a día, a medida que van saliendo cosas las vamos superando y generando “piña” juntas, siempre apoyándonos, generando red.

Tole: -Creyendo realmente que ese espacio es nuestro también y lo vamos a ocupar. ¡Poniendole pechito también! 

De nuevo ríen. 

Antiheroína, nombre del disco que andan presentando, es todo un concepto en sí. Cuida y lastima, ama y odia y quiere salvar el mismo mundo que la mutila. La antiheroína habita sus contradicciones y las sufre, las ríe, las goza bailando. Es la puta ama pero también la esclava en un mundo que le hace mella. Una mujer real. “Hemos venido a rescatarnos, de la tristeza y de los malos tratos”, dice la letra de Somos, tercer tema del disco. El mensaje es claro, concreto y empodera. ¿Qué más podría surgir de cuatro mujeres que rugen arriba del escenario?