La Municipalidad de La Plata informó que enviará a la justicia penal la documentación respaldatoria tras la supervisión realizada el pasado martes en la que se constató el estado de abandono de cuatro espacios del cementerio municipal donde había unos 500 ataúdes arrumbados y alrededor de 200 bolsas de consorcio con restos humanos sin identificar. Además, la administración que encabeza Julio Alak adelantó que realizará un relevamiento de los féretros encontrados.
El intendente recorrió este miércoles el cementerio municipal junto al Director de Personas Desaparecidas de la Provincia, Alejandro Incháurregui, y anticipó que, tras la identificación de cadáveres, tiene planeado implementar un programa para la inhumación de los restos.
Escenas truculentas
En el marco de la supervisión implementada en diferentes reparticiones municipales, personal del distrito de La Plata y de la Dirección Provincial de Registro de Personas Desaparecidas del Ministerio de Seguridad bonaerense detectaron que en cuatro depósitos del cementerio local había ataúdes abandonados en condiciones de completo deterioro y, desperdigadas entre ellos, había 200 bolsas plásticas negras, comúnmente conocidas como "bolsas de consorcio", que contenían restos humanos sin la identificación correspondiente.
Los depósitos relevados, de los que brotaban olores nauseabundos y en uno de los casos estaba inundado, no tenían la estructura necesaria para la correcta conservación de cadáveres, como suelen estarlo las morgues. Además, tampoco estaban destinados a la conservación de restos óseos humanos, según informó el municipio.
La inspección dio cuenta del estado de los diferentes espacios supervisados y detalló que en el panteón denominado "Protectora" fueron identificados 16 ataúdes de madera que, en su interior, contenían una protección interior metálica. Ese tipo de preparación indica que el féretro en cuestión pudo haber tenido el destino de una bóveda o un nicho, es una protección utilizada para impedir que la madera del cajón entre en contacto con los tejidos en descomposición. En el caso de esos sarcófagos, la identificación habitual, registrada en una chapa, había sido removida y los féretros desparramados por el piso del lugar inundado con agua estancada.
Los restos óseos hallados en la "Sala de velatorios", en su mayoría tampoco tenían identificación y las autoridades contabilizaron unas 200 bolsas. Habitualmente, cuando un cuerpo es removido del lugar original donde fue inhumado, debe resguardarse con la información del nicho y la ubicación catastral de procedencia.
También fueron encontrados, en un tercer espacio, cientos de féretros de personas adultas y 22 de tamaño infantil con el rótulo de "angelitos". El cuarto y último depósito, denominado "Galpón de arena", estaba subdividido en cuatro espacios separados y allí encontraron más de 107 ataúdes apilados indiscriminadamente y la misma escena de las bolsas negras con restos humanos.
La administración municipal hizo hincapié en que todos estos sitios se encontraban en "muy mal estado de conservación y limpieza, con olores nauseabundos y agua estancada" y recalcó la gravedad del hecho que debe ser investigado por "averiguación de posibles ilícitos respecto de los cuerpos y los restos óseos hallados no identificados".