La industria audiovisual transita por una revolución que la obliga a reinventarse. La era digital no solo modificó el consumo y la distribución del contenido, sino que también facilitó el acceso a ficciones de cualquier lugar del mundo, elevando –por comparación– el estándar de calidad. No es posible brindar respuestas antiguas a nuevos problemas. Bajo esa idea, canales y productores redefinen sus estrategias y buscan alternativas que les permitan satisfacer las demandas actuales. En ese camino la TV argentina parece haber encontrado un socio estratégico para sortear los problemas que aquejan a la ficción. Desde hace un par de años, Turner se convirtió en un productor fuerte de ficción en el mercado argentino, participando de las producciones de series como Historia de un clan, Signos, Un gallo para Esculapio y la todavía al aire El maestro. “El nuevo escenario obliga a las marcas globales a hacer inversiones locales, y en Turner pensamos que la producción de ficción en Argentina es una política virtuosa”, le explica a PáginaI12 Mariano César, VP y gerente de todo el paquete de señales de Turner Broadcasting System en Latinoamérica.
El desembarco de Turner como productor de ficción forma parte de una política con la que la compañía estadounidense piensa seguir pisando fuerte en suelo argentino, donde además posee –junto a Fox– los derechos del fútbol. Si bien se trata de una estrategia a nivel regional, también producen en México y Brasil, es en el mercado argentino donde más desarrollaron esta flamante faceta. En esta primera etapa, asociado a productoras como Pol-ka y Underground, en coproducciones de series que comparten ventanas de emisión entre TNT y Telefe y El Trece, según cada caso. Un modelo que parte de necesidades de los canales argentinos de producir ficciones semanales de calidad y riesgo económico, por un lado, y de Turner de desarrollar contenidos propios que le permitan hacer frente a un mundo audiovisual que se diversifica.
“El desafío es pasar de ser un jugador lineal a ser un jugador digital. Por eso, desarrollamos TNT Go, nuestra plataforma para ver todo nuestro contenido, y les dimos soluciones a los cableoperadores para que lo coloquen en las suyas. Fue un desafío más ligado a plataformas que a contenidos, de cómo reinventarnos en la nueva era digital”, subraya César. El ejecutivo que tiene bajo su supervisión los canales TNT, TNT series, TNT Sports, TBS, HTV, Muchmusic, TruTV y Glitz explica los motivos que llevaron a que la compañía produzca únicamente series. “La decisión –cuenta– estuvo atada a que los canales de aire se fueron alejando del unitario, por razones de costos. Las necesidades de los canales de aire de producir series y la nuestra de hacer producciones cuidadas congeniaron para que avanzaran las coproducciones de ficción. El unitario o miniserie sería un género en extinción en los canales de aire si no tuvieran un socio internacional. Se hacen menos unitarios y cada vez rinden menos, por amortización de elencos, equipos de producción e ingresos. La estrategia fue no producir solos sino asociarnos en cada país con productoras y/o canales líderes.”
–¿Por qué la decisión de asociarse a productoras ya consolidadas?
–El posicionamiento de TNT es el de un canal mainstream. Dentro de nuestro portfolio, cada pantalla encontró su nicho. Tenemos a I.Sat con un perfil que contiene el cine independiente, Space para el cine de acción, TCM para los clásicos, el de TNT es el de las grandes películas. Traducir el perfil a la escala latinoamericana de producción era complejo. Las series a las que apostamos debían estar al nivel de calidad y de producción de la pantalla. Decidimos producir miniseries de calidad, más propias de un canal premium.
–¿Por qué se eligió TNT pa que los contenga?
–Turner tiene una política regional de producción gradual, hasta que en 2015 llegamos a la certeza de que no era posible ser relevante a nivel local sin producción original local. Veíamos que TNT tenía dos patas muy bien desarrolladas. La de películas estaba cubierta, con una posición de liderazgo. La gente puede quejarse de la antigüedad o no de las películas, pero se trata de un negocio tradicional satisfecho. La otra pata consolidada era la de los eventos en vivo, de Oscar a Grammy, en una temporada de premios que se ven por nuestra pantalla, incluido el apoyo que le estamos dando al premio Platino. La pata que nos faltaba era la producción original propia y local, tanto para la pantalla tradicional como para las plataformas digitales.
–Durante mucho tiempo las señales internacionales desarrollaron proyectos para satisfacer a una audiencia panregional. No parece ser la búsqueda de TNT ahora.
–Al principio parecía que el camino era la producción de grandes series globales o regionales. Pero la realidad es que en las plataformas uno encuentra y celebra una gran cantidad de series locales, desde israelíes hasta danesas o islandesas. Habíamos hecho Nafta super en Space, que es un contenido mas indie pero era exclusivo. En TNT queríamos proyectos más ambiciosos, de mayor producción. Pero a la vez queríamos contar historias cercanas. No queríamos relatos que sucedieran en Estados Unidos. Buscábamos valores de producción del mainstream, pero con historias propias. No buscamos éxitos panregionales. Buscamos producir series de calidad que cuenten historias locales. En Argentina, Mexico y Brasil producimos series locales. Incluso, de buena fe los autores hacían esfuerzos para que se entendieran en otros países y nosotros les sacamos esa idea de la cabeza. No queríamos actores argentinos hablando de “tú”. Tampoco queríamos contar historias con elencos conformados por actores de diferentes países, donde un policía argentino y otro mexicano investigan un caso.
–¿Cree que esas series “regionales” ya no funcionan?
–Seguramente habrá algunas que sí. Nosotros no queríamos caer en híbridos insulsos. Cuando se ve en las plataformas alguna serie cuyo origen no es Estados Unidos, no pretenden homogeneizarse con Hollywood. Las series encantan por sus especificidades. Top of the lake, por citar un caso: los paisajes de Nueva Zelanda son protagonistas. Al igual que Trapped, donde el paisaje islandés es protagonista. No es casualidad que de ahí llegáramos a Un gallo para Esculapio, que huele a Conurbano, ya no solo a Argentina. Si tiene éxito fronteras afuera, mejor, pero no es la búsqueda. Historia de un clan lo doblamos al portugués, Signos en el TNT de Alemania. Si a las ficciones argentinas les va bien afuera, bárbaro. Pero creemos que la forma de lograrlo es no intentarlo.
–¿Esa idea la entienden los ejecutivos regionales?
–Lo entienden. La compañía está atravesando una transformación en donde cada vez tiene más presencia en Argentina y en Brasil, y menos decisión desde Atlanta. Forma parte de enfrentar los nuevos tiempos, confrontar con las nuevas plataformas. El desafío audiovisual de estos tiempos requiere de mayor inversión en contenidos. ¿Cómo nos paramos frente a las nuevas plataformas? Nos obligan a invertir más en producción y dejar de ser un canal enlatado. Hoy estamos todos obligados a producir más. El modelo antiguo de casi la misma programación para todas las ocho señales de TNT era más rentable y más cómodo, pero ya no corre. Los tiempos en los que programábamos Rápido y furioso 5 en las diferentes señales, cambiando únicamente los idiomas y los horarios de emisión, se han ido. Turner es una empresa con mucho músculo comercial y puede hacer de de lo local una oportunidad comercial. Un país como Argentina, donde la TV paga tiene el 80 por ciento de penetración, puede soportar proyectos locales. No queda otra. Y eso se va traduciendo en todos lados: hasta los promociones no pueden ser las mismas para todos los países.